"LO QUE PASA Y ESTÁ
POR PASAR" Por Carlos Canache Mata
Sólo la irresponsabilidad y la ignorancia
pueden explicar que Maduro haya dicho que los saqueos de cuatro locales
comerciales, con la lamentable muerte de un venezolano, ocurridos en San Félix
el pasado 31 de julio, forman parte “de un plan de la ´derecha maltrecha´ bajo
las órdenes de los Estados Unidos para
que le hagan daño al pueblo venezolano”.
Nadie duda que esos saqueos se causaron por
la desesperación de consumidores que ya no soportan la escasez de alimentos y
otros bienes generada porque no se producen internamente como consecuencia del
proceso de destrucción de la economía nacional y porque no hay divisas
suficientes para mantener las importaciones compensatorias. Por eso, el régimen
busca dólares por todas partes, vendiendo a descuento las facturas de
Petrocaribe, vendiendo refinerías, endeudando a Citgo, pignorando el oro
monetario de las reservas internacionales que van palo abajo, y retirando los
Derechos Especiales de Giro del FMI. No hay sentido del ridículo cuando el que
encabeza el régimen afirma que “en febrero el general estadounidense Kerry fue
al Congreso de los EEUU y vaticinó que julio era el mes de la implosión social
en Venezuela”. Cabría preguntarse si también EEUU , con quien ahora se celebran amables
conversatorios, está detrás de los 56 saqueos y de las 2.836 protestas de
carácter social habidos durante el primer semestre de este año 2015, según ha
informado el Observatorio Venezolano de Conflictividad Social.
La dramática situación económica que
vivimos, con su secuela de emergencia social, ha sido advertida y denunciada
por economistas y organismos nacionales e internacionales. Tenemos la tasa de
inflación más elevada del planeta, una contracción económica que fue más del 4%
en el 2014 y que la Cepal pronostica del 5,5% y el FMI del 7% para este año, y
un precio del barril de petróleo de menos de 50 dólares (¡para que se vea en
qué manos estamos, recordemos que en el Presupuesto de 2015 se estimó una
inflación del 25%, un crecimiento del 3% del PIB, y un precio de 60 dólares el
barril de petróleo!). Por cobardía, el régimen no toma las medidas económicas
necesarias y, como señala el último informe de International Crisis Group, se
corre el peligro de desembocar “en una grave crisis humanitaria con un impacto
sísmico en la política y la sociedad”.
Es en ese comprometido escenario
económico-social que se realizarán las elecciones parlamentarias del 6 de
diciembre. Para saciar el terror que lo aflige por lo que dicen las encuestas,
al régimen no le basta el control absoluto del CNE, la manipulación de los
circuitos electorales, las arbitrarias inhabilitaciones de candidatos de la
oposición, la utilización descarada de los recursos del Estado, la aberrante
hegemonía comunicacional que se manifiesta en diarias y prolongadas cadenas de
radio y TV, sino que, por boca de Maduro, acaba de descartar la observación
internacional de los comicios de diciembre por la ONU, la OEA y la Unión
Europea (“no la aceptaremos jamás”). Sólo aceptan el “acompañamiento” de la
complaciente Unasur.
¿ Es que Maduro y sus acólitos creen que
esta vez se puede tolerar un nuevo
fraude electoral ?.
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