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lunes, 9 de marzo de 2015

"Falta de dinero, la nueva excusa de la MUD" Por Armando Martini Pietri

"Falta de dinero, la nueva excusa de la MUD" 
Por Armando Martini Pietri 

O sea, después de tantos años, después de sumar partidos, partiditos y grupitos, después de reunirse, hablar, convocar manifestaciones y protestas, después de ofrecer villas y castillos de democracia, libertad y prosperidad, ahora resulta que la Mesa de la Unidad Democrática, más conocida (¿para ahorrar espacio?) como MUD, no tiene fondos para organizar sus propias elecciones primarias.

Es decir, nos vienen ahora con ese argumento para dejar de lado lo que claramente no le conviene a los enchufados de siempre –nuestras disculpas a Capriles por usar su calificativo de combate- que no quieren correr riesgos. Más fácil es llegar a ocultos consensos entre unos pocos cómplices, que echarse a la calle a pedir la opinión de los electores, pues se impondrían liderazgos naturales y no los amigos serviles del partido político. Podrían colárseles nuevos diputados no fáciles de manejar.

En los consensos son expertos unos cuantos dirigentes opositores, actuales manejadores (estuvimos a punto de escribir manipuladores pero no queremos empeorar las cosas) de la MUD, que andan en eso desde que recibieron buen entrenamiento en aquellos mismos partidos que dejaron al pueblo abandonado en un charco y después se dedicaron a mirarse los propios ombligos mientras Hugo Chávez, bien asesorado, recorría el país y se quedaba con él.

Veinte años después siguen en lo mismo, ahora apoyados en nuevos dirigentes que aprendieron de esa escuela. Los que tratan de abrir caminos diferentes, son puestos de lado y contra la pared. Y si tienes la valentía de atreverte a pensar con cabeza propia y tienes el privilegio de ser tu mismo, corres el riesgo de ser llamado “escuálido” o “divisionista”. O aceptan los consensos o no hay dinero para ayudarlos a ganarse sus candidaturas hablando con la gente. Con estudiantes que sintieron fe encadenados o sepultados en las “tumbas” de la policía represora del régimen, con Leopoldo López y Antonio Ledezma presos, esta MUD que Ramón Guillermo Aveledo se cansó de aguantar da la impresión de vivir en una burbuja que flota muy por encima del alcance de la gente con la cual debería mezclarse y cuyos intereses y deseos debería interpretar.

Tan cerrados están que ni siquiera atienden las voluntades de dirigentes propios de alto nivel, como María Corina Machado, Andrés Velásquez o Eduardo Gómez Sigala, para sólo mencionar tres; políticos que quieren ir a la calle a medirse, a ganarse a pulso cada voto y están dispuestos incluso a arriesgar derrotas. Porque es ahí donde está el verdadero liderazgo, en la calle, con la gente, mano a mano; no en las frías salas de discusiones de consensos entre jefes que han dejado las calles y que deliran estrategias que llevan veinte años fracasando, borrachos jugando con la misma botella vacía.

Sus miedos y egoísmos les impiden comprender que la democracia no está sólo en el respeto a los derechos de todos, sino también y aún más en el derecho de todos a participar, a ejercer su pensamiento. Una de las ideas esenciales de la democracia venezolana es la de las asociaciones de vecinos, que Hugo Chávez fue transformando en consejos comunales: llámense como se llamen, eso es poder popular. Los jefes de los viejos partidos y Chávez y sus chavistas han cometido el mismo error, han tratado de politizar, partidizar, esas organizaciones locales, vecinales, porque están dispuestos a cualquier cosa excepto a perder el mando.

Al final serán derrotados, porque la sociedad humana es como el agua, siempre consigue una rendija por la cual colarse. El Presidente Maduro no lo ha comprendido, creyó que le bastaba hablar mucho y mencionar a Chávez, de paso responsabilizarlo de todas las tonterías y errores que comete, y la consecuencia está siendo la paralización del país y la acelerada pérdida de confianza de la sociedad venezolana. Los líderes opositores que privilegian los controles tradicionales tienen dificultades similares. El gran ridículo de la MUD es que su popularidad –la esperanza popular- no crece por sus propios méritos y atractivos, sino por la caída del Presidente, su Gobierno y su chavismo.

Algunos líderes opositores entienden la cuestión y se empeñan en ser, mucho más que líderes, dirigentes, conductores. Es lamentable, terrible, que a estas alturas, en una situación de crisis extrema, la MUD siga enredada en el pasado, ciega al presente y al porvenir.

La verdad es que hago esfuerzos sobrehumanos para entender las posiciones de la MUD. Sin embargo, todos los días es peor el irrespeto al ciudadano. ¡Qué difícil lo ponen!

@ArmandoMartini


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