“La improvisación es nuestra divisa.”
Por Silvia
E. Rodríguez Schwartz
Otro
cuchillo al cuello: 8 viernes no laborables para “ahorrar energía”, más
paralización, más improductividad, más pérdidas…y otra ridícula “solución” a lo
que no se soluciona con ninguna de las medidas hasta ahora dictadas al
respecto, no es la primera vez que lo vivimos.
Precisamente
otro elemento de la “educación” a
Venezuela: no trabajar, no trabajar, no trabajar…como un disparate que ya se
siembra en la mente del país como parte de su vida. Nunca les dijeron con el
tetero que el trabajo y la producción son valor del progreso, más para un país
en crisis aguda…
Paralelamente,
hay que limitar las funciones de la asamblea, con uno, otro y otro intento,
porque todavía no mastican que haya poder, más o menos poder, que no siga su
mandato, que proponga salidas, que se agarre para sí la labor de empezar a reparar
algunos de los estragos de su pésimo manejo, que quiera resucitar al paciente
(Venezuela, por si acaso).
Ahora a la
TV por suscripción…¿a quién se le pasó exterminar a esos canales que siguen y
siguen jodiendo? ¿a Conatel? ¿a quién? ¡Para hacerle ya un enroque y pasarlo al
nuevo ministerio de amor a las patrias y a los patrios!
Esta es una
estrategia ultra conocida y utilizada en la historia de la civilización: el
régimen del terror, ir sembrando cobardía, atontar, provocar adaptación a las
limitaciones y restricciones, sumisión… todo es una fiscalización, una
confiscación, ¡confiscamos 10.000 kilos de leche en polvo! ¿y a dónde van? porque
ni a su red de abastos, pero la noticia es esa: ¡atrapamos a los tipos en plena
acción, con toneladas de café, somos vigilantes del buen proceder de los
comerciantes para beneficiar al pueblo amado!, ¿sí? Y cómo, cuándo y dónde lo
benefician.
Prohibido el envío de medicinas, no sólo desde el exterior, sino a escala
nacional…claro, como en el país sí se consiguen, entonces prohibidos los
envíos, ¿para beneficiar a quién? ¿a la industria nacional? ¿cuál? Y si no las
consiguen, a morir, señores, a padecer más, (cada vez va sonando mejor lo del
genocidio ¿verdad?).
Una investigación por uso incorrecto de divisas (como si
nunca hubiéramos sabido que ese es un derecho, manejándolo legalmente, pero esa
es la idea, que vayamos dejando de rememorar cada cosa que antes era un
derecho). ¿Se acuerdan?: “capturados los asesinos de Mónica”…¿y entonces? ¿cuál
es el resto de la historia? Claro, como la memoria es de 7 minutos y ellos lo
saben, terreno fértil para seguir contando sólo los titulares de los “logros” y
la “acción castigadora”… y ya se les olvidará preguntar por el resto del
cuento.
Prohibida la venta de alimentos, productos escasos, cauchos, etc. por
vía electrónica, otra calle cerrada, repito, como aquí sí se consiguen, ¿por
qué venderlos por Internet?, ¡delito! ¿y
el delito de dejarnos cada vez más sin salida para subsistir con las medicinas,
con los alimentos, con el vehículo, con el transporte, poquito a poco,
maquiavélicamente? ¿Y el delito de prohibirle a un país que al menos trabaje,
los 5 días de la semana para avanzar, para recuperar, para sanar?…
Ajá,
repasemos la historia de los alimentos: consumíamos carne, pollo, vegetales,
frutas, leche, una cierta clase de dieta balanceada y proteínas, desaparece la
leche, desaparece la carne, vamos por el pollo, desaparece el pollo, vamos por
el atún, nada por aquí, nada por allá, y cuando se consigue hay que dejar la
casa como pago inicial, bueno, frutas y vegetales, no, no puedes pagarlas
cuando aparece el milagro de su presencia, ok, avena, (proteínas, fibra) ¡chao
avena!
En fin, tal cual como cuando se van acorralando a las reses, los rincones salvadores y posibles nos los van cerrando, con astucia, con infinita maldad, con saña, esa que sólo corre por la sangre de los envenenados…y con absoluta improvisación.
En estos
días leí un tweet (que me perdone el autor por no encontrar su nombre) “El ser
humano es muy resiliente, puede adaptarse a lo peor, banalizarlo y hasta
normalizarlo”.
Repito lo
mismo de siempre: nada nuevo que aportar, ¿o sí? Sí. Una cosa: busquemos algo
para la memoria (no en las farmacias), para seguir el paso de los
acontecimientos, no sólo activemos el cinturón de seguridad para seguir vivos
después de cada trancazo.
“…es de saber que muchas veces se juntan 6.000 o más indios en
campo poniéndose todos en rueda o cerco a manera de corrillo (…) y luego se van
juntando poco a poco de suerte que todo el ganado que anda en aquel espacio del
cerco se va recogiendo hacia el medio huyendo de los indios, que se van
acercando, y cerrando más la rueda hasta venir a acorralar tanto las reses que
las cogen a manos sin dejarles resquicio por dónde evadirse: y esto es lo que
propiamente llaman chaco…”
Colección
de Historiadores de Chile y Documentos Relativos a la Historia Nacional. Volumen 5. 1861.
Chaco:
“Montería con ojeo que hacían antiguamente los indígenas de América del Sur,
adoptada por los españoles, consistente en batir el campo y rodear la presa
para cazarla.”
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