Entrada destacada"El Silencio de los Buenos" ...

“NO CAMBIAR, ES REPETIR” Proyecto Grifo: El ESTADO PLURAL ® 2006

domingo, 29 de marzo de 2015

"LA CORRUPCIÓN ESCALÓ EL EVEREST" por Carlos Canache Mata

"LA CORRUPCIÓN ESCALÓ EL EVEREST" por Carlos Canache Mata

   Venezuela y el mundo se asombran ante la magnitud del saqueo de las finanzas públicas que se hizo bajo el gobierno de Hugo Chávez y del que ahora, en forma más escandalosa, se hace bajo el gobierno de Nicolás Maduro. Como oleadas de lava vomitadas por un volcán en actividad que no cesa, a diario nos llegan las informaciones del latrocinio que, para vergüenza del país, protagonizan los funcionarios y amigos del oficialismo. La ONG Transparency  International (TI)  nos ubicó en el año 2014 en el puesto 161 (el 174 es el más alto) de su Índice de Percepción de la Corrupción, lo que nos cataloga como la nación más corrupta de Sudamérica y una de las más corruptas del mundo.
   El neoautoritarismo del siglo XXI, impuesto al país desde hace 16 años, ha convertido en menudencias las prácticas tradicionales de la corrupción administrativa (comisiones por contratos gubernamentales, sustracción directa de los fondos públicos y otras variantes de peculado, tráfico de influencias y otros valimientos, etc) para aterrizar en la utilización depredadora del control de cambios, principal motor de la corrupción, vigente desde el 2003, que facilita negocios y enriquecimientos obscenos a través del diferencial cambiario entre la tasa oficial (6,30 o 12 bolívares por dólar) y la tasa del mercado paralelo que ya se acerca a los 300 bolívares por dólar.  Como recordó recientemente el economista José Guerra, tras la reforma de la Ley del BCV de junio de 2005 que autoriza a PDVSA a entregar al BCV sólo el 50% de las divisas provenientes de las exportaciones petroleras, “se abrió un espacio muy grande para manejos turbios con monedas extranjeras” al dejar en manos de la empresa de nuestra principal industria la disposición discrecional del otro 50% de las divisas petroleras.
   Más alarma aún que desde el exterior se nos informe que ese dinero surtido por los diversos grifos de la corrupción (alrededor de 250.000 millones de dólares, según el economista Francisco Faraco) ha estado alimentando complicidades con el terrorismo y el narcotráfico, lo que sirvió de soporte a la orden ejecutiva del 9 de marzo del presidente Obama. Desde este punto de vista, el internacionalista Adolfo Salgueiro ha dicho que la afirmación de EEUU de que el gobierno de Maduro  representa, obviamente no en el terreno militar, un riesgo para su seguridad y su sistema financiero, sí tiene “bastante asidero”. La corrupción ya había escalado el Everest.

   Hace unos días el Papa Francisco visitó a Campania, región del sur de Italia donde opera la mafia, y declaró que “la corrupción es sucia y apesta”. Sí, aquí en nuestro país, sentimos que algo apesta. Parafraseando al personaje de Shakespeare, Marcelo, que antes de que Hamlet saliera a caminar entre los muros del castillo de Elsinor con el espectro de su padre asesinado que le pedía venganza, exclamó que “algo está podrido en el Estado de Dinamarca” (Acto 1°, Escena IV de “Hamlet”), también podemos afirmar que “algo está podrido” en el gobierno de Venezuela.

No hay comentarios:

Publicar un comentario