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lunes, 23 de febrero de 2015

"EMPRESARIOS, ¡TEMBLAD!" Por Octavio Lepage

EMPRESARIOS, ¡TEMBLAD!
HOJA DE RUTA POLÍTICA (No 113)

Maduro continúa cabalgando sobre sus estrategias distraccionistas. El primer plano lo ha ocupado hasta ahora la llamada “guerra económica”. La inflación brutal, aniquiladora del nivel y calidad de vida, al igual que la escasez y el desabastecimiento –según él– serían consecuencia de esa guerra imaginaria.

Antes que generalizar, más ilustrativo es señalar ejemplos concretos, reveladores de las causas reales de nuestros gravísimos problemas económicos.

Después de años trabajando a pérdida como empresa del estado, SIDOR fue privatizada. La compró un consorcio argentino, no gringo. No tardó mucho en estabilizarse hasta cubrir la demanda nacional de cabillas, con excedente para la exportación. En unos de sus delirios –“¡EXPRÓPIESE, EXPRÓPIESE!”– Chávez la nacionalizó nuevamente. Hoy SIDOR sobrevive por el financiamiento del Estado, con una producción mínima que no cubre la demanda nacional de cabillas, con efectos brutales en la industria de la construcción.

Algo parecido sucedió con el cemento. Tres empresas multinacionales –ninguna de ellas gringa– cubrían el consumo nacional de cemento, con excedentes para exportar. En otro trance, Chávez ordenó su nacionalización. Hoy la producción de cemento no cubre el consumo nacional y hay que importar cemento pagando, por supuesto, con dólares.

En los últimos años el Ministerio de Agricultura y Cría (MAC) había degenerado en un reparto burocrático que consumía en sueldos y salarios la totalidad de su presupuesto; y los productores agropecuarios quedaron en el desamparo. Un grupo de emprendedores, ligados al sector, crearon Agroisleña, que llenó plenamente el vacío dejado por el MAC. Agroisleña funcionaba a maravillas. Eso no le gustó a Chávez y la confiscó. Desasistidos de ayuda financiera y técnica, los productores agropecuarios, con escasas excepciones, abandonaron el campo. Hoy tenemos que importar todo lo que antes producíamos en materia de alimentos, pagando, por supuesto, con dólares.

Estos son apenas tres ejemplos ilustrativos. Son muchas las ciudades, antes sede de zonas industriales florecientes, convertidas hoy en cementerios de industrias.

Como insistentemente vienen señalando los más competentes economistas, y como lo enseña también la experiencia práctica, para superar la situación económica actual tan comprometida es indispensable estimular la inversión privada. El gobierno está haciendo exactamente lo contrario. En la Guerra Federal, para inflamar el ánimo de los combatientes, se hizo popular aquella estrofa: “Oligarcas, ¡temblad! ¡Viva la libertad!”. El canto de batalla de los combatientes chavistas y maduristas es: Empresarios, ¡temblad, Viva Cuba!


Caracas, 20 de Febrero del 2015

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