GOBIERNO PENDENCIERO
HOJA DE RUTA POLÍTICA (No 148)
Octavio Lepage
Es patético
ver a Maduro lanzando rayos y centellas contra enemigos imaginarios, quienes
desde sus trincheras deben contemplarlo con compasiva y risueña comprensión.
Maduro
debería darse cuenta de que él no es Chávez, que carece por completo de su
carisma y de su talante campechano; pero sobre todo, de que la opulenta
petrochequera ahora carece de fondos para adquirir y mantener lealtades.
Venezuela perdió por completo su liderazgo en el ámbito latinoamericano y
caribeño.
El estado de
excepción y su aparatosa y jaquetona implementación carece de fundamento serio.
El incidente en que resultaron heridos jóvenes oficiales y soldados
venezolanos, de cierta gravedad sin duda, es uno más de los que tienen lugar en
la frontera colombo-venezolana en la que pululan contrabandistas,
narcotraficantes, guerrilleros, paramilitares, ahora incrementados por la
escasez aguda de alimentos en Venezuela.
Eso no
justifica el aparatoso despliegue militar del lado venezolano ni el lenguaje
pendenciero que Maduro viene utilizando; y mucho menos, el tratamiento
destemplado y agresivo a millares de colombianos que han hecho de Venezuela su
segunda patria.
La sobre
reacción del gobierno ante el lamentable incidente fronterizo, nada
excepcional, no persigue suspender las elecciones. Aunque siempre desestima la
reacción internacional adversa, sin embargo se da cuenta de que tal suspensión
generaría alarma universal.
Lo que busca
el gobierno, a nuestro parecer, es incrementar el miedo a nivel máximo para que
los electores no acudan a los centros de votación el 6 de Diciembre. Está
determinado a ganar con fraude, el cual sería más visible con una presencia
masiva de los electores en los centros de votación. Lo más probable, en
consecuencia, es que el estado de excepción vaya extendiéndose a otras
regiones, empezando por el Zulia, también fronterizo con Colombia. En todo
caso, es un procedimiento abusivo que amerita la condena y repudio beligerante,
tal como lo hizo la MUD en su comunicado.
Con el
desabastecimiento creciente y el consiguiente incremento incontrolable de
precios, es delito de lesa patria el
contrabando de extracción, que por cierto no es culpa de Colombia, es culpa de
los contrabandistas.
Hay dos
categorías de contrabandistas: los bachaqueros propiamente dicho, que en fila
india como los bachacos, cruzan a pie la frontera con su bulto al hombro por
los caminos verdes o trochas; y los que realizan el contrabando de extracción
en gandolas, ante la mirada complaciente y cómplice de los guardias fronterizos
que ni siquiera les exigen identificación.
La
revolución continúa impertérrita produciendo multimillonarios a granel.
Caracas, 25
de Agosto del 2015
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