“Zapatero y los obedientes tacones rojos”
Por Armando Martini Pietri
No es extraño preguntarse qué hace
–disfrutando primera clase, hoteles de lujo, placeres exquisitos o simplemente
carísimos y pagados en dólares por el atribulado Gobierno venezolano- entre playas,
palmeras del Caribe y el recargado salón de instrucciones donde Maduro se la
pasa dando órdenes (que los chavistas pobres le hagan caso es otra cosa), el ex
presidente español, uno de los jefes de estado peores, si no el peor de España
desde tiempos de la república, con excepción de Franco, aunque nuestro torpe
Presidente empeñado en dar órdenes al estilo dictatorial militar dobla en
tamaño a quien fuera en su época el más joven general de Europa, pero que no
llega ni a las rodillas en lo que refiere al control del país. Comparación que
se exterioriza, salvando las distancias entre otros detalles, porque el
franquismo fue una tiranía militar rodeada de civiles, y lo de Maduro es una
hecatombe civil plagada de militares.
Rodríguez Zapatero ganó sus elecciones por
errores típicos de los pueblos y porque el Gobierno centro-derechista de Aznar
no sólo interpretó mal, sino que informó peor sobre el sangriento atentado de
Atocha. Ya en el palacio de gobierno, el socialismo zapaterista no sólo gobernó
chapuceramente cometiendo costosas faltas, sino que no percibió la grave
distorsión de la economía hasta que la burbuja reventó, dejó a miles de
familias sin hogar y arruinó el patrimonio español ¿nacerán de esta exigua
visión política y carencia de previsión económica las carantoñas de Nicolás
Maduro que, tal como está gobernando, a lo mejor le parece el zapaterismo
escuela a seguir?
Fue tal la ruina y calamidad de este
personaje infortunado que hasta pavoso para pesoistas es casi una maldición
gitana, que los españoles en cuanto pudieron eligieron al sobrio y antipático
gallego Mariano Rajoy del centro-derechista Partido Popular, quienes ganaron
las elecciones con tan abrumadora mayoría que el PSOE quedó con récord
históricamente bajo del cual no ha logrado recuperarse. Y todo indica que en
las elecciones de los próximos días los socialistas (no comunistas) terminarán
no sólo perdiendo, sino por primera vez en más de 30 años quedando como tercera
fuerza por debajo de PODEMOS, que es el chavismo versión española, consultores
de Chávez y ahora de Maduro -asesoría por la cual los jefes venezolanos pagaron
y quizás sigan pagando un montón de euros ya que los comunistas no enseñan
gratis, como han demostrado los protervos hermanos Castro.
Ese es el ilustre individuo al cual Maduro ha
contratado para que enrede y prolongue diálogos como estrategia de correr todas
las arrugas posibles hasta nuevo aviso. Rodríguez Zapatero y sus colegas dominicano
y panameño hablarán, divagarán, platicarán, escucharán, atenderán, pero ninguna
solución práctica propondrán, ni dejarán que prospere. Sólo plantearán lo que
Maduro les diga que planteen, como una propuesta
de agenda del diálogo que se viola cada día, o una “comisión de la verdad”
diseñada para disimular la verdad, el respeto a las instituciones que el
madurismo irrespeta día sí y día siguiente también, y el cese de la violencia
que debería empezar -pero no empezará- por policías y militares que no tienen
tiempo ni para ir al baño, temáticas con décadas de bobaliquería y
traspiés que la oposición conoce de sobra –pero a veces olvida-, sólo son
anzuelos envenenados y aburridos por lo repetitivo, equivocados a tal punto que
sus consecuencias fatídicas las vemos y padecemos los venezolanos cada día en
las calles, zonas populares y clases medias de nuestras ciudades.
¿Y qué pito tocan la presidenta y rectoras
pro-maduristas del Consejo Nacional Electoral en este patético baile de malos
disfraces con piernas cortas cuya música componen en Caracas para que
interpreten bajo el sol tropical Rodríguez Zapatero, Fernández y Torrijos?
Se cae de maduro -perdonen el refrán- que es
por la coincidencia en la obediencia supina para que el tiempo transcurra. Los
bien pagados ex presidentes, cumpliendo sin chistar instrucciones, y la matrona
electoral con sus 3 asistentas del CNE -dejo fuera al único rector varón y de
oposición porque simplemente no entiendo muy bien para qué fue nombrado ni qué
hace-. El CNE, representando y acatando
al mismo contratante de los ex presidentes, está
retrasando la validación de firmas y poniendo cuantiosos obstáculos
inconstitucionales con el fin de retrasar el revocatorio, para
dilatar, revisar, rechazar, volviendo a contar rúbricas y cualquier iniciativa
de la oposición que lleve a la convocatoria, realización y publicación de
resultados del referendo revocatorio presidencial este mismo año. Hacerlo el
2017 perdería toda efectividad porque el
oficialismo seguiría en el poder. Asumiría la presidencia el vicepresidente,
gatopardismo puro y duro.
Por si fuera poco, e insuficientes las trabas
y dificultades, se incorporan al grupo enemigo de los derechos ciudadanos
consagrados en la Constitución, dos muy comprometidas damas, Delcy Rodríguez y
Susana Malcorra, ambas cancilleres y la segunda con alma, corazón y cargo fijos
en su propósito (de ella y del Presidente Macri) heredar a Ban Ki-moon- en la
Secretaría General de la ONU, se reúnen clandestinamente en aviones oficiales
del gobierno, lo cual agrega dudas y comentarios que a la postre, con la
actitud y acción de Argentina en la OEA, lamentablemente se confirman, y el
pacto entre Macri y Maduro asomó la nariz. ¿Quién hubiera imaginado que
Mauricio Macri –anti-kirchnerista y anti-madurista- iba a dejarse mostrar
como el boludo que en la práctica no es?
Es hora de que los venezolanos dejemos de
tragar mentiras que, de tanto repetirlas indigestan, exijamos la verdad. Es
decir, las verdades que no dicen ni el Gobierno contratante, ni los ex
presidentes contratados, ni las rectoras del Poder Electoral -no hablemos de
los atrabiliarios voceros maduristas que repiten como loros.
Lo que se esté conversando en Caracas, Santo
Domingo y cualquier otra parte, debe ser plenamente conocido, palabra a
palabra, en ese diálogo no puede haber confidencialismos. Igual y aún con más
esmero, cada detalle electoral, el CNE no puede jamás, ni por un microsegundo,
anunciar la menor falsedad. Y es en ese tema fundamental donde ni Zapatero,
Torrijos ni Fernández, ni las cancilleres Rodríguez y Malcorra, ni la señora
Lucena vocera oficial del CNE ni sus compañeras de rectoría con expresiones
similares, brindan confianza. Tristemente, algo similar sucede también con los
voceros de la oposición representada en la MUD, cuando delegan en fracasados de
otro tiempo la representación. Mucho cuidado han de tener porque la población
ya harta de verborreas políticas está muy atenta y poco se le puede
ocultar. La MUD desde el inicio planteó que un
diálogo debe contemplar el revocatorio, la liberación de presos políticos, el
respeto a las decisiones de la AN y un puente humanitario para proveer de
alimentos y medicinas a una población cada vez más hambrienta y enferma. Pues
eso es lo que vale, ese es el dialogo. Lo demás es secundario y debe interesar
muy poco o nada.
Zapatero -es difícil de creer- como político
y como jefe de Estado mintió al pueblo español además de ejercer la grave
incompetencia que permitió la ruina de su país. Las rectoras del CNE tienen
escasa credibilidad -para algunos ninguna- porque han mostrado constante y
persistentemente su poca independencia y su parcialización; la señora Lucena en
particular por ser habitual retrasadora de resultados e incapaz de hacer nada
-como decir la verdad- que no haya sido previamente aprobada por el psuvismo. Y
si millones de venezolanos desconfían, algo debe estar muy mal, como iba mal en
España y el PSOE cuando recibió el mayor desastre electoral de su historia.
Verdades que ni el sol tropical ni el
esplendor de playas caribeñas van a cambiar. Lo que sí deberían analizar
Zapatero y las mandadas rojas es que con el revocatorio en el mejor de los
casos, o con mayor riesgo sin él, el Gobierno de Maduro se desliza sin frenos
hacia su final y más temprano que tarde se quedarán sin instrucciones ni
protección; y el compañero Zapatero, si lo que aspira es a ganar aire fresco
-además de unos siempre convenientes euros-, debería terminar de aceptar que en
el socialismo español ya no tiene lugar ni como jarrón chino, ni será él,
heredero de lo que Pedro Sánchez deje de ese partido en triste bancarrota
política.
@ArmandoMartini
No hay comentarios:
Publicar un comentario