"Angustioso despertar" Por Armando
Martini Pietri
Pasé
una noche extraña, al despertar no sabía si había soñado o tenido una
pesadilla. Les cuento. Estaba como alumno en un etéreo salón de clases y en el
pizarrón de fondo rojo había escritas algunas preguntas: ¿Quién o quienes ganan
con la declaración del cara pálida? ¿Quién pierde? ¿Será una componenda
pactada?
Desvelado
con el cantar de animalitos nocturnos y el silencio de la madrugada con luna
llena y pendiente de la leyenda del hombre lobo, comienzo a desgranar
respuestas.
Con
la declaración gringa los grandes ganadores son el régimen y la mesa. ¿Cómo es
eso? simple, el oficialismo esta en picada en las encuestas y pierde la confianza
de sus seguidores a paso de vencedores. A paso de derrotados, más bien. La
mesilla no goza de mejor suerte; su militancia se desparrama de un lado a otro
desconcertada –e incluso decepcionada- por sus ambigüedades y múltiples traspiés.
Pero
ambos grupos coinciden y quieren elecciones parlamentarias, truene, llueve o relampaguee,
y de repente por obra y gracia un golpe de estado se descubre y hay presos
–privados de libertad- militares y civiles de importancia. En el ínterin llaman
a primarias, unas totales y otras perturbadoramente parciales, en la administración
guía y co-guía ejercen de caudillos tronantes porque el caudillo auténtico -el
único- ya no está entre nosotros, y lanzan centellas en demanda de disciplina y
unidad. Igual discurso utilizan los contrincantes. ¿Coincidencia?
En
la mesita hay revueltas, descontento y un sin número de protestas que van
apareciendo y el ambiente se enrarece y deteriora, hay mayoría pero falta la fe
y la confianza se perdió. Total, ambos grupos acostumbrados a polarizar, y que
han basado demasiadas acciones y declaraciones en la sola polarización, están
perdiendo terreno y ahora ni juntos son
mayoría.
“¡Hay
que hacer algo!”, gritaron algunos despavoridos con tono desesperado.
Entonces
se produce una reunión de esas clandestinas en la casa del gran gurú –el de verdad, el de Hoy, el que todo
lo sabe y decide- y después de oír las dos versiones levanta el magno
aunque ya arrugado dedo pulgar y señala el camino: “Le voy a decir al
capataz de la hacienda de caña de azúcar y hojas de tabaco que llame al huésped
de la Casa Blanca para que declare el enfrentamiento con Venezuela y comience
de nuevo la guerra fría!” ¡Cómo! exclamaron algunos, y otros en voz baja: este
viejuco tiene demencia senil.
Pero
como conoce bien a sus muchachos de lado y lado, poco imaginativos y nada
creativos, se toma la molestia de iluminarlos un poco: “¿qué podemos perder?
Los gringos jamás nos invadirán; además, por si acaso se lo participamos, que
es solo una estrategia para recuperar el terreno perdido, hay incontables ni ni
y estamos obligados a polarizar si ambos queremos sobrevivir”.
Y
se los deja aún más claro: “de esta manera nos oxigenamos todos, abortamos el
golpe, metemos presos a unos cuantos, a los más difíciles de engañar, la gente
se olvida de las primarias, de la inseguridad, del altísimo costo de la vida,
de la inflación y del tremendo barullo de la escasez de alimentos y medicinas,
porque caña hay bastante aunque esté abusivamente costosa”.
El
gobierno comienza de inmediato a hacer su parte con una cruzada de nacionalismo
patriotero, marchas para allá y para acá cualquier motivo es válido, banderas
al aire, viejitas y viejitos kalashnikovs al pecho, y culpando a la oposición
de vendida y apátrida, todo el que no se cuadre es traidor a la patria. El que
se ponga a lloriquear por el Esequibo es saboteador y, naturalmente, oraciones
y súplicas al espíritu del comandante supremo que desde que fue sembrado es
cada día menos eterno. Y de paso aprobamos una ley habilitante que nos permita
mantener a raya a quienes se aventuren contradecirnos o a enfrentarnos. Además,
se tiene como amenazar legalmente a los que se pongan extravagantes de
modificar la ruta electoral parlamentaria. Nos vamos a lo internacional y nos
apoya UNASUR, la ALBA, Rusia, China, los No Alineados. Y lo último, todos en
campaña para recoger firmas -10 millones- contra la “Executive Order”.
En
su campo –el que le han dejado los otros- los adversarios se lanzan e insisten
en que tenemos que ganar las parlamentarias para cambiar los poderes aunque sea
mentira porque los poderes son valores que el chavismo no negocia, ¡qué caray
importa!, y a vociferar las alarmas permanentes de que el gobierno inventa
cosas como el golpe y la invasión de marines, porque el oficialismo sabe que
perderá las elecciones con 80% de rechazo, y además agregan que no tienen
dinero para pagar la ejecución de las primarias y que en el órgano soberano
electoral –cuestionado mil veces de estar parcializado- no hacen nada sin
cobrar, y así nos sale todo redondo, volvemos a polarizar al electorado y nos
mantenemos en el poder quienes debemos estar, nosotros y mas nadie –junto con
los otros, claro.
Al
final, le explicamos a la de los resultados irreversibles que nos respete
los curules de ahora y quizás un poquito más, que los puestos queden ras con
ras aunque, claro, el partido siglo XXI con su extra porque nada de arriesgar
los nombramientos de la junta directiva del recinto del pueblo, ya sabemos, lo
suficiente para cuidar los negocitos y prebendas y, todos felices. Se retiran
de la reunión. Y como era costumbre en la cuarta y que ahora se repite en la
quinta se van a celebrarlo con un caldo de color ambarino.
¿Quién
pierde? El de siempre, el pueblo llano, el de a pie, el que no está enchufado,
el que no pertenece ni a bandas, ni a mafias ni a cúpulas, es decir, el
ciudadano común que pendejamente vuelve
a quedar engañado recibiendo limosnas, sobras y dádivas.
Pero
sucede y acontece que ambos grupos por separado se reúnen, deliberan y se hacen
la misma pregunta ¿por qué no aprovechamos la oportunidad que nos brinda el
poderío norteño para limpiar un poco nuestras casas?
El
paladín endógeno señala: “diosito me tiene loco, es una contrariedad ese bichito,
no le hizo ni rasguño aquello del informe solar. Díganle al nativo del 50
estado de la unión, que le eche un susto y le das los nombres de los
conscriptos que están aferrados al señor pero, eso sí, que no tengan ni cuentas
ni bienes en el imperio para poder echar más cuentos y lo distraemos con
un obsequio, le nombramos a uno Ministro, ese cargo luce mucho pero manda poco,
aquí todos sabemos quién manda.
Medita
–sí, él puede meditar algo- y dice “el otro que molesta es el petrolero, ése se
cree dueño de la silla, se dice el albacea de la estirpe perpetua, pásale al
amigo del norte el dato del Banco D´Andorra, el Banco de Madrid propiedad del
primero y sucursal panameña de ambos. Allí hay unas cuentas con unos buenos
realitos pero que meta bien el ojo, se llevará sorpresas, hay mucha gente afecta
al Brunei de Mónaco pero también surgirán algunos contrarios para equilibrar
las cargas”.
Un
despistado pregunta “¿y Guyana con lo de la Exxon?”. “¡No, hombre, deja eso
para después, total le debemos un dineral a los petroleros y además, si el
asunto con los gringos se apaga muy rápido, le declaro la guerra fría a Guyana
y listo!”.
Entretanto,
por los lados antagonistas el despistado y desorientado asistente, que quizás
añore sus tiempos gratos de figura de radio y televisión y hasta arrepentido
debe estar de meterse en este berenjenal, entiende que ya está montado en el
burro y aprovecha la coyuntura para tratar de salir airoso de las primarias
chucutas, postula al preso ramoverdiado aunque esté inhabilitado, en la más
burda manipulación digna de un premio óscar.
Tratan
de liberarse del combo independiente de las pocas y pocos con guáramo
debilitando a la que más zarandea, sacando a sus discípulos más cercanos pero dejándole
la aspereza de fajarse con el converso del tamunange que también anda enredado
en cosas políticas poco claras, y por último deja circular su deseo y acaricia
la idea de reclamar el puesto vacante dejado de manera forzada y exigida,
mientras el perdido en el espacio desgastado e impopular, parece no fue
informado de la reunión y en su afán de figurar se siente obligado a decir algo
y declara un dislate, lo cual no es extraño y ahora lo amenazan con
demandarlo por difamación e injuria; aunque, claro, se consuela pensando que
una raya más para un tigre no es raya sino entrenamiento.
Comienza
a amanecer, entrando la luz con el canto de gallos y pajaritos, entre sollozos
y gimoteos comienzo a despertar y entonces me doy cuenta que todo es una componenda
arreglada por el anciano endógeno y su paria caribeño quienes fueron los intermediarios
con su nuevo amigo el cara pálida quien salvaría la honra de sus colaboradores,
y, en consecuencia, resguardaría y preservaría al heredero designado y que todo
esto es un gran pacto para conservar intactos intereses y prebendas de cada
parte. Cuando por fin desperté angustioso entendí que no era un
sueño, sino una pesadilla.
@ArmandoMartini
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