Armando Martini Pietri: ¿Por qué no
dijo nada? ¿Qué paso? ¿Stop Habanero?
El viernes 1º de mayo se celebró el Día del
Trabajador. En Venezuela los rumores sobre los anuncios que realizaría el
Presidente Maduro generaron expectativa para algunos e intranquilidad para
otros. Pues bien ni lo uno ni lo otro sucedió. El Presidente pasó agachado -con
chaquetón y todo- y nada interesante dijo.
De acuerdo a sus propias palabras el mandatario
venezolano había amenazado con anunciar todo un “revolcón económico” y lo que
hizo fue anunciar un 30% de aumento salarial, sin olvidar a los militares -¿cuánto
les ha aumentado desde que quedó en Miraflores?- en todas sus
escalas y tabuladores. Sobre los años de retraso con el contrato colectivo de
la administración pública, nada dijo. Sobre los reclamos de trabajadores del
sector petrolero, menos.
Tampoco comentó sobre el bachaqueo que agrava el
desabastecimiento para las familias y encarece los productos básicos, ni cómo
piensa combatirlo. Ni una palabra sobre la inflación que desbarata el ingreso
del venezolano. Nada con respecto al dólar y su valor inalcanzable,
mucho menos sobre el manejo torpe que hace su Gobierno y empeora aún más la
devastación del Bolívar. La escasez y la carestía no fueron ni tangencialmente
mencionados, las reservas internacionales y su nivel en peligrosa caída no mereció
ni siquiera una mentirita, la insuficiencia de las medicinas, la falta de
productividad en la industria y el agro no cabían en su discurso porque, para
empezar, la ha causado el mismo chavismo con su originalmente equivocado
socialismo del siglo XXI, al cual sólo angustia la supervivencia de las pocas
empresas que algo están produciendo a pesar de los obstáculos del mismo
Gobierno, que ésa es la verdadera guerra económica que sufren los empresarios y
generan el Presidente y sus ministros y que ahora –al parecer- se ha reducido
al tema de la distribución y de allí el anuncio la instalación de los “Consejos Populares de
Abastecimiento y Producción” en “todas las fábricas del país”.
La gran incertidumbre fue la muy rumorada
expropiación de las empresas Polar, incluso se hicieron campañas a favor y en
contra. Tan graves e insistentes fueron esos rumores que hasta su presidente,
Lorenzo Mendoza, a pocas horas de celebrarse el Día del Trabajador se sintió en
la necesidad de preparar una carta pública al Presidente Maduro, que unos
interpretan y tildan de cobarde y adulante, y otros como muy seria y sensata.
Me anoto en los que consideran que fue formal, prudente y juiciosa. Y quizás habría
que agregar que también fue oportuna.
¿Por qué no dijo nada? ¿Qué paso? ¿Stop Habanero?
Con
respecto a las medidas contra Polar, pareciera que las encuestas publicadas
-horas antes- por Luis Vicente León donde claramente se evidencia la relación
positiva en casi un 90% de simpatía e identificación histórica entre los
venezolanos y Oso Polar, sin duda deben haber hecho reflexionar mucho al
Presidente comandante obrero, a sus asesores
endógenos y cubanos recomendándole la inconveniencia –al menos por ahora- de
abstenerse en tomar alguna medida impopular contra la mayor empresa de
alimentos. Sin embargo el presidente atino a decir al saludar a un grupo de trabajadores y les pidió
“prepararse para los próximos desafíos” y aseguró que su Gobierno en los
próximos días emprenderá acciones económicas de protección al pueblo.
En referencia al tan cacareado y anunciado “revolcón
económico” da la impresión que en su visita a La Habana, Raúl y compañía deben
haberlo considerado precipitado, imprudente e inoportuno y por ello, se notó al
Presidente Maduro de mal humor, irritable, confundido, sin ofrecer salidas
concretas a la crisis económica, concluyendo sus palabras de salutación -por
cierto interrumpidas varias veces por trabajadores defraudados- sin pena ni
gloria. Se agotó el discurso que ahora se torna más cansón, fastidioso,
repetitivo y lleno de historietas y evocaciones del pasado cuando el comandante
supremo estaba al frente de la revolución.
No obstante lo anterior, hay que ponerle mucho
cuidado y atención a las palabras pronunciadas por la joven sindicalista que
antecedió al Presidente y le entregó una serie de requerimientos y
proposiciones con las que nuevamente Maduro alerto: “Tengo la ley habilitante lista
para los próximos días y semanas asumir el compromiso que nos ha entregado esta
trabajadora…”. Esa
puede ser la mejor recomendación de Cuba, no digas nada tu y que sean los demás
que te pidan y tu cumples los designios del pueblo. Porque en Venezuela el
poder popular es quien manda, es lo que La Habana quiere que creamos.
El país sigue en la incertidumbre y no se ven
posibilidades de cambio o rectificación. La inflación, escasez,
desabastecimiento y especulación –porque la hay, y mucha- seguirán su camino
sin que haya estrategia que la detenga. Venezuela vive momentos de tensión e
indecisión, el liderazgo se agotó y perdió vigencia, algunos políticos desaprovecharon
el sentido de la realidad, de la oportunidad y no dan con soluciones prácticas
y reales. La crisis decantó proyectos individuales, utópicos e
ilusorios y el ciudadano común -el de a pie-, espera que emerja un liderazgo
serio, inteligente, decente y honesto que no anteponga sus intereses personales
y partidistas al interés y conveniencia del ciudadano, de la sociedad y del
país. Esa es la Venezuela que queremos. Esa es la Venezuela que la mayoría
busca y desea. La otra, la de ahora, la de hoy, perdió validez.
@ArmandoMartini
No hay comentarios:
Publicar un comentario