DIÁLOGO COMO BURLADERO
HOJA DE
RUTA POLÍTICA (No 214)
Octavio Lepage
Aunque el diálogo cuando se maneja con
propósitos anti-conflictivos es recurso probadamente idóneo para salir de
situaciones políticas difíciles (España, Chile), exige juego limpio, generador
de confianza mutua.
En 17 años, ni Chávez ni Maduro dialogaron
con la oposición monopolizando la totalidad del poder y utilizándolo para
atropellar, arrinconar, destruir al adversario político, al que le han negado
el pan y el agua; al punto de que la oposición, por varios años, prácticamente
había desaparecido. En una ocasión fue invitada a Miraflores a dialogar, pero
como expresó quejas y críticas el gobierno dio por cancelado el diálogo. Ahora
lo resucitan para tratar de librarse del Referendo Revocatorio, en el que los
ciudadanos decidirían si están o no están de acuerdo conque Maduro continúe en
Miraflores.
Un observador calificado, Phil Gunson,
representante del International Crisis Group, considera que no hay indicios de
que el gobierno esté dispuesto a ceder en su posición. Dijo que la propuesta de
Maduro es un diálogo unilateral. No negocia, dice Gunsen, porque piensa que al
hacerlo podrían terminar fuera del gobierno. Nunca el chavismo se ha concebido
como parte de un sistema normal de alternancia política, sino una revolución, y
las revoluciones son hegemónicas, no pierden el poder, y si lo pierden es un
cataclismo. Eso hace muy difícil que negocie.
En 17 años se ha puesto en evidencia que esta
“revolución” es un fetiche que se utiliza, que se exhibe para disimular un
fracaso histórico monumental. El mundo entero contempla estupefacto que
Venezuela haya llegado a donde estamos, amenazada por una hambruna inminente,
donde los venezolanos están muriéndose de hambre y por falta de medicamentos,
cuando dispone de las reservas petroleras más grandes del mundo, y habiendo el
petróleo conservado precios elevadísimos durante varios años consecutivos, casi
una década. La explicación de este fracaso incomprensible reside justamente en
el mito de esta revolución de pacotilla, que ha destruido la riqueza nacional y
ha carcomido nuestra soberanía, siendo público y notorio que la política
venezolana, en lo fundamental, es dirigida desde La Habana; al punto de que
estando como estamos, pasando hambre y muriéndonos de mengua, continuamos
regalándole cien mil (100.000) barriles diarios de petróleo a Cuba.
En estos días contemplé con estupor en la
Televisión de la Fuerza Armada, a un grupo de oficiales de alta graduación,
entre ellos un Almirante de impecable uniforme blanco, proclamar que “Venezuela
está agradecida de esta revolución pródiga en logros positivos, y que los
militares apoyan y defienden”.
Invitamos a cada lector a que haga un balance
de lo bueno y lo malo que se ha hecho en estos 17 años de gobierno.
Caracas, 24 de Junio del 2016
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