"DÍAS CONTADOS: ¿YA NOS LLEGÓ EL ÉBOLA?" Por José Domingo Blanco (Mingo)
El sol no se puede tapar con un dedo. Tal vez, por eso al gobierno le
tocó reconocer -y exigir vía Gaceta Oficial- la notificación de los casos de
chikungunya. Desde el 6 de octubre es obligatorio reportarlos. Ahora sí: pero
como una imposición más como esas tantas otras que nos han querido imponer. Como
todo lo que hace este gobierno. Pero, resulta que ahora sí: los médicos que
reciban y comprueben que su paciente tiene chikungunya, deben notificarlo al distrito
o municipio sanitario, porque ¡ahora sí! se dan cuenta de que los casos se les
están yendo de las manos y crecen tan vertiginosamente como las cantidades del
zancudo transmisor del virus. Sin embargo, todos tenemos fresco en la memoria lo
que le ocurrió al presidente del Colegio Médico de Aragua, Ángel Sarmiento,
cuando reportó la muerte de ocho personas en el Hospital Central de Maracay. El
gobierno se encolerizó con su denuncia e incluso amenazó con meterlo preso. De
nuevo una reacción autoritaria de un régimen que piensa que ocultando cifras, esconde
la realidad. Y la verdad es que hay centenares de casos de afectados por el
virus y ahora, cuatro meses después, es cuando el gobierno impone la notificación
de los casos. Evidentemente, no puede seguir tapando el sol con un dedo.
Para un gobierno, así como para los responsables de la salud, la
prevención debería ser una prioridad. Eso lo han advertido cada uno de los
médicos con quienes he tenido la oportunidad de conversar. Por eso es por lo
que los países desarrollados nos llevan una morena: porque apenas surge una
amenaza bacteriológica o viral para la población inmediatamente se preparan y
se blindan. ¿Y cuál es el resultado? No hay epidemias, todo se controla y no se
llega a daños mayores. En los países desarrollados a la población se le alerta,
se le dan recomendaciones y se les enseña de inmediato a tomar medidas
preventivas. En pocas palabras: toda amenaza de epidemia se combate con
información. Pero, el gobierno no ha entendido esto. Para este régimen es más
fácil esconder que afrontar. ¿Serán
estas las recomendaciones de los médicos cubanos? Así es como debe funcionar la
medicina en Cuba, y el desgobierno de Nicolás, que tanto pondera y exalta a la
medicina de la isla, no titubea a la hora de copiarse el modelito dictatorial
antillano.
Maduro, en su cadena del 8 de octubre, graduó a 40 “médicos y médicas
integrales comunitarios” (sic); una noticia que en otro contexto sería
realmente meritoria. Pero, para nadie es un secreto que la preparación que
reciben estos jóvenes doctores de la patria revolucionaria de Chávez, se ha
puesto en entredicho porque son muchachos graduados en tiempo record –con todas
las deficiencias que la formación express acarrea- para poner en sus manos,
nada más y nada menos que la vida de los venezolanos. Pero, el colmo de la
pasión de este desgobierno hacia Cuba fue cuando Nicolás arrancó con sus loas y
glorias al Ché Guevara quien, como sabemos, era médico y murió el 9 de octubre.
No me extrañaría para nada que les diera por cambiar el Día del Médico en
Venezuela, que todavía hoy celebramos el día del natalicio del insigne doctor
José María Vargas. ¡Por Dios! Elogiar al Ché Guevara cuando aquí lo que sobran
son galenos ilustres, brillantes, venezolanos de pura cepa, verdaderos héroes
anónimos, que acumulan muchos más méritos que el Ché.
Asimismo, la cadena de Maduro me dejó otra preocupación que quisiera
compartir: visto los antecedentes de cómo el gobierno se empeña en ocultar las
cosas, y dado este repentino interés de Nicolás por convocar a los países del
ALBA para prevenir el ébola: ¿no será que ya tienen reportes de casos en el
país y nos quieren hacer creer que, por iniciativa propia, por fin actuarán
como lo establecen los protocolos de prevención? Porque no es sólo eso lo que
me preocupa: vistos los antecedentes de corrupción y despilfarro que ha
caracterizado a este gobierno, no quiero ni pensar a dónde irán a parar esos
recursos con los que, supuestamente, comprarán equipos y sistemas de seguridad
para protegernos contra el ébola. ¿Cómo creerles si, con el chikunguya no
actuaron como debían y quienes lo padecen sufren buscando el desaparecido acetaminofén?
¿Cómo creerles si, los que aún no hemos sido picados por el mosquito,
inventamos repelentes caseros porque no encontramos ni los antiquísimos
espirales Plagatox? Yo no les creo ¿y ustedes?
¿Quiénes tienen los días contados? ¿No seremos nosotros los venezolanos
los de “los días contados”? Porque a lo mejor el ébola ya está aquí en el país
y nos lo están escondiendo como hicieron con el chikungunya. ¡Qué Dios nos coja
confesados!
@mingo_1
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