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lunes, 4 de abril de 2016

"SOBRE LA CONFRONTACIÓN ENTRE EL PODER CIVIL Y EL PODER MILITAR EN LA HISTORIA DE LA VENEZUELA REPUBLICANA" Por Germán Carrera Damas


83º Mensaje histórico

SOBRE LA CONFRONTACIÓN ENTRE EL PODER CIVIL Y EL PODER MILITAR EN LA HISTORIA DE LA VENEZUELA REPUBLICANA*

Germán Carrera Damas
Escuela de Historia
Facultad de Humanidades
Y Educación. U. C. V.

Agradecimiento y advertencia:

I.-  Creo oportuno hacer  dos puntualizaciones que me permitirán situar históricamente el tema sobre el cual deseo invitarles a conversar.

         A.- Una constante corre a lo largo de nuestra historia republicana. Concierne a la independencia nacional, en el triple sentido de su logro, de su consolidación y de su defensa. Según las áreas socio históricas y las circunstancias socio políticas, la de la independencia nacional es cuestión que experimenta cambios de urgencia y de intensidad, pero sin menoscabo de su esencial y perdurable valor.

         B.- Mas, otra constante hay que corre a lo largo de nuestra historia republicana independiente, iniciada en el 9 de diciembre de 1824, cuando el ejército de la República de Colombia, comandado por el general colombiano nacido cumanés, Antonio José de Sucre, puso fin al imperio hispano americano en la Batalla de Ayacucho. Esa constante es la lucha contra el despotismo. Sólo que iniciada esa lucha como rechazo de la monarquía absoluta y del nexo colonial, ha tomado, -y lo digo en presente- un nuevo sentido en el desenvolvimiento de la historia republicana independiente.

         II.- La instauración del despotismo republicano en el ámbito de la restauración de la estructura de poder interna de la sociedad monárquica colonial en trance de hacerse republicana, nada tuvo de fortuito; respondió a una necesidad socio histórica.

         A.- La ruptura del nexo colonial trajo consigo la profunda alteración de la estructura de poder interna de la sociedad monárquica colonial. Hasta el punto de que, lograda la independencia de hecho, el restablecimiento de esa estructura se volvió condición urgente, y también requisito ineludible, para echar las bases institucionales, políticas y sociales, de la República. De allí el expediente socio jurídico que he denominado, respecto de la República de Colombia abolición selectiva de la Monarquía.

         B.- En la Venezuela independiente la perturbación de la estructura de poder interna de la sociedad colonial revistió particular gravedad, dada lo reciente formalización de esa estructura, sucedida jurídicamente en 1777, y el acendrado monarquismo de la sociedad, reconciliada con el nexo colonial desde 1814-1815 hasta 1821, cuando el ejército de la República de Colombia, comandado por el general colombiano, nacido en la Gobernación y Capitanía General de Venezuela, Simón Bolívar, triunfó en la segunda Batalla de Carabobo. Fue necesario movilizar fuerzas sociales institucionalizadas que habían formado parte  del ejército de la República de Colombia.  A esas fuerzas acudieron los repúblicos que constituyeron, en 1830, el separatista Estado de Venezuela.

         III.- Transcurrida  una década, esos mismo repúblicos consideraron que ya la sociedad civil había alcanzado el nivel de estructuración, y de control social, requerido para entrar a regir soberanamente la vida social y política, prescindiendo de la tutela militar en lo político.
        
         A.- Pero había tomado carácter de creencia, en los próceres militares, de que si a ellos consideraban que se les debían el logro de la Independencia y la instauración de la República, también les correspondía su guarda y preservación, confundidas en la noción de gobierno, merecidas como justa compensación de su sacrificado heroísmo.

         B.- Al procerato civil le correspondió, por consiguiente, emprender la reivindicación de la preeminencia del carácter cívico de la institucionalización republicana, correlativa del papel desempeñado en la crisis del nexo colonial y en la conducción política de la lucha; si bien esta fue ostensiblemente subestimada, si no francamente menospreciada, por quienes habían derramado sangre y no tinta.

         IV.- El largo y calamitoso siglo XIX venezolano, que visto como esta pugna entre el así conformado Poder militar y el así reivindicado Poder civil, perduró hasta los años 1945-1947. No fue mácula de nuestra aspiración republicana. Recorrimos el mismo fragoso camino que han transitado todas las sociedades que, procedentes de la monarquía absoluta, se mostraron empeñadas a instaurar de inmediato el régimen liberal republicano.
        
         A.- Hasta ese momento de cambio revolucionario, la pugna contra el extrapolado Poder militar había tenido el sentido de lucha contra el despotismo, planteada como lucha por la libertad contra la dictadura. Tal fue el sentido predominante de la rebeldía escenificada por la denominada Generación del 28, que desembocó en la cárcel y el exilio, si bien dejó sembrada una inquietud que se reveló fecunda.

         B.- Los cambios operados en el escenario internacional, iniciados, por la crisis política europea post Primera Guerra mundial y acentuados por la Revolución Roja o soviética, impulsaron procesos ideológico-políticos que modificaron ese  escenario hasta culminar con el estallido de la Segunda Guerra mundial. La consiguiente formación del Gran Frente de la Democracia contra el fascismo, si bien por razones estratégicas incluyó a la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS), produjo los postulados revolucionarios contenidos en La Doctrina de las Cuatro Libertades y La Carta del Atlántico.

         C.- Bien interpretados esos postulados por los surgentes demócratas venezolanos, les fue posible montar un andamiaje sociopolítico que, valiéndose del obligado clima de libertades básicas compatible con el sentido democrático y de autodeterminación de los pueblos de los mencionados documentos, desembocó en la Revolución de Octubre de 1945.

         V.- La visión históricamente prospectiva de la fase actual de la confrontación entre el Poder militar y el Poder civil representa la culminación del cambio histórico desencadenado por la Revolución del 18 de octubre de 1945, en virtud del Decreto Nº 9 de la Junta Revolucionaria de Gobierno de los Estados Unidos de Venezuela, fechado en el 22 de octubre de 1945, cuyo Artículo 1º y único reza: “Los miembros de la Junta Revolucionaria de Gobierno de los Estados Unidos de Venezuela, creada la misma noche en que triunfó definitivamente la insurrección del Ejército y pueblo unidos, quedan inhabilitados para postular sus nombres como candidatos a la Presidencia de la República, y para ejercer este alto cargo cuando en fecha próxima elija el pueblo venezolano su Primer Magistrado.”

A.- El producto fundamental y perdurable de esa Revolución fue la instauración, primera y primaria, del Poder civil en Venezuela. Lo que dio origen a una pugna por el control del poder público, iniciada de inmediato. Pugna  de la cual vivimos la crisis de instauración del Poder civil en el lapso 1948-1959, el conato de preservar el Poder Militar en 1959, y la variante representada por la candidatura presidencial del Contralmirante retirado Wolfgang Larrazábal. Vivimos actualmente la que será la definitiva crisis de desarrollo de la instauración del Poder civil; pues de ella habrá de resultar la sociedad genuinamente democrática venezolana, que ha despuntado en el 6D de 2015.

B.- Contrariamente a lo pregonado por observadores políticos e historiadores de escaso sentido histórico, el curso de estos acontecimientos es una rotunda comprobación de la vigencia de La dialéctica histórica de continuidad y ruptura. La cual rige los procesos históricos que, por vincular el cambio sociopolítico con el cambio histórico, requieren un lapso de tiempo histórico   proporcional con la densidad estructural del cambio histórico socialmente procurado; y ocurre que después de la ruptura del nexo colonial, la instauración del Poder civil es el segundo gran hito de nuestra historia republicana.

C.- En el caso de la sociedad venezolana contemporánea, lo así alcanzado quedó puesto de presente por la circunstancia de que tras casi dos décadas de erradicación programada, los fundamentos ideológico-políticos democráticos del Poder civil, implantados en 1945-1948, y cultivados socialmente desde entonces, ya no descienden desde el nivel político hacia la sociedad sino que ascienden desde ésta hacia el nivel político; confirmándose con ello la virtualidad de una sociedad genuinamente democrática en sustentable proceso de edificación.

Conclusión:

Me permitiré terminar invocando una recomendación que conviene no olvidar. Dice así: el sentido de la historia está escrito en su acontecer; pero, para percibirlo es necesario aprender a leer la historia con enfoque prospectivo.  
        
Gracias. Caracas, marzo de 2016.
___________________                                                                                                       
*  Ponencia presentada en el Foro de la Fracción parlamentaria de Vente Venezuela.
Museo Boliviano de la Asamblea Nacional. Caracas, 15 de marzo de 2016.



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