Armando Martini Pietri:
Chavistas,
háganse un favor: ¡pierdan las elecciones!
Lo que antier valía 100 bolívares, ayer costaba 120, hoy vale 130, ó
140, ó 150, y quien sabe cuánto costara mañana, aunque el dólar today que tanto
molesta al Gobierno no haya cambiado un céntimo. No es una simple casualidad
que la cesta alimentaria familiar cueste ya más de 40.000 bolívares mensuales;
es decir, una familia de 4 ó 5 personas tiene que ingresar como mínimo el doble
para alimentarse adecuadamente –si consigue todos los productos que busca, que
es otro problema que encarece porque después de buscar en comercios diferentes
van a tener que recurrir a algún bachaquero-, para pagar el transporte –cada
miembro de la familia, incluyendo estudiantes y ancianos a los cuales los
choferes no hacen el menor caso- tiene que contar con no menos de 30 bolívares
diarios sólo en Caracas, 900 mensuales cada uno, para comprarse –diríamos mejor
reponer- piezas de ropa para encontrarse con que una camisa de medio pelo no
baja de 2.000 ó 4.000 bolívares, hablando de franelas “puyadas” en El
Cementerio.
Saque usted mismo la cuenta, una familia de padre, madre y 2 ó 3
muchachos, si ingresa mensualmente menos de 80.000 bolívares se esfuerza mucho
y gana poco, puede que se alimente más o menos bien pero tiene que cuidar la
crema dental, contar los cuadritos del papel higiénico –o las servilleticas,
dependiendo de lo que consiga-, agregarle agua a la sopa, olvidarse de ir al
cine a menos que tenga en el bolsillo unos 3.500 bolívares para un lunes de
funciones baratas y comprando sólo un par de combos de cotufas y refresco. Mas
barato sale quedarse en casa o hacer como en algunos desarrollos de Misión
Vivienda, se ponen de acuerdo para ver el fútbol o la película por DirecTV y
pagan entre todos cervezas y sancocho. Esa es la realidad no importa lo que se
diga o vea en VTV.
No hablemos de los interminables ejemplos de precios que van mucho más
allá de ser simple reflejo del dólar paralelo o del peso colombiano o del
bolívar que de fuerte ya no tiene nada y por el contrario esta derrotado y
maltratado.
Una cosa es la hiperinflación y otra el despiporre; una cosa es el
padecimiento muy anunciado y vaciado en los oídos sordos chavistas de que
barrer con la producción y preferir la importación con muchos o con pocos
dólares nos llevaría a esto, y otra el desbarajuste total en el cual hemos
caído. No en el que vamos a caer, en el que ya caímos y que Maduro trató de
hacernos olvidar levantando la banderita de Guyana que sólo sirvió para que los
guyaneses se pusieran las pilas, el que ahora Maduro trata de hacernos olvidar
fastidiando a los colombianos pero también a centenares de miles de venezolanos
que viven en ese frontera, trabajan allí, bachaquean allí y conocen bien cómo
se bate de verdad el cobre verde.
No vengan a decirnos –ya ni los chavistas más empecinados se atreven a
creer que sea así- que el Gobierno de Nicolás Maduro no está consciente de la
especulación grosera y descarada que se ha desatado en Venezuela de unos meses
para acá, un tsunami de atraco al consumidor, que supera cualquier causa
económica. El Gobierno lo sabe, pero una de dos: o no le importa o, aún peor,
ya no sabe qué hacer.
Día a día los precios de usureros y delincuentes -porque son
delincuentes- suben sin justificación alguna y por si fuera poco, la
inacción y pasividad del gobierno es, más que indolente, cómplice. Venezuela
está viviendo no sólo una de sus mayores crisis sino la peor, tanto en materia
económica donde se incluye la hiperinflación y los precios bachaqueros, sino
también crisis social, de valores y principios, la inseguridad general y ahora
la ciudadana tanto en la Cota 905 como en la Lomas de La Lagunita, donde el
sálvese quien pueda es la consigna. Porque no es sólo que los funcionarios
policiales –incluyendo profesionales presuntamente muy bien preparados en toda
una Universidad de la Seguridad- sean mediocres o corruptos o mal dotados, es
que a los primeros que atracan y asesinan es a ellos.
¿Dónde están los alardes maduristas de protección al pueblo? ¿Dónde
están los miles de miembros de consejos comunales y de funcionarios, todos de
franelita roja, todos juramentados patriotas cooperantes, que aseguran que no
permitirán ni un abuso mas de nadie? Están donde está el país, a la deriva, sin
timón, timonel ni capitán, con una tripulación que por saber parece que no sabe
ni nadar. Por eso es que abandonan todos el barco y se lanzan al agua en plena
tormenta y los mas temerosos que no lo hacen es sólo porque están esperando una
oportunidad, cualquier oportunidad.
El país está de su cuenta, nadie parece estar a cargo ante los
problemas, ni hay quien se interese por el ciudadano de a pie –el pendejo como
usted y como yo- que es el que sufre las consecuencias del abuso y la serie de
actos delincuenciales que significan vivir en anarquía. Cada quien hace lo que
quiere, como quiere y cuando quiere.
Compatriotas chavistas, háganse un favor fundamental. Pierdan las
elecciones, culpen de la derrota a los que han gobernado y nos han llevado a
todos al caos. Y después, si siguen siendo venezolanos con fe, pónganse a
construir un partido más o menos bueno. Con toda la parafernalia revolucionaria
y con su color rojo, pero como los socialistas europeos y asiáticos, que joden
y discursean pero gobiernan y buscan la prosperidad de sus países.
Venezuela y sus ciudadanos merecen algo mucho mejor que ustedes, los
chavistas de ahora.
@ArmandoMartini
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