¿REVENTARÁ EL
PAÍS?
Carlos Canache Mata
Si Venezuela tuviera actualmente un gobierno
democrático buscaría consensos para enfrentar la peligrosa crisis económica que
vive el país. En el período constitucional 1959-1964 los partidos políticos se
pusieron de acuerdo para salvar la estabilidad de la naciente democracia.
Ahora, el acuerdo sería para salvar la economía nacional, seriamente afectada
por distorsiones que ya no pueden continuar. La Academia Nacional de Ciencias
Económicas ha hecho un llamado “a concertar los esfuerzos necesarios para producir
un cambio fundamental en la conducción de los asuntos económicos y así poder
superar la grave situación en que nos encontramos”.
Como no son demócratas los que están
ejerciendo el poder, habrá que presionar, por cuanta vía constitucional sea posible,
para lograr los cambios que eviten que el país reviente.
Ya es impostergable salir de la
postración económica. Según el FMI, el tamaño de la economía venezolana pasará
de 298.000 millones de dólares en el 2012 a 131.000 millones que se estiman
para este año, es decir, que ha perdido más de la mitad de su valor bajo el
mandato de Maduro. El PIB per cápita que fue de 11.450 dólares en el 2012
pasará a 4.417 dólares en el 2015. Al cierre de este año, se pronostica una
contracción económica del 10%. Tenemos una inflación de récord mundial (¿180%,
200%, más del 200%?), que aumenta la pobreza y el costo creciente de la Canasta
Alimentaria que, según Cendas, pasó de 18.342,96 bolívares en enero a 50.624,52
bolívares en agosto de este año, y de la Canasta Básica Familiar (alimentos más servicios) que pasó de
31.843,33 bolívares en enero a 78.611,65 bolívares en agosto de este año. The
New York Times dice que el bolívar se ha devaluado tanto que “ni los ladrones
lo quieren”. La escasez y el desabastecimiento de los productos básicos se
originan por el aniquilamiento del aparato productivo interno y la insuficiente
oferta de divisas, agravada por la caída de los precios petroleros, para las
importaciones requeridas por el sector privado, al que tampoco se le permite
incorporar en la estructura de costos el aumento en los precios de los
productos que adquieren con el llamado dólar paralelo. El caos cambiario, con
cuatro tipos de relación dólar/bolívar, se retrata dramáticamente en la
distancia entre el tipo de cambio oficial de 6,30 bolívares por dólar y el de
más de 800 bolívares por dólar en el
mercado paralelo, fuente de corrupción con la que se han amasado ilícitamente
inmensas fortunas.
Urge un plan de restablecimiento de los
equilibrios macroeconómicos para, como dice Pedro Palma, “sanear la
economía” y aplicar “una profunda
corrección cambiaria”. Una rectificación bien llevada de las políticas
económicas, de manera firme, pero sin brusquedades innecesarias, como
aconsejara Eduardo Mayobre en reciente artículo.
Eso, el gobierno de Maduro está
orgánicamente incapacitado para hacerlo.
Esta es la razón o sinrazón por la que acaba de ratificar y radicalizar
el fracasado modelo económico que se aplica desde hace casi 17 años.
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