EDITORIAL (11/07/14):
“¿REFERENDUM? ¿RENUNCIA Y ELECCIONES?” /
¿ELECCIONES, REFERENDUM, CONSTITUYENTE, cualquier consulta popular?…
¡SI! PERO… ¿Con este sistema electoral castro-chavista y sin separación de
poderes, con un CNE, FFAA y TSJ que son oficinas del PSUV? ¡NI DE VAINA!
Entendamos
a las cosas en su sitio.
Los demócratas tenemos como instrumento natural
a las elecciones, cuya transparencia se garantiza mediante la separación de
poderes para garantizar la voz de la mayoría y respetar la pluralidad. Las
dictaduras, desconocen la pluralidad y la separación de poderes para imponer su
única voz, por lo que se garantizan el control absolutista con una fachada
popular montando shows electorales; es decir, montan escenografías (con sus
–falsos o tontos- “opositores”) que forjen la ilusión de una libre elección
donde se falsifique a “su mayoría”, mientras ellos mismos sean los únicos quienes
cuenten los votos, quienes enjuicien los reclamos y quienes declaren –a la
carta- a sus vencedores.
En Venezuela, bajo un régimen tan retrógrado y
absolutista como el castro-chavista es IMPOSIBLE prever un proceso democrático
dentro los patrones del mundo civilizado, pero si es que se pudiera dar ese
milagro lo que procede hacer para encontrar una SALIDA pacífica al conflicto
entre las fuerzas democráticas que protestan contra este régimen dictatorial
castro-chavista, es:
1) neutralizar a los factores que en la MUD colaboran con
el régimen (nunca va a existir un verdadera representación mientras esa MUD
esté infiltrada por el régimen).
2) (una vez garantizada la calidad democrática
de la MUD) exigir que el árbitro del diálogo -hoy llamado, Vaticano- traiga a
la Unión Europea (experta en limpios procesos electorales) para que haga una
auditoría del sistema electoral operado por el régimen.
3) Conjuntamente con
los standards de la Unión Europea, elegir a los nuevos miembros del CNE y de
los Tribunales que pudieran procesar los reclamos; y finalmente:
4) llamar a
elecciones con la presencia de testigos internacionales aprobados por el
Parlamento Europeo.
¿Utópico? Eso lo decidirán los dirigentes de todas las
fuerzas en pugna y los árbitros. Lo real es que la actual vía “electoral”, no
es vía, es un matadero de votos, porque es una farsa controlada por la
dictadura para eternizarse en el poder. Jamás vamos a salir pacíficamente de
este conflicto si no se desmonta el aparato totalitarista del régimen
castro-chavista y se neutralizan a los colaboracionistas del régimen que operan
en la MUD – siendo los mansos responsables de llevarnos reiteradamente a farsas
electorales
ANTECEDENTES: Como nunca antes, a lo largo de este régimen
castro-chavista, nos azota con su presencia la expresión acuñada por el
historiador Fernando Coronil Imber en su libro “El Estado Mágico”: “…el Estado se convirtió en la ilusión de las
representaciones; y en la representación de las ilusiones.” La “fórmula”
tuvo éxito, mientras ese “Estado” dio los recursos financieros para crear
ilusiones de representación mediante la muy cuidadosa representación de la
mayoría de las ilusiones. Es con “la ilusión de las representaciones” como se
“legitima democráticamente” a la dictadura de los hermanos Castro de Cuba y a
su régimen en Venezuela, que opera como la sucursal de su tiránico (y desde
1999, multinacional) Partido Comunista.
Al menos desde el año 2002 los procesos
electorales en Venezuela, tienen vicios de nulidad. El “talento” de los
dictadores cubanos ha sido el haber exportado a Latinoamérica su “know how” constructor
de farsas democráticas (tan electorales como propagandísticas e institucionales)
que paulatinamente montan una fachada de camuflaje para la concentración de
todos los poderes en el Presidente (de la sucursal) del multinacional Partido
Comunista Cubano (con las siglas PSUV en Venezuela).
Con el comunismo, hablar
del Partido en vez del Estado, no es una absurdo; ya que con este sistema
desaparecen el Estado y la República (en latín: propiedad pública), para dar
ese espacio a un Rey (llamado Presidente) y su Partido (o Corte). Así toda
estructura y recurso del extinto Estado venezolano, diseñado democráticamente para
trabajar para su pueblo, pasan 100% a manos de “el único” Partido (PSUV), el
cual es diseñado para que el pueblo sea un sirviente de este; o de lo contrario
no obtiene ningún beneficio que este conceda (sin Estado de Derecho). Es así
como puertas adentro del otrora andamiaje estatal venezolano, los miembros del
PSUV (la corte) son los únicos directivos, los demás seres que vivan en el
territorio caen en la condición de siervos. En paralelo con las costumbres de
las épocas medievales, el PSUV (como sucursal del Partido Comunista Cubano) es
una organización feudal dentro de la cual prevalece un único código existencial:
la militar obediencia y la ciega lealtad al líder/rey (objeto de una devoción
teocrática producto de una omnipresente propaganda religiosa) siendo este quien
opera a través de su “corte” de sacerdotes/dirigentes. Viene al caso destacar
el hecho que este modelo tiene para su exclusivo beneficio a todos los sistemas
de seguridad y militares del país.
Todo por lo cual, jamás en este modelo
absolutista religioso, ni por error, podrá haber alguna cuota de poder discrepante
en las bases o en los disidentes del régimen, salvo para servir de relleno en
escenografías democráticas. Esto hace imposible la existencia de los
tradicionales factores democráticos como el diálogo, la oposición, el estado de
derecho, la separación de poderes y el voto libre, universal y secreto. Mientras
exista este modelo feudal castro-chavista, nada democrático (ni civilizado) tiene
espacio trascendente, ni en Cuba, ni en su provincia, Venezuela.
El retroceso
(encubierto con un manto de propagandas farsantes) es de siglos. ¡Venezuela
vive bajo un tiránico sistema feudal! /
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