NARCOTRAFICANTES NOVATOS
HOJA DE RUTA POLÍTICA (No
171)
Octavio Lepage
La Oficina Antidroga de Estados Unidos (DEA),
entre sus modalidades de trabajo utiliza las llamadas operaciones encubiertas:
un agente suyo se hace pasar como narcotraficante y entra en contacto con los
que sí se ocupan de este negocio sucio y multimillonario.
Uno de esos agentes encubiertos entró en
contacto con dos jóvenes de apellido Flores, sobrinos de la Primera Dama Cilia
Flores según lo reseñado en la prensa. Al cabo de ocho meses desde aquel
encuentro, según se ha informado, el agente encubierto de la DEA, seguramente
en base a un cúmulo de pruebas comprometedoras, decidió hacerlos presos y
entregarlos a la justicia norteamericana. Están en una cárcel de Nueva York.
Este episodio es un escándalo mayúsculo,
silenciado momentáneamente por los trágicos sucesos de París, provocados por el
terrorismo islámico. Los dos jóvenes llevaban un tren de vida que sólo pueden
procurárselo los multimillonarios: mansión en La Romana, República Dominicana,
un yate espectacular al punto de que sólo el mantenimiento anual cuesta dos (2)
millones de dólares, movilización en lujosos aviones privados. En fin, una vida
de herederos afortunados que no necesitan trabajar para disfrutarla a plenitud.
Claro que esos jóvenes son mayores de edad,
responsables de sus actos. Es cierto, pero también lo es que no son herederos
de una gran fortuna, que son nacidos en familias de modestos recursos; y
tampoco son empresarios enriquecidos por sus talentos y esfuerzos como
emprendedores ¿De dónde salió el dinero para que los jóvenes Flores llevaran el
tren de vida que se ha puesto en evidencia gracias al seguimiento por parte del
agente encubierto de la DEA?
En todo caso, están sometidos a juicio, en el
que deberán presentarse las pruebas acumuladas por el agente de la DEA. En
Estados Unidos, con todo y ser un “imperio”, los jueces no reciben
instrucciones de la Casa Blanca; como sí sucede en Venezuela, donde hasta los
magistrados del Tribunal Supremo de Justicia ejecutan ciegamente lo que le
ordenan desde Miraflores, tal como acaba de comprobarse con el juicio y la
sentencia de la jueza Barreiros contra Leopoldo López.
Esta manifestación mayúscula de corrupción no
puede caer en saco roto. Todavía no se ha castigado a los que hicieron millones
con el famoso PUDREVAL. Aún no se conoce el nombre de las empresas de maletín
que recibieron 20 mil millones de dólares para importaciones ficticias. Tampoco
se ha averiguado cómo el modesto ingeniero Rafael Ramírez, designado caprichosamente
presidente de PDVSA, fue incluido por la revista Forbes en el 2013 entre los
500 hombres más ricos del mundo. Ni se han revelado los beneficiarios de los
depósitos multimillonarios en bancos especializados en lavado de dinero.
Todo esto, y mucho más, debe ser motivo de
crítica y denuncia en la campaña electoral. No tendría sentido derrotar
electoralmente este gobierno y que siga cometiendo impunemente sus fechorías.
El cambio es para un gobierno mejor, eficiente y pulcro.
Caracas, 19 de Noviembre del 2015
No hay comentarios:
Publicar un comentario