LAS GUERRAS DEL CHAVISMO
HOJA DE RUTA POLÍTICA (No 105)
A fuerza de
propaganda y de la hegemonía comunicacional que facilita divulgarla con
intensidad, mucha gente termina dándole credibilidad a las mentiras oficiales;
y algo peor, a no darse cuenta de la destrucción sistemática del patrimonio
colectivo en los quince años de chavismo.
Este
hipnotismo colectivo dificulta que la oposición capitalice el fracaso del
gobierno. No nos damos cuenta del efecto adormecedor de la propaganda oficial,
y por consiguiente, nada hacemos para contrarrestarla. A esta omisión se suma
el hecho comprensible de que los partidos nuevos, Primero Justicia, Voluntad
Popular, Vente, etc., no tienen interés político en contrastar las
realizaciones de los gobiernos democráticos con el despilfarro estéril de los
gobiernos chavistas. Esta es tarea que correspondería a Acción Democrática y
Copei, partidos que se alternaron en el ejercicio del poder.
La audacia
del chavismo no se limita a hacerle intensa propaganda a obras no ejecutadas, a
obras imaginarias. Vienen desarrollando al mismo tiempo una campaña masiva de
prensa, radio y televisión para endosarle a la oposición la culpa de su
incompetencia y de sus fracasos.
Los
“apagones” que atormentan a los venezolanos serían ocasionados por la “guerra
eléctrica” desatada por la oposición. La verdad es que esos apagones son
consecuencia de no haber incrementado, en quince años, el potencial eléctrico
nacional. La democracia construyó la presa del Guri, la tercera más grande del
mundo después de las Tres gargantas (China), y Taipú (Brasil-Paraguay). Pues
bien, la mayoría de las turbinas del Guri están paralizadas desde hace varios
años por falta de mantenimiento. También construyó la democracia una gigantesca
planta termoeléctrica (Plantacentro), y ejecutó así mismo la Red Interconectada
Nacional, la que por falta de mantenimiento ha originado los apagones.
Por años
Venezuela fue un país monoproductor, nos dedicamos todos a vivir del petróleo.
Fue consigna de los movimientos democráticos la diversificación de la producción,
sintetizada en la famosa frase “sembrar el petróleo”. Es así como innumerables
jóvenes emprendedores se fueron al campo y lo pusieron a producir. Muchos
alimentos que importábamos comenzaron a producirse en Venezuela, y en algunos
casos con excedentes para la exportación. Ya no dependíamos exclusivamente de
las exportaciones de petróleo para poder importar.
Las
expropiaciones arbitrarias, las invasiones de tierra alentadas por Chávez y su
prédica del odio, aniquilaron ese logro liberador. Volvimos a importar
alimentos en grandes cantidades pagándolos, por supuesto, con los dólares
generados por las exportaciones de petróleo. No es la “guerra económica” de que
tanto habla el gobierno la causa de la escasez, el desabastecimiento y la
inflación galopante, la culpa es de Chávez y de su heredero.
Octavio Lepage
Caracas, 31
de Octubre del 2014
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