UNASUR: COMO ANILLO AL DEDO
HOJA DE RUTA POLÍTICA (No 172)
Octavio Lepage
Los abusos,
persecuciones, desafueros de Maduro y de quienes lo acompañan en el gobierno
justifican el indeclinable reclamo de observadores calificados designados por
organismos internacionales solventes (OEA, Naciones Unidas, Unión Europea).
El gobierno,
por boca de la presidenta del CNE, Tibisay Lucena, rechazó de plano tal
solicitud con el argumento peregrino de que constituiría injerencia en los
asuntos internos de Venezuela, lesiva a la soberanía nacional. Para guardar las
apariencias, se solicitó a Unasur la designación de observadores. Proceden
algunas observaciones.
Unasur es
creación del incontrolable protagonismo de Chávez, al igual que la Celac y la
Alba, financiadas ambas por Venezuela; y concebidas como mecanismos de
enfrentamiento con Estados Unidos. La preside Ernesto Samper, personaje
curioso, es ex presidente de Colombia y nadie en su país habla bien de él.
Unasur, en verdad, es manejado por Ricardo Patiño, canciller de Ecuador, más
chavista que Chávez.
La función
real de estos observadores de Unasur sería garantizar un proceso electoral
limpio, inmune al fraude, ajustado a la normativa constitucional y legal que
los rige. Llama la atención el veto del gobierno venezolano a la designación
como jefe de la misión de observadores del magistrado brasileño Néstor Jobim,
con reputación de íntegro e insobornable. En lugar de mantener el nombre de
Jobim, la directiva de Unasur decidió eliminarlo, por lo cual el Tribunal Superior
del Brasil decidió no formar parte de la Misión Electoral en Venezuela.
Llama la
atención que se escogiera como Jefe de la Misión Electoral a Leonel Fernández,
ex presidente de República Dominicana, país que no pertenece a la Unasur. Su
posición, para decir lo menos, debe resultarle incómoda puesto que su país
pertenece a Petrocaribe, viéndose obligado a no hacer nada que pueda molestar
al gobierno venezolano.
La mejor
evidencia de que esta misión es simbólica es el hecho de que ni siquiera se ha atrevido
a ponerle coto al ventajismo desbordado del gobierno; y permanece silencioso
ante atropellos inauditos como el reciente tiroteo contra un acto de campaña
del candidato Miguel Pizarro en Petare. En realidad, lo único que busca el
gobierno es que la oposición firme el famoso compromiso de respeto a los
resultados electorales. Ese tipo de compromiso no se utiliza en ningún país
democrático, ya que lo normal es justamente que el perdedor acepte el triunfo
de su contendor, tal como acaba de suceder en la Argentina, donde hasta
Cristina Kirchner llamó a Macri para felicitarlo e invitarlo a reunirse.
Lo
reiteramos, este gobierno totalitario y ladrón se ha negado a recibir
observadores calificados que monitoreen de cerca el desarrollo del proceso
electoral venezolano hasta el 6D. Ante las amenazas reiteradas de Maduro de que
ganará las elecciones “como sea”, de que “no entregará la revolución”, la
defensa del voto oposicionista es de primerísima prioridad. No nos queda otra
que denunciar el fraude y la movilización resuelta.
Caracas, 23
de Noviembre del 2015
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