DERECHA - IZQUIERDA
HOJA DE RUTA POLÍTICA (No 119)
Octavio Lepage
Las palabras
“derecha” e “izquierda” son permanentemente utilizadas en el lenguaje político.
Se entiende que es de derecha el que tiene fuerte apego a la tradición, recelo
de los cambios, estima insuperables las desigualdades sociales. De izquierda,
quienes no se asustan ante la dinámica social, no le tienen miedo a las
innovaciones, le entusiasman los cambios. Los comunistas avanzaron más,
estimaron que la propiedad privada tenía que ser eliminada como única vía para
superar las desigualdades sociales.
Rusia fue el
primer país donde se implantó el comunismo (1917). Lucía como experiencia
exitosa, Un país rural, con una gran masa campesina oprimida y analfabeta
(kulaks), en pocas décadas se transformó en súper potencia vis a vis Estados
Unidos.
Simultáneamente
Stalin, gracias a un aparato de propaganda establecido a escala planetaria,
perfeccionaba la tesis totalitaria de Goebbels de que mentiras repetidas sin
cesar se convierten en verdades. Se proyectó como líder amado de los oprimidos
del mundo. Esa leyenda dorada ejerció marcada influencia en el mundo
intelectual, como lo evidencia, entre muchos otros, el caso de Sartre.
Después de
la muerte de Stalin (1953) empieza a debilitarse su embrujo. El Informe de
Krushev al XX Congreso del PC de la URSS asomó la otra cara de la luna
stalinista, y fue el punto de partida de sucesivas revelaciones sobre el
carácter brutalmente represivo de Stalin y del stalinismo. La magia del
comunismo empezó a esfumarse. Por ejemplo, los tres grandes partidos comunistas
de Europa Occidental (el italiano, el español y el francés) desaparecieron sin
dejar rastro. Sobrevive el Partido Comunista en algunos países del mundo en
desarrollo, con organizaciones clientelares de escaza o nula influencia
política. Con plena propiedad, sin abusar de los adjetivos, cabe decir que en
la actualidad el comunismo como modelo de Estado y de gobierno es chatarra
política.
Sin embargo,
ese modelo difunto cautivó a Chávez. Se empeñó en implantarlo aunque sin pisar
muy a fondo el acelerador, a diferencia de Maduro quien actúa obsesionado por
el modelo. Las consecuencias han sido funestas. Aparte de que por años hemos
venido regalándole a Cuba cien mil barriles diarios de petróleo y facilitándole
ingresos por distintas vías, mantenemos una relación contra natura en la que
Cuba es la Metrópolis y Venezuela la Colonia.
Los
resultados de la aplicación del modelo están a la vista. Altísima inflación,
desabastecimiento, hambruna en el horizonte. La revolución chavista-madurista
ha arruinado a Venezuela, no hay derecho de que las nuevas generaciones de
venezolanos paguen las consecuencias quién sabe por cuántas décadas.
Caracas, 07
de Abril del 2015
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