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miércoles, 30 de marzo de 2016

SOBRE EL PENSAMIENTO POLÍTICO DE RÓMULO BETACOURT: “DEMOCRACIA Y DESARROLLO”.



SOBRE EL PENSAMIENTO POLÍTICO DE RÓMULO BETACOURT:
“DEMOCRACIA Y DESARROLLO”.

Germán CARRERA DAMAS
                                      Escuela de Historia
                                      Facultad de Humanidades
                                      y  Educación. U. C. V.

         Introducción: Adopto un enfoque de este tema me obligará, tanto por su vastedad como por su complejidad, a exponerlo de manera esquemática. Me anima la esperanza de que de la discusión que pueda suscitar provenga un enriquecimiento temático y crítico que sabré agradecer.
        
         I.- En el ambiente ideológico-político en el cual se hallaba inserto Rómulo Betancourt al iniciarse su formación intelectual, regía la concepción decimonónica del Progreso, referida a una sociedad agropecuaria  “perturbada y desconcertada” por el advenimiento de la explotación del petróleo.

         A.- En esa concepción del Progreso se conjugaban entonces el progreso material y el progreso espiritual. De ello dan cumplido testimonio primario dos obras: Pensamiento sobre caminos, ¿? y El cristianismo y la Libertad, de Ramón Ramírez. En la conciencia colectiva, el criollismo y la fe cristiana católica estaban activos como condicionantes de la evolución socialmente anhelada e históricamente requerida.

         B.- Comenzaban a manifestarse, de esta manera, las repercusiones del inicio de la articulación plena de la embrionaria sociedad republicana con el sistema capitalista mundial en trance de desarrollo y expansión, procurada desde los congresos de Colombia, a partir de 1821, y puesta en marcha, en los separatistas Estados Unidos de Venezuela, constituidos en 1864, durante el régimen sociopolítico auspiciado por el autócrata civilizador General Antonio Guzmán Blanco. Hasta entonces  el vínculo crediticio  había servido de nexo. 

         C.- Mas, en el pensamiento sociopolítico prevalecía la concepción del desarrollo del inicialmente denominado Estado de Venezuela, constituido en 1830, como el correspondiente a una sociedad agropecuaria, carente de precedentes mineros significativos, dotada de una actividad artesanal primaria e incipiente y que, por su escasa población y su casi ausente  articulación infraestructural, no representaba un mercado significativo incluso para la importación básica.

         D.- Las repercusiones de los dos hechos mayores ocurridos en los inicios del siglo XX, las denominadas Primera Guerra Mundial (1914-1918) y Gran Crisis financiera económica (1929-1933), contribuyeron a subrayar la precariedad estructural de la sociedad venezolana, y frenaron el incipiente desarrollo logrado, en parte, gracias al alivio fiscal favorecido por la centralización de la administración fiscal y el inicio del tráfico de las concesiones petroleras.

         II.- En ese cuadro se actualizaron las repercusiones de la participación de la sociedad venezolana en la Segunda guerra mundial, en grado más receptivo que activo, -interrupción del comercio con Europa-, hasta el catastrófico acontecimiento del 7 de diciembre de 1941 en Pearl Harbor; y crecientemente activo a medida que la inicialmente guerra europea de volvía mundial.

         A.- En el escenario, poco menos que estacionario, que presentaba la sociedad venezolana desde su gran crisis política y militar de inicios del siglo XIX, brotó la nueva revelación de la alarmante vulnerabilidad socioeconómica y estructural de esa sociedad, al verse envuelta de manera nada superficial, aunque no directamente beligerante, en la contienda, hasta el punto de que se llegó a temar que pudiese convertirse en un objetivo militar.

B.- En cambio, la vulnerabilidad socioeconómica se manifestó, desde muy temprano, en la escasez generalizada incluso de alimentos básicos;  y en la penuria de productos industriales igualmente básicos. Llegó a ser tan difícil conseguir papas como manteca de cerdo, por ser ambas  en gran parte  importadas. De hacerlo así se encargaron el esfuerzo de guerra de los Estados Unidos de América y el temor a los submarinos alemanes al acecho en el Caribe. La satisfacción de las necesidades de su propia población; de los requerimientos de la industria bélica,  del abastecimiento de la Gran Bretaña y los requisitos de las operaciones militares en los frentes del Atlántico y del Pacífico, recibían atención preferente.

C.- Las deficiencias estructurales en materia de transporte carretero, de silos y de frigoríficos, revelaron la ausencia de un mercado nacional y de una manufactura básica. En los ferrocarriles llamados guzmancistas reinaban la decrepitud y el abandono. En las carreteras denominadas gomeras crecían los rastrojos y la soledad, dado que el parque automotor se convertía en un cementerio de chatarra y que se carecía  de neumáticos y repuestos.

         D.- Estas crudas revelaciones motivaron intentos de actualización de la discusión sobre el desarrollo. Se enfrentaron dos posiciones básicas. Una posición, sintetizada con la consigna Sembrar el petróleo, publicada en el 14 de julio de 1936, partía del denominado Programa de Febrero, publicado en el 21 de febrero de 1936;  que fue complementado en lo instrumental con el Plan Trienal Político-Administrativo, propuesto en abril de 1938. La posición otra consistió en la adopción inducida, aunque reticentemente adoptada, de la noción de planificación, dado el temor de tropezar con lo dispuesto en el ordinal 6º del Artículo 32 de la Constitución de los Estados Unidos de  Venezuela, promulgada en el 29 de julio de 1936 por el Presidente General Eleazar López Conteras, el cual reza: “Se consideran contrarios a la independencia, a la forma política y a la paz social de la Nación, las doctrinas comunista y anarquista; y los que las proclamen, propaguen o practiquen serán considerados como traidores a la Patria y castigados conforme a las leyes”.

         III.- El citado inciso constitucional estaba dirigido a refrenar el debate, ya en curso, entre dos posiciones extremas. En una posición, socialmente establecida, se advertían dos proposiciones: la que procuraba prolongar lo existente por la vía de la rectificación de políticas gubernamentales; y la que tendía a la modernización y el incremento de la implementación y de los recursos atinentes a  tales  políticas remediales, pero sobre todo en lo concerniente  a tecnificación y administración. En la otra posición extrema, que postulaba el replanteamiento de la dinámica social, también se advertían dos vertientes: una vertiente postulaba que se hiciese encajar la realidad venezolana en un esquema de pretendida validez universal, si bien en la época el esquema tomado por modelo se hallaba en fase de aplicación inicial. La otra vertiente advertía la improcedencia de lo propuesto, y se esforzaba por formular un enfoque creativo de la cuestión que partiese del probado conocimiento, y la valoración crítica, de la realidad que se buscaba modificar.

         A.- En lo concerniente a las proposiciones que procuraban prolongar lo tradicional existente, cabe diferenciar entre las que planteaban, como cuestión urgente, el desarrollo como fortalecimiento y mejor ejecución de las políticas gubernamentales en curso de ejecución;  y las que planteaban la necesidad de reorientar la acción gubernamental en las áreas de aplicación de esas políticas, con el propósito de mejorar procedimientos a incrementar y consolidar resultados, como gestión rectificadora de contraproducentes prácticas. 

a.- En lo concerniente a la vertiente representada por las proposiciones que planteaban el desarrollo, visto como fortalecimiento y mejor ejecución de las políticas gubernamentales en curso de ejecución, debe tenerse en cuenta la circunstancia de fueron formuladas en el ocaso de la fase del régimen sociopolítico denominado la República liberal autocrática que he caracterizado como La Dictadura liberal regionalista; ocaso que se anunció con la muerte del Dictador General Presidente Juan Vicente Gómez Chacón, en diciembre de 1935 y que se iniciaba con un intento de prolongar la vigencia de tal régimen, tomando la vía de medidas y disposiciones de gobierno que pudiesen parecer renovadoras. Para tal fin fueron promulgados dos instrumentos. El Programa de febrero, en el 21 de febrero de 1935; y el Plan Trienal Político-Administrativo, en abril de 1938. Ambos, si bien quisieron dar prueba de modernidad, en realidad lo que ofrecieron fue el abrumador balance de atraso y descomposición social legado de la Dictadura liberal regionalista, hasta entonces ocultas al amparo de la ausencia de estadísticas confiables.

b.- En lo concerniente a la vertiente representada por las proposiciones que planteaban la necesidad de reorientar la acción gubernamental, en las áreas de aplicación de esas políticas, mediante la asistencia técnica y el financiamiento hechos posibles gracias a la bonanza fiscal resultante de la industria extractiva del petróleo, tuvieron por características dominantes su sentido economicista y tecnocrático, que hacía aparecer la cuestión sobre todo como un asunto de administración y de asignación  de recursos. Quizás sea la mejor muestra de esta vertiente la afortunada consigna de “Sembrar el petróleo”.

         B.- Las proposiciones de replanteamiento de la dinámica social tropezaban, necesariamente, con los apenas velados propósitos continuistas de La Dictadura liberal regionalista. Coincidían en advertir  la necesidad, si bien más sentida que conocida, de propiciar e impulsar en el cambio histórico. Pero disentían tanto en los objetivos por lograr como en lo concerniente al procedimiento a seguir; enmarcadas ambas situaciones en un complejo de inclinaciones ideológicas y de proyectos políticos cargados de motivos de desavenencia.

a.- Una postura reflejaba el marxismo leninista-estalinista de manual, y representaba el disciplinado acatamiento de los diagnósticos, y el sometimiento a las directrices, de la III Internacional comunista (Comintern), dirigida por el líder comunista búlgaro Jorge Dimitrov, a conveniencia y satisfacción de José Stalin. Llevada tal postura hasta el extremo de pretender integrarla, operativamente, en la declarada Revolución agraria antiimperialista; recomendada como enfrentamiento con el imperialismo mediante la erradicación de su aliado el latifundismo.

b.-La otra postura respondía a la convicción, informada, de que se requería la formulación de un diagnóstico propio, que se correspondiera con la especificidad del estadio socio histórico; y la formulación de directrices acordes con la especificidad de la formación social venezolana. Lo que significaba la Superación del Plan de Barranquilla, fechado en el 22 de marzo de 1931 propia, como resultado de la concepción dinámica propia del enfoque de la cuestión y de su condicionamiento, primero por el acentuado y creciente carácter dictatorial que adquiría el estalinismo, y luego por las repercusiones político-ideológicas de la Segunda Guerra mundial.

         C.- El resultado de la formulación de un diagnóstico propio fue la concepción, proposición y promoción de un modelo específico de cambio histórico de la sociedad venezolana, el cual cabría sintetizarlo con la expresión “Sembrar nación”. Suponía dos fases interrelacionadas y simultáneas, las cuales habrían de confluir en el impulso  a la definitiva formación de la Nación, cuyo funcionamiento democrático habría der ser el instrumento que permitiera llevar a buen término la ejecución de las políticas orientadas hacia el logro del desarrollo social y económico.

a.- Este habría de resultar de la implantación del Poder civil, como producto del rescate y el ejercicio, libre y eficaz, de la soberanía popular. Fue considerado el instrumento fundamental para ponerle finiquito a La Dictadura Liberal regionalista; y la clave para activar el cambio social, históricamente necesario para la superación de la herencia de atraso y despotismo acumulado desde la constitución  del Estado de Venezuela, en 1830.         

b.- El propósito rector estuvo representado, globalmente, por la puesta en marcha, apoyándose en el Poder civil así instaurado, del renovador proceso de conformación de un régimen sociopolítico liberal democrático moderno. Éste habría de ser expresión de la que su gestor y líder denominó La revolución democrática o evolutiva; formulado como actualización creativa del concepto de Revolución, que se veía desvirtuado, para quienes profesaban la libertad como objetivo primordial, por el leninismo-estalinismo y la dictadura consiguiente

         D.- La concepción sociopolítica democrática del desarrollo se propuso desprenderse de las ligaduras del pasado, substituyéndolas  por la fórmula revolución y bienestar, atreviéndose a reemplazar los estereotipos del leninismo-estalinismo por enfoques que llegaron a integrarse en la que denomino La socialdemocracia venezolana, por haber surgido de una bien afincada comprensión socio histórica de la sociedad venezolana, interpretada con arreglo a principios extraídos del propio estudio, y no sobrepuestos a esa realidad luego de haber sido cosechados en teorías y doctrinas relativas a escenarios socio históricos de muy escaso relacionamiento con el venezolano.

a.- Para la realización de tan altos fines sociopolíticos fue necesario orientar la economía hacia la conformación de una sociedad industrial, basada inicialmente en la industria petrolera, pero enmarcada en un desarrollo integral planificado, en la cual se combinasen armónicamente libertad y bienestar. Enfoque cultivado de manera informada y constante por un irredento marxista todavía tildado de revisionista por los fieles a un marxismo fosilizado, Rómulo Betancourt; y reformulado como una planificación democráticamente concertada.

b.-  Debían ponerse a valer las ventajas que estaban por aprovecharse, gracias al nuevo enfoque de política económica; y erradicarse las deficiencias por superar con base en la implantación y desarrollo de una concepción del hecho económico como propiciador de un capitalismo acorde con la evolución sociopolítica, como fundamento necesario de la consolidación de La independencia nacional.

c.- El postulado de Las tres independencias como curso a seguir para la consolidación de la Nación habría de servir de faro sociopolítico: la independencia nacional, lograda tras doce años guerras a comienzos del Siglo XIX; la independencia política, en trance de lograrse a partir de La Revolución de octubre de 1945; y la independencia económica, a lograrse gracias a la transformación económica ya en marcha.

         Conclusión.

         No parece desacertado concluir que la consigna Democracia y bienestar se correspondió, de manera lata, tanto en su instrumentación política y social como en su promoción y realización, con el concepto actual de Desarrollo integral. Atendía a una concepción pedagógica de la política, dirigida a impulsar la formación de ciudadanos, políticamente activos y socialmente responsables, que se desenvolviesen en un clima de disfrute de la libertad en procura del bienestar, concebido como logro y patrimonio del individuo-sociedad.

Jueves 10 de marzo. De 2016.
Conferencia en la Universidad Rafael Urdaneta

Maracaibo, 10 de marzo de 2016.

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