Armando Martini Pietri: ¿Qué
busca y qué gana el gobierno?
Las insistentes denuncias por el Presidente Maduro de golpe
de estado –o intentona, como algunos lo califican-, es un hecho que ha
conmocionado al país, y está
trascendiendo nuestras fronteras. Ya la Asamblea Nacional tomo cartas en
el asunto y la Fiscalía General ha recibido denuncias e investiga, solo falta incorporar
al Tribunal Supremo de Justicia, que lo hará más temprano que tarde cuando deba
decidir sobre el particular.
Los nombres más connotados supuestamente involucrados del
mundo civil, también por denuncias presidenciales, son casualmente
principalísimos líderes de la oposición, Leopoldo López, Antonio Ledezma, María
Corina Machado y Julio Borges. La detención del Alcalde Metropolitano, la amenaza de hacerlo también con la
dirigente María Corina Machado y el casi seguro allanamiento a la inmunidad
parlamentaria del diputado y coordinador nacional de Primero Justicia Julio
Borges, llevan a preguntarse: ¿qué busca
y qué gana el Gobierno? O quizás sería más adecuado preguntarse: ¿qué busca y
que aspira a ganar el Presidente Maduro?
Hay que empezar aclarando que aquí no se ha producido ningún
golpe de estado ni nada semejante. Una intentona es lo más cerca que se puede
percibir, pero como prueba, el Presidente esgrime un “acuerdo” publicado en el
diario El Nacional, que en nuestro criterio, no es más que una opinión de
algunos ciudadanos que tienen el deseo de una transición política para su
país. Ahora bien, que ese deseo se haga
realidad o no, es un trecho muy largo por recorrer.
Denunciado como lo ha hecho el Presidente Maduro el supuesto
golpe de estado o como se diría en francés “coup d’etat”, también involucra al
gobierno estadounidense y, por no ser menos, también a España y Colombia,
directamente mencionados por el mandatario venezolano. Curioso es que Maduro da
a entender que las complicidades de esos países que integrarían una especie de
conspiración internacional, se producen sin conocimiento de los respectivos
presidentes.
Para la mayoría de los políticos de oposición lo que busca
el gobierno es distraer a los ciudadanos de la grave situación política,
económica y social que padece el país, mientras otros concluyen que la idea es
dividir al electorado opositor entre buenos y malos, es decir, entre
colaboracionistas-complacientes y radicales intransigentes. Algunos analistas
opinan que dividiendo la MUD el chavismo asegura obtener el triunfo en las
elecciones parlamentarias; otros sostienen que, quitándole valor al voto, lo
desestimulan en beneficio de una presunta unidad disciplinada del chavismo
–unidad quizás no tan monolítica pero sí aparentemente fiel, es decir, que en
ningún caso saltaría bardas para pasarse a la oposición reunida en la MUD, pero
que representa hoy en día, según todas las encuestas, una riesgosa minoría. Y
hay quienes concluyen que lo que está en desarrollo es una combinación de todas
las anteriores.
La MUD no necesita de mucha ayuda para demostrar que está
dividida y severamente cuestionada por su electorado y simpatizantes. Han hecho
y siguen haciendo todo lo posible para que esa desilusión ciudadana se
convierta una realidad contundente. El doble discurso y la doble moral son sus
peores enemigos y la causa de sus angustias y desvelos, de manera que excusarse
en las tácticas del gobierno es un grave error más que cometen y ello no les
devolverá la confianza y simpatías del electorado. Y ahora quienes jugaron al
arreglo tras bastidores sienten el frio helado de la navaja en sus cuellos.
Aquí no se salva nadie. Inteligente sería que comenzaran a reflexionar sobre el
particular.
Sin embargo, al mismo tiempo hay que reconocer que el
Gobierno de Nicolás Maduro ha resultado mucho más eficiente en promover un
movimiento de unión en la MUD; algunos dirigentes que han logrado “encaletarse”
en la organización opositora a pesar de sus propias oscuras historias
acumuladoras de saltos y traiciones se frotan las manos porque la torpeza
oficial distrae atenciones y les brinda cantos de gallos que no merecen. La
otra cara, la realmente importante, es que acciones brutales como el tosco
arresto de Antonio Ledezma y las abiertas amenazas a Borges, Machado y otros
son nuevas fuentes de energía de la unión, error del chavismo subyugado por el
poder.
Soy de los que piensa que el Gobierno no da puntada sin
dedal, y que la mayoría de los militantes del PSUV, piensan y están convencidos
que están defendiendo no solamente su permanencia en el poder con los pretextos
del sistema democrático y la Constitución Nacional. Como excusa es buena y
lógica, este invento de golpe –según algunos- da para toda clase de especulaciones
y estrategias, además de una ventaja que busca desesperadamente un oficialismo
en franca decadencia: que la abstención que se produzca dentro de las filas
opositoras por miedo, intimidación, amenaza o frustración, asegure la mayoría
del PSUV en las parlamentarias.
Pero no parece casualidad que el Consejo Nacional Electoral
empiece a moverse para las elecciones primarias de candidatos a las
parlamentarias, y se fijan las fechas con una dilación tanto en el caso de las
de la MUD como en el de las del PSUV. Que las del chavismo sean un mes después
no deja de darle oportunidad a Maduro y chavistas para tomar medidas de
emergencia.
Lo cierto es que el oficialismo ha perdido influencia en sus
aliados, simpatizantes y amigos, y pierde a diario batallas más allá de
nuestras fronteras. El gobierno de Maduro no está en su mejor momento y su
propia conducta señala que estará peor con el transcurrir de los meses por
venir. La situación económica, política y social que aparentemente se avecina
no luce nada bien y por ello, ha considerado que mejor es pagar un precio alto
de inmediato con actitudes poco democráticas y no ortodoxas y beneficiarse a
mediano plazo de la falta organizativa y de estrategia de la dirigencia
opositora.
La otra posible alternativa es que definitivamente no logre
remontar el descontento y la desilusión colectiva que ha producido la falta de
carisma y liderazgo del designado por el Comandante Chávez y no correr el
riesgo innecesario de perder las elecciones parlamentarias a pesar del tener
control absoluto del Poder Electoral y de su alzada, el Tribunal Supremo de
Justicia. Ciertamente una mayoría simple parlamentaria no cambiaría nada en los
otros poderes del estado, pero si lo haría en la Junta Directiva y comisiones
de la Asamblea Nacional. Y eso sería gravísimo para un ejecutivo mentiroso e
incompetente.
Con tácticas distraccionistas Nicolás Maduro y quienes
responden a su liderazgo con muchos problemas internos y externos aprovechan la
oportunidad para ir resolviendo temas como el de Miguel Rodríguez Torres,
puesto de lado y disminuido a sólo dar clases en la Academia Militar –aunque
habría que recordar, memoria perversa, que otro que se desempeñó como maestro
de cadetes fue Hugo Chávez en sus tiempos de oficial de bajo rango; Diosdado
Cabello, ahora con bajo perfil, acusado de cualquier delito y con el retorno de
La Hojilla quizás para que su mazo se diluya un tanto: Rafael Ramírez, alejado a un cargo
burocrático en el imperio sin la menor injerencia en el petróleo y los
principales generadores de capitales del país, un descendiente de Chávez que
pareciera limitado a disfrutar sus ahorros y privilegios –es difícil decir si
está en Nueva York como guía de la hija de Chávez o si la hija de Chávez es su
jefa real; hay que agregar presuntos militares no afectos –bastaría preguntarse
¿quien permitió las declaraciones telefónicas de Leopoldo López para CNN desde
las entrañas militares de Ramo Verde?; y en general Gobernadores, Diputados,
Alcaldes afectos o no con Maduro, contentos o no con el rumbo del gobierno pero
todos del PSUV, tienen escaso margen de maniobra con complicada vuelta atrás;
están entrampados y su tema prioritario, mucho más que político, es de
supervivencia.
Nicolás Maduro aprovecha la situación y estaría limpiando el
camino para continuar armando su propio Gobierno y partido de gobierno. Como
todo indica que él por sí mismo no está capacitado para manejar ese complicado
autobús político y administrativo, la pregunta es ¿quién está haciendo esta
operación de limpieza quirúrgica y delicada cirugía plástica política dañando
lo menos posible otros órganos? Porque la idea no parece ser acabar con
políticos y jefes chavistas, sino sólo doblegarlos y someterlos hacia el nuevo
líder del PSUV. O que como mínimo aspira a serlo de verdad.
@ArmandoMartini
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