"CULILLO AL SACUDÓN" por Mingo (José Domingo Blanco)
Para que el “Sacudón” de Maduro hubiera tenido algo de “sacudón”, la cadena
debió transmitirse desde la sede de Funvisis para que, al menos, algo medio
telúrico hubiese en el título de sus anuncios. Llevaba días alardeando de su
paquetazo. Generó expectativas y, al final: ¿para qué? Visto objetivamente, no hubo nada excepcional que nos haga pensar
que finalmente va a aplicar los ajustes que se requieren para resolver la seria
crisis económica que tiene en estado de coma a Venezuela.
¡Las medidas de Maduro no llegaron ni a temblorcito! Enroques, uno que
otro nombrecito medio nuevo para comandar las carteras ministeriales, una
especie de bono vacacional para Ramírez quien, supongo, ahora como canciller,
se encargará de darse unos buenos viajecitos intentando establecer relaciones
diplomáticas con otras naciones; aumento del champú y de los pañales. De resto,
lo sustancial, de nuevo, queda engavetado y olvidado por miedo al altísimo
costo político que hubieran tenido las medidas que hay que tomar para darle el
viraje a nuestra economía. Con estos anuncios del martes no vamos a salir del
hoyo negro donde estamos inmersos. ¡Qué va Nicolás! Te chorreaste: esto no fue
ningún sacudón, esto no fue ni un temblorcito…aquí necesitamos gobernantes con
agallas, sin medio a perder el coroto, que amen a Venezuela, más que al poder y
a sus bolsillos.
Por supuesto, las reacciones a la “meneadita” de Maduro no se han hecho
esperar. Los expertos se preguntan por qué Nicolás no planteó ajustar el gasto
a los ingresos reales de la Nación. Tampoco dijo ni pío sobre la
desburocratización del Estado. Es más, el tímido enroque de ministros y
fusiones de ministerios en lo absoluto apuntan a esa dirección. ¿Por qué, por
ejemplo, si Maduro todavía tiene vigente su Ley Habilitante, fue incapaz de
mencionar que va a continuar su cruzada para combatir la corrupción en el
Estado? Si ahora hasta tenemos un nuevo ente: Autoridad Única para Trámites,
que supuestamente, se creó para evitar más corrupción; y resulta que quien
buscará a Rafael Issea por fraude mil millonario con divisas será Interpol.
Nicolás: ¿dónde está la “Revolución Fiscal” que ofreciste el 15 de
julio al país entero? ¿Qué te pasó con el aumento de la gasolina y la venta de
Citgo? ¿Por qué reculaste? Hasta afuera de nuestras fronteras estaban esperando
definiciones en cuanto a una nueva política cambiaria que, probablemente,
terminaría entre cambio dual o convergencia, y esto muy a propósito de que uno
de tus supuestos hombres de confianza, como Rafael Ramírez, te jugó posición
adelantada y lo comentó delante de unos chivos inversionistas, según parece, sin
habértelo consultado. Es más, me consta, que en las primeras de cambio, luego
del diálogo que tú mismo convocaste en Miraflores, el presidente de Polar –con
la mejor intención- tomó la palabra y te exhortó a que decretaras la emergencia
económica. Hubo asesores, que te presentaron planes –no uno, sino varios- todos
de emergencia, que contemplaban incentivos a la producción interna.
De igual manera sé, de fuentes vinculadas al Palacio, que te han
hecho llegar propuestas y un listado de
los rubros alimenticios que deberían tener aumento de precios. Y nada de eso
mencionaste el martes: sólo hablaste de champú y pañales. No recuerdo si
ratificaste lo de las captahuellas en los automercados, una idea que te
vendieron como la panacea para frenar la escasez y que lo único que esconde es
una nueva violación a la libertad y los
derechos que deberíamos gozar los venezolanos.
Y designaste a Ramírez en la Cancillería; me pregunto: ¿para que haga
el mismo papel que hiciste tú cuando ejerciste ese cargo? La única diferencia
que puedo vaticinar es que posiblemente Ramírez, dada su trayectoria,
implantará una especie de Petrodiplomacia, mientras su hombre de confianza
asume la presidencia de PDVSA, la gallina –cada vez más flaca- de los huevos de
oro de nuestro país.
¿Qué pasó con los mecanismos de control del gasto público? Hay
descontento, Nicolás. Los técnicos, los pragmáticos de tu gobierno, hubieran
querido escucharte anunciando sus sugerencias para salir de la crisis; pero,
decidiste hacerle caso a los radicales de siempre que, al final, a lo único que
le temen es a perder el maná que han significado estos 15 años en el poder. Y por supuesto, más militares en puestos
clave, comandando los ministerios que manejan groseras cantidades de recursos.
A Maduro, su misma gente de la marea socialista, le ha dicho que no se
puede maquillar o hacer simples cambios cosméticos; que lo importante, así como
construir fondos de reservas, es auditar al BCV y que las cuentas y la
administración pública sean transparentes. Incluso llegaron a decirle que si
esta es una revolución cívico-militar, no puede ser militarista. Tu gente, la
que no es radical, tenía fe en que el sacudón, serviría incluso para mejorar la
calidad política de la dirección, algo más profundo que un simple cambio de
ministros. Atajar en calientico los errores para resolverlos.
Nicolás: corriste la arruga. El martes debiste hablar desde la sede de
Funvisis, para que el sacudón, que no llegó ni a meneadita, hubiera tenido
algún sentido. Pero sospecho que algo
muy grave está por venir, porque mientras hablabas, los comunistas invocaban “Chávez nuestro que estás en el cielo” una
blasfemia que, supongo, les calma el culillo.
@mingo_1