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lunes, 25 de abril de 2016

“Gobierno Bachaquero” por Armando Martini Pietri


“Gobierno Bachaquero” 
por Armando Martini Pietri

No se trata de que la oposición haya cumplido sus tantas veces anunciada oferta de sacar del poder a Maduro, sino del bandidaje bachaquero que desangra a su gusto e impunemente a los ciudadanos. A todos, pobres y ricos, chavistas, opositores y neutrales -¿queda alguno?

En la cara del Gobierno, que alardea de controles, hemos llegado a una auténtica y devastadora anarquía. Bachaqueros de todo tipo, y algunos comerciantes inescrupulosos, hacen lo que les da la gana con los precios, que, además, suben indiscriminadamente semana a semana. Un botellón de agua, costaba hace 2 meses 200 Bs. La semana pasada el costo era de Bs. 370 y esta tercera semana de abril ya cuesta Bs. 500.oo, así como suena, así de grosero. Los productores lácteos inventaron la “bebida láctea” que al no ser denominada como lo que es, leche, que está regulada y no se consigue, cobran el litro en 400 bolívares y hasta en 600. La Harina Pan escasea en abastos, automercados y mercados populares, puede comprarla al precio de Bs. 900 pero si el bachaquero se levanta de mal humor se la puede cobrar hasta en Bs. 1.200.oo. Y si quiere café el precio de un paquete de medio kilo, es de 2.590 bolívares.

Si todavía viven en otro mundo y no lo creen, bajen de esa nube y dénse un paseo por la Redoma de Petare; encontrarán bachaqueros a montón; Sí, a simple vista, bajo la vigilancia encubridora y cómplice de las autoridades. Sinvergüenzas desvergonzados.

Un paquete de 4 rollos de papel toilet, lo venden en Bs. 800.oo. La harina de trigo, los bachaqueros la ofrecen en Bs. 800. La misma historia con el aceite de maíz que bachaqueado está en mil bolívares por ahora –ya se sabe que en el Gobierno de Maduro lo malo es para siempre y los precios por ahora-. Mayonesa en los puestos bachaqueristas cuesta Bs. 800. La crema dental los delincuentes bachaqueros la venden entre 800 y 1.000 bolívares si es que usted practica ese hábito burgués de lavarse la boca y los dientes –hay oligarcas que ya no se cepillan tres sino una vez al día, para ahorrar-. Toallas sanitarias el ladronismo bachaquero las vende en Bs. 500.oo. Mención especial merecen los aumentos groseros, vulgares y asquerosos de la leche de fórmula para los recién nacidos que está regulado en Bs. 270 pero en el negocio repugnante bachaquerano puede costar 5 mil y mas, un paquete de pañales, los muy cínicos lo especulan en Bs. 2.500.oo.

Dígame ustedes si todas estas realidades no son hurtos descarados al mismo pueblo que el PSUV y el Presidente afirman defender. Sin duda son robos a la luz del día ¿por qué las autoridades no hacen nada? ¿Por qué no actúan? ¿Por qué no están en las cárceles los malandros bachaqueros delincuentes sorprendidos infraganti? La complicidad es tan reprochable como el atraco.

Cuentan los expertos en bachaquerismo, que las ganancias de un bachaquero fluctúan diariamente –o sea, cada día, estemos claros- entre 15 y 20 mil bolívares, mientras que el sueldo mínimo está en Bs. 11.578,00 mensuales. Con absoluto descaro confiesan que viven acomodados, adquieren celulares de última generación, consiguen carros nuevos y algunos hasta revelan haber comprado vivienda.

La mayoría de los bachaqueros con experiencia en el negocio no hacen cola para comprar los artículos que revenden. Operan con “proveedores” que sí hacen largas colas, que además colean a familiares y amigos, en muchos casos transportados en vehículos del oficialismo -Dios guarde, a quienes tengan la osadía de reclamar porque son robados, apuñalados- y luego les venden a ellos los productos a un precio con ganancias compensatorias, a los cuales se suman los costos de lo que el neocomerciante de calles quiera agregar. Total, pagamos usted y yo, los pendejos habitualmente victimizados por la revolución y el socialismo bolivariano-madurista.

Son éstas sólo algunas muestras del gobierno bachaquero, para no mencionar huevos -que hasta ayer costaban Bs. 1.800.oo y hoy su valor es 2.400 bolívares-, arroz, granos, ni mucho menos referirnos al criminal desabastecimiento de medicinas, comercio en el cual ya se han establecido bachaqueros a las afueras de clínicas y hospitales vendiendo inyectadoras, gasas y todo tipo de material médico quirúrgico. Pero no es lo único ni el bachaquerismo se limita a cosas que sus víctimas puedan llevarse en bolsas. También hay bachaqueros en las adjudicaciones de la Misión Vivienda y otros programas gubernamentales.

Hay también otras especialidades, están los bachaqueros que trafican con los carros chinos e iraníes, y no podían faltar los especialistas en bachaqueo de dólares preferenciales. Es decir estamos dominados por bachaqueros de variadas y diversas habilidades técnicas profesionales, son todo un mercado pujante permitido y consentido por este desgobierno. Tal es el auge, que se comenta con insistencia sobre la gran aceptación revolucionaria competitiva y lucrativa de la cátedra comercial del bachaqueo, que algunas universidades están considerando organizar cursos intensivos, diplomado y licenciatura en bachaquerismo, incluyendo contabilidad bachacante. La majadería en su mejor expresión.

La pregunta obvia es ¿cómo consiguen los bachaqueros todos esos productos que nadie encuentra? La otra duda, aún más cruel, es ¿cuántos de los que hacen largas colas, son bachaqueros? ¿Cómo hacen muchos de ellos para lograr puestos privilegiados en las colas? ¿Es posible que los codiciosos bachaqueros no tengan y aprovechen, por las debidas tarifas y porcentajes, complicidades y protecciones de individuos enterados, de vigilantes y burócratas del comercio gubernamental?

Con miles de individuos contratados por los diversos organismos de inspección, el Gobierno no tiene ningún control. Lo perdió. Clausura unos pocos comercios pero el bachaquerismo sigue campante. Son muchos los empleados que han solicitado sus liquidaciones para invertir en el bachaquerismo, y especular sin resabios ni sonrojo. Ésa es la guerra económica que realmente está funcionando, y que el oficialismo perdió al igual que la ficticia e imaginaria, en la cual se derrotó a sí mismo.

El problema no es que los productos aumenten de precio, algo que en una economía libre y con las fuentes productivas en acción, sería normal, mucho más llevadero y previsible, sino la forma absolutamente descomunal y descarada en que se incrementan casi a diario. La cesta alimentaria que calcula el Cendas crece mes a mes y se hace inaccesible para las familias que dispongan de menos de 4 salarios mínimos. Para adquirirla, los venezolanos necesitan, de acuerdo a la más reciente medición ¡12 salarios mínimos! ¿Cuántas familias pueden disponer de esas cantidades? Les aseguro que no mas del 10%.

Los bachaqueros no son más que vulgares asaltantes, atracadores que hacen vida productiva y altamente rentable y además no pagan impuesto, frente a la vista cómplice de un Gobierno que se jacta de gobernar, que mantiene los controles económicos como una promesa fundamental, pero que en realidad, no controla nada y cuando lo hace, es solo a unos pocos desvalidos.

Es el mismo que se llena la boca clamando por el ahorro de electricidad después que en más de quince años no sólo no mejoró ni mucho menos garantizó el adecuado suministro eléctrico, sino que lo empeoró y acabó con buena parte de la estructura termoeléctrica que ha sido descuidada y abusada. 

La realidad es que estamos bajo un verdadero nuevo gobierno que se reparten lo desordenado e incapaz de la pesada e ineficaz burocracia oficial, los malandros que gobiernan áreas urbanas enteras y hasta ponen horarios de circulación, los bachaqueros y algunos zánganos comerciantes que se enriquecen a costa de los venezolanos de todos los sectores sociales y geográficos del país.

Ellos son quienes gobiernan en la patética y deslastrada Venezuela revolucionaria de hoy, el Presidente, sus ministros y altos funcionarios sólo hablan haciendo perder el tiempo a los ciudadanos, disfrutan los beneficios del poder mientras su única angustia estratégica es quitarles las empresas a los pocos empresarios eficientes y verdaderamente venezolanos que siguen al pie del cañón. Mientras el Gobierno de Maduro ya no aguanta un aguacero, nosotros los pendejos sin café ni leche, hacemos colas, aguantamos callados, somos aterrorizados por la delincuencia, hartándonos de incompetencias y enterándonos, frustrados, de las inasistencias, aspiraciones, zancadillas y confrontaciones de algunos diputados a quienes brindamos una confianza  que rápido se evapora. 

Es el Presidente y el gobierno que tenemos, aparte de colectivos, malandros, bachaqueros, es el gobierno del caos, de la anarquía, del racionamiento de todo lo bueno y del derroche de todo lo malo.

@ArmandoMartini





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