¡ CORRUPTOS TEMBLAD !
HOJA DE RUTA POLÍTICA (No 195)
Octavio
Lepage
La
admonición está dirigida a los políticos corruptos de Brasil. Los corruptos de
Venezuela están tranquilos y sin nervios, seguros de que el Tribunal Supremo de
Justicia los resguarda de cualquier investigación impertinente. Es más,
continúan engordando sus indecentes fortunas multimillonarias.
El
contraste entre Venezuela y Brasil avergüenza. Como hemos señalado en hojas de
ruta anteriores, allá los políticos corruptos abundan al igual que en
Venezuela, la diferencia es que en Brasil a los políticos corruptos se les
investiga y se les castiga; mientras que en Venezuela permanecen intocables.
En
Brasil están bajo sospecha, y se les investiga, personalidades políticas muy
poderosas, como lo es el ex presidente Lula da Silva. Su situación debe ser
bastante comprometida ya que su compañera de luchas, la Presidenta Dilma Rousseff,
le propuso que ingresara como ministro a su gabinete para ponerlo al abrigo de
decisiones judiciales precipitadas.
Se
sabía que Petrobras, la PDVSA de Brasil, es la base de operaciones de una red
de corrupción especializada en el financiamiento irregular de dirigentes
políticos, sobre todo de parlamentarios. El mecanismo preferido era entregar
contratos a empresas constructoras y de suministros, con elevados sobreprecios,
que generaran fondos destinados a la corrupción. Por este caso ya hay varios
presos. Por otro lado, el presidente de la empresa constructora más grande del
Brasil, Odebrecht, ya está en la cárcel.
En
su anti imperialismo de pacotilla, creyendo desafiar a Estados Unidos, Chávez
le abrió las puertas de Venezuela a un imperialismo en pleno desarrollo: el de
Brasil, que se considera con derecho a influir y dominar al resto de los países
de América Latina. Por ejemplo, justamente, a la empresa Odebrecht le dio
importantes contratos en Venezuela, entre ellos la construcción de la Línea 5
del Metro de Caracas que después de varios años aún no está en servicio. Es
conocido que los precios unitarios reconocidos de esta empresa son muy
superiores a los del mercado venezolano.
Brasil
se transformó también en el gran proveedor de alimentos. Como las cinco
millones de hectáreas en plena producción que Chávez expropió fueron
abandonadas, los alimentos que producían ahora se importan de Brasil. Igual
sucedió con las empresas industriales expropiadas, la mayoría de las cuales
desaparecieron, hoy tenemos que importar los artículos que ellas
manufacturaban. Todo este vacío fue llenado por el gigante del Sur, cuya
vocación imperial es de sobra conocida.
Miremos
ese espejo, Lula da Silva, ícono para los movimientos auto calificados de
“revolucionarios” que se inspiran en el modelo caduco y fracasado que arrastró
a Cuba a la ruina (y también a Venezuela), está a un paso de la cárcel.
Caracas,
29 de Marzo del 2016
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