"ÍNGRIMOS Y SOLOS"
HOJA DE RUTA POLÍTICA (No 143)
Octavio Lepage
El gobierno
no permite que nadie verifique cómo viven los presos políticos en la Venezuela
chavista. Se le negó permiso para visitarlos al ex presidente de España, Felipe
González, y a otros ex presidentes. También a senadores de Brasil y España que
vinieron a Caracas con ese propósito; y, a pesar de los recientes coqueteos con
el “Imperio”, el senador republicano Conker no pudo visitar a Leopoldo López ni
a otros presos políticos.
Esa actitud
desafiante de quienes nos gobiernan no es original. Encaja en el modelo que
vienen tratando de imponer por la fuerza en Venezuela. A los continuistas no
les ha ido mal. A pesar de que mantienen al pueblo de Cuba en la miseria,
sometido a una Libreta de Racionamiento, y pese a la adversa crítica
internacional, los hermanos Castro han gobernado a Cuba por 55 años. Tal
perspectiva inquietante no es como para permanecer indiferentes ni adormecidos
como lo propician los estrategas de la resignación.
En esta especie
de mar muerto, que es el escenario político de Venezuela en la actualidad, las
elecciones parlamentarias del 6 de Diciembre representan una extraordinaria
ocasión para sacudirse el desinterés y la pasividad, que siempre resultan
letales cuando hay que enfrentar proyectos políticos de factura totalitaria.
Es sumamente
difícil que un gobierno que sólo ha traído ruina y miseria para Venezuela,
pueda arrastrar a alguien a votar a su favor. Aparte de suspender las
elecciones, a lo que quizás no se atreva, tiene el recurso de estimular la
abstención masiva mediante una escalada de terror. Las actitudes y
declaraciones de los dos más visibles cabecillas del gobierno apuntan en ese
sentido.
Exagerar la
prudencia, bajar la cabeza, apechugar, reducir al mínimo las manifestaciones de
reclamos y de protesta facilitarían la estrategia del gobierno, porque cunde el
miedo, y hasta los más resueltos se desaniman. Por lo demás, sin el pueblo en
la calle, entusiasta, alerta y resuelto será difícil que el gobierno se rinda
ante la realidad.
Es visible
que los venezolanos esperan con ansiedad un cambio político. Hasta un buen
porcentaje de chavistas votarán a favor de ese cambio, porque también ellos
están sufriendo las consecuencias de la ruina nacional. La derrota del gobierno
es inevitable. A los dirigentes de la oposición les corresponde la
responsabilidad de que ese cambio anhelado no se frustre.
Caracas, 28
de Julio del 2015
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