DESDE EL PUENTE
Oswaldo Álvarez Paz
JUSTICIA A LA DERIVA
El régimen ha terminado por liquidar lo poco que de Estado de
Derecho manteníamos. No hay Constitución vigente. Tampoco un ordenamiento
jurídico estable y bien administrado. No hay normas claras que regulen las
relaciones entre los ciudadanos, ni de ellos con el estado-gobierno. La
justicia está a la deriva. Cuando esto sucede el ciudadano común queda
desprotegido y sometido a las arbitrariedades, a los caprichos, al tráfico de
influencias, a las consecuencias de la ineficiencia de un estado-gobierno
corrompido y corruptor.
El tema está diagnosticado y sobre diagnosticado por
especialistas y aficionados nacionales e internacionales, pero la reacción es
débil y el ciclo hacia la dictadura totalitaria de nuevo cuño se cierra luego
de diecisiete años cumplidos de ejercicio gubernamental del castro-chavismo o,
mejor dicho para hoy, del maduro-cabellismo o, para sintetizar de este
socialismo del siglo XXI que utiliza el régimen cada vez con menor intensidad
para identificarse.
Somos muchos los que hemos sufrido en carne propia las
acciones de estos bárbaros. Dicho sea de paso, los más caros de la historia.
Ahora estamos en presencia de dos hechos que se suman a la cadena. Uno es la
decisión judicial del Tribunal Sexto de Juicio en contra del prestigioso
“Correo del Caroní”, al condenar a su presidente y editor, David Natera Febres
a cuatro años de prisión por difamación e injuria continuada, además de
imponerle una millonaria multa. Una verdadera monstruosidad que ratifica
nuestras convicciones. Mucho más tratándose de David Natera, excelente vocero
del Bloque de Prensa Venezolano y una delas voces más respetadas en el
continente. Se le cobra el haber denunciado hechos graves corrupción en la
zona, todos del conocimiento público incluida la vinculación de los denunciados
con el gobernador del Estado Bolívar, general Rangel Gómez.
Otros caso de creciente interés nacional e internacional,
también en Bolívar, se refiere a la presunta muerte y desaparición forzada de
28 mineros que trabajan en minas de oro muy cerca de Tumeremo, frontera con
Brasil. Aún no están del todo claras las circunstancias de esta masacre, pero
lo inaceptable es la ausencia física y política del antes citado gobernador. No
da la cara y el alto gobierno ya empezó con el juego de atribuirle todo a los
pranes que libremente operan en la zona y a la oposición interna y externa
para, supuestamente, debilitar al régimen y tumbarlo.
La nación venezolana está avergonzada, harta, fatigada por
las mentiras que pretenden esconder crímenes horrendos. Esto no puede ni debe
continuar.
@osalpaz
Lunes, 14 de marzo de 2016
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