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lunes, 20 de abril de 2015

"NO SON ROBOS, ES UN SAQUEO" Por Carlos Canache Mata

"NO SON ROBOS, ES UN SAQUEO"
Carlos Canache Mata
   En Venezuela, la corrupción administrativa tiene abolengo. El ancestro más lejano se remonta a los gobernadores y capitanes generales de la colonia  que, al término de su gestión, tenían que someterse a los juicios de residencia.
   Durante la República, como señaló Rómulo Betancourt, “el nepotismo de los Monagas inició el sistema en que el peculio privado del  ´Jefe´ y de sus áulicos, y la Hacienda Pública, fueron una sola y misma cosa”. Ramón Díaz Sánchez, refiriéndose a Guzmán Blanco y sus gobiernos, dice que “comercia con los empréstitos, con los bienes de la Universidad, con la moneda, con los alimentos, con los ornamentos de las iglesias, con las raciones de las tropas, con las aduanas, con la navegación, con la deuda pública, con el crédito exterior”. La corrupción continúa con Cipriano Castro y Gómez, calculándose que el último, según el historiador Salcedo Bastardo, dejó una herencia cercana a los 200 millones de bolívares, una cantidad superior al monto de 164 millones del último Presupuesto Nacional  (1935-1936) de su mando. Pérez Jiménez estuvo preso en la Penitenciaría General de San Juan  de los Morros, entre agosto de 1963 y noviembre de 1968, por el delito de “lucro continuado” en el ejercicio de la presidencia de la República.
   El rápido rastreo de la corrupción del pasado lleva a la conclusión de que, a diferencia de lo ocurrido en los gobiernos del chavismo, se trataba  de responsabilidades individuales más que de una política de Estado. Antes habían robos, ahora lo que hay es un saqueo de las finanzas públicas. El eje central de la gigantesca corrupción existente es el control de cambios impuesto desde el 2013 que mantiene enormes diferencias entre los cuatro tipos de cambio, tres oficiales y el paralelo, que operan en el mercado. Es por allí que se drena el mayor volumen de la corrupción del régimen actual en asignaciones de divisas a empresas de maletín (¿recuerdan los más de 20.000 millones de dólares del Sitme, denunciados por Giordani  y otros voceros gubernamentales?), sobrefacturaciones , importaciones que no se hacen o se hacen a medias,  etc, a lo que se suman las comisiones por contratos otorgados sin licitación o por cualquier otra actividad relacionada con el Estado. Los grandes beneficiarios de ese fraude a la nación son funcionarios y amigos del régimen  que han depositado los dólares así obtenidos en las cuentas abiertas en el Banco Privado de Andorra y sus filiales, en el HSBC y sus filiales, en la banca suiza, y en muchos paraísos fiscales, como lo informan a diario los prontuarios transmitidos por las agencias noticiosas internacionales.
    Porque no se quiere renunciar a esas descomunales “ganancias” es que no se ordena el desmontaje, ni siquiera progresivo, del control de cambios. Como afirmó en un reciente foro el director de  Ecoanalítica, el economista Asdrúbal Oliveros, “Maduro tiene una posición muy frágil y no quiere entrar en conflicto con los que manejan las divisas de la renta petrolera”.

   Esa es la verdad, aunque los rapsodas del chavismo den otras explicaciones. 

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