SOBRE EL PENSAMIENTO
POLÍTICO DE RÓMULO BETACOURT:
“DEMOCRACIA Y DESARROLLO”.
Germán CARRERA DAMAS
Escuela de Historia
Facultad de Humanidades
y Educación. U. C. V.
Introducción:
Adopto un enfoque de este tema me obligará, tanto por su vastedad como por
su complejidad, a exponerlo de manera esquemática. Me anima la esperanza de que
de la discusión que pueda suscitar provenga un enriquecimiento temático y
crítico que sabré agradecer.
I.-
En el ambiente ideológico-político en el cual se hallaba inserto Rómulo
Betancourt al iniciarse su formación intelectual, regía la concepción
decimonónica del Progreso, referida a
una sociedad agropecuaria “perturbada y
desconcertada” por el advenimiento de la explotación del petróleo.
A.- En esa concepción del Progreso se conjugaban entonces el progreso material y el progreso espiritual. De ello dan
cumplido testimonio primario dos obras: Pensamiento
sobre caminos, ¿? y El cristianismo y la
Libertad, de Ramón Ramírez. En la
conciencia colectiva, el criollismo y
la fe cristiana católica estaban activos como condicionantes de la evolución
socialmente anhelada e históricamente requerida.
B.- Comenzaban
a manifestarse, de esta manera, las repercusiones del inicio de la articulación
plena de la embrionaria sociedad republicana con el sistema capitalista mundial
en trance de desarrollo y expansión, procurada desde los congresos de Colombia,
a partir de 1821, y puesta en marcha, en los separatistas Estados Unidos de
Venezuela, constituidos en 1864, durante el régimen sociopolítico auspiciado
por el autócrata civilizador General Antonio Guzmán Blanco. Hasta entonces el vínculo crediticio había servido de nexo.
C.- Mas, en el pensamiento sociopolítico
prevalecía la concepción del desarrollo del inicialmente denominado Estado de
Venezuela, constituido en 1830, como el correspondiente a una sociedad
agropecuaria, carente de precedentes mineros significativos, dotada de una
actividad artesanal primaria e incipiente y que, por su escasa población y su
casi ausente articulación
infraestructural, no representaba un mercado significativo incluso para la
importación básica.
D.- Las repercusiones de los dos hechos
mayores ocurridos en los inicios del siglo XX, las denominadas Primera Guerra
Mundial (1914-1918) y Gran Crisis financiera económica (1929-1933),
contribuyeron a subrayar la precariedad estructural de la sociedad venezolana,
y frenaron el incipiente desarrollo logrado, en parte, gracias al alivio fiscal
favorecido por la centralización de la administración fiscal y el inicio del
tráfico de las concesiones petroleras.
II.- En ese cuadro se
actualizaron las repercusiones de la participación de la sociedad venezolana en
la Segunda guerra mundial, en grado más receptivo que activo, -interrupción del
comercio con Europa-, hasta el catastrófico acontecimiento del 7 de diciembre
de 1941 en Pearl Harbor; y crecientemente activo a medida que la inicialmente
guerra europea de volvía mundial.
A.- En el escenario, poco menos que
estacionario, que presentaba la sociedad venezolana desde su gran crisis
política y militar de inicios del siglo XIX, brotó la nueva revelación de la
alarmante vulnerabilidad socioeconómica y estructural de esa sociedad, al verse
envuelta de manera nada superficial, aunque no directamente beligerante, en la
contienda, hasta el punto de que se llegó a temar que pudiese convertirse en un
objetivo militar.
B.- En cambio, la vulnerabilidad socioeconómica se
manifestó, desde muy temprano, en la escasez generalizada incluso de alimentos
básicos; y en la penuria de productos
industriales igualmente básicos. Llegó a ser tan difícil conseguir papas como
manteca de cerdo, por ser ambas en gran
parte importadas. De hacerlo así se
encargaron el esfuerzo de guerra de los Estados Unidos de América y el temor a
los submarinos alemanes al acecho en el Caribe. La satisfacción de las
necesidades de su propia población; de los requerimientos de la industria
bélica, del abastecimiento de la Gran
Bretaña y los requisitos de las operaciones militares en los frentes del
Atlántico y del Pacífico, recibían atención preferente.
C.- Las deficiencias estructurales en materia de transporte
carretero, de silos y de frigoríficos, revelaron la ausencia de un mercado
nacional y de una manufactura básica. En los ferrocarriles llamados guzmancistas reinaban la decrepitud y el
abandono. En las carreteras denominadas gomeras
crecían los rastrojos y la soledad, dado que el parque automotor se convertía
en un cementerio de chatarra y que se carecía
de neumáticos y repuestos.
D.- Estas crudas revelaciones motivaron
intentos de actualización de la discusión sobre el desarrollo. Se enfrentaron
dos posiciones básicas. Una posición, sintetizada con la consigna Sembrar el petróleo, publicada en el 14
de julio de 1936, partía del denominado Programa
de Febrero, publicado en el 21 de febrero de 1936; que fue complementado en lo
instrumental con el Plan Trienal
Político-Administrativo, propuesto en abril de 1938. La posición otra
consistió en la adopción inducida, aunque reticentemente adoptada, de la noción
de planificación, dado el temor de
tropezar con lo dispuesto en el ordinal 6º del Artículo 32 de la Constitución
de los Estados Unidos de Venezuela,
promulgada en el 29 de julio de 1936 por el Presidente General Eleazar López
Conteras, el cual reza: “Se consideran contrarios a la independencia, a la
forma política y a la paz social de la Nación, las doctrinas comunista y
anarquista; y los que las proclamen, propaguen o practiquen serán considerados
como traidores a la Patria y castigados conforme a las leyes”.
III.-
El citado inciso constitucional estaba dirigido a refrenar el debate, ya en
curso, entre dos posiciones extremas. En una posición, socialmente establecida,
se advertían dos proposiciones: la que procuraba prolongar lo existente por la
vía de la rectificación de políticas gubernamentales; y la que tendía a la
modernización y el incremento de la implementación y de los recursos atinentes
a tales
políticas remediales, pero sobre todo en lo concerniente a tecnificación y administración. En la otra
posición extrema, que postulaba el replanteamiento de la dinámica social,
también se advertían dos vertientes: una vertiente postulaba que se hiciese
encajar la realidad venezolana en un esquema de pretendida validez universal,
si bien en la época el esquema tomado por modelo se hallaba en fase de
aplicación inicial. La otra vertiente advertía la improcedencia de lo
propuesto, y se esforzaba por formular un enfoque creativo de la cuestión que
partiese del probado conocimiento, y la valoración crítica, de la realidad que
se buscaba modificar.
A.- En lo concerniente a las
proposiciones que procuraban prolongar lo tradicional existente, cabe
diferenciar entre las que planteaban, como cuestión urgente, el desarrollo como
fortalecimiento y mejor ejecución de las políticas gubernamentales en curso de
ejecución; y las que planteaban la
necesidad de reorientar la acción gubernamental en las áreas de aplicación de esas
políticas, con el propósito de mejorar procedimientos a incrementar y
consolidar resultados, como gestión rectificadora de contraproducentes
prácticas.
a.-
En lo concerniente a la vertiente representada por las proposiciones que
planteaban el desarrollo, visto como fortalecimiento y mejor ejecución de las
políticas gubernamentales en curso de ejecución, debe tenerse en cuenta la
circunstancia de fueron formuladas en el ocaso de la fase del régimen
sociopolítico denominado la República
liberal autocrática que he caracterizado como La Dictadura liberal
regionalista; ocaso que se anunció con la muerte del Dictador General
Presidente Juan Vicente Gómez Chacón, en diciembre de 1935 y que se iniciaba
con un intento de prolongar la vigencia de tal régimen, tomando la vía de
medidas y disposiciones de gobierno que pudiesen parecer renovadoras. Para tal
fin fueron promulgados dos instrumentos. El
Programa de febrero, en el 21 de febrero de 1935; y el Plan Trienal
Político-Administrativo, en abril de 1938. Ambos, si bien quisieron dar
prueba de modernidad, en realidad lo que ofrecieron fue el abrumador balance de
atraso y descomposición social legado de la Dictadura
liberal regionalista, hasta entonces ocultas al amparo de la ausencia de
estadísticas confiables.
b.-
En lo concerniente a la vertiente representada por las proposiciones que
planteaban la necesidad de reorientar la acción gubernamental, en las áreas de
aplicación de esas políticas, mediante la asistencia técnica y el
financiamiento hechos posibles gracias a la bonanza fiscal resultante de la
industria extractiva del petróleo, tuvieron por características dominantes su
sentido economicista y tecnocrático, que hacía aparecer la cuestión sobre todo
como un asunto de administración y de asignación de recursos. Quizás sea la mejor muestra de
esta vertiente la afortunada consigna de “Sembrar
el petróleo”.
B.- Las proposiciones de
replanteamiento de la dinámica social tropezaban, necesariamente, con los
apenas velados propósitos continuistas de La
Dictadura liberal regionalista. Coincidían en advertir la necesidad, si bien más sentida que
conocida, de propiciar e impulsar en el
cambio histórico. Pero disentían tanto en los objetivos por lograr como en
lo concerniente al procedimiento a seguir; enmarcadas ambas situaciones en un
complejo de inclinaciones ideológicas y de proyectos políticos cargados de
motivos de desavenencia.
a.- Una postura reflejaba el marxismo
leninista-estalinista de manual, y representaba el disciplinado acatamiento de
los diagnósticos, y el sometimiento a las directrices, de la III Internacional
comunista (Comintern), dirigida por el líder comunista búlgaro Jorge Dimitrov,
a conveniencia y satisfacción de José Stalin. Llevada tal postura hasta el
extremo de pretender integrarla, operativamente, en la declarada Revolución agraria antiimperialista; recomendada
como enfrentamiento con el imperialismo mediante la erradicación de su aliado
el latifundismo.
b.-La otra postura respondía a la convicción,
informada, de que se requería la formulación de un diagnóstico propio, que se
correspondiera con la especificidad del estadio socio histórico; y la
formulación de directrices acordes con la especificidad de la formación social
venezolana. Lo que significaba la Superación del Plan de Barranquilla, fechado en el
22 de marzo de 1931 propia, como
resultado de la concepción dinámica propia del enfoque de la cuestión y de su
condicionamiento, primero por el acentuado y creciente carácter dictatorial que
adquiría el estalinismo, y luego por las repercusiones político-ideológicas de
la Segunda Guerra mundial.
C.- El resultado de la formulación de
un diagnóstico propio fue la concepción, proposición y promoción de un modelo
específico de cambio histórico de la sociedad venezolana, el cual cabría
sintetizarlo con la expresión “Sembrar
nación”. Suponía dos fases interrelacionadas y simultáneas, las cuales
habrían de confluir en el impulso a la
definitiva formación de la Nación, cuyo funcionamiento democrático habría der
ser el instrumento que permitiera llevar a buen término la ejecución de las
políticas orientadas hacia el logro del desarrollo social y económico.
a.-
Este habría de resultar de la implantación del Poder civil, como producto del
rescate y el ejercicio, libre y eficaz, de la soberanía popular. Fue
considerado el instrumento fundamental para ponerle finiquito a La Dictadura Liberal regionalista; y la
clave para activar el cambio social, históricamente necesario
para la superación de la herencia de atraso y despotismo acumulado desde la
constitución del Estado de Venezuela, en
1830.
b.-
El propósito rector estuvo representado, globalmente, por la puesta en marcha,
apoyándose en el Poder civil así instaurado, del renovador proceso de
conformación de un régimen sociopolítico liberal democrático moderno. Éste
habría de ser expresión de la que su gestor y líder denominó La revolución democrática o evolutiva; formulado como actualización
creativa del concepto de Revolución, que
se veía desvirtuado, para quienes
profesaban la libertad como objetivo primordial, por el leninismo-estalinismo y
la dictadura consiguiente.
D.- La
concepción sociopolítica democrática del desarrollo
se propuso desprenderse de las ligaduras del pasado, substituyéndolas por la fórmula revolución y bienestar,
atreviéndose a reemplazar los estereotipos del leninismo-estalinismo por
enfoques que llegaron a integrarse en la que denomino La socialdemocracia venezolana, por haber surgido de una bien
afincada comprensión socio histórica de la sociedad venezolana, interpretada
con arreglo a principios extraídos del propio estudio, y no sobrepuestos a esa
realidad luego de haber sido cosechados en teorías y doctrinas relativas a
escenarios socio históricos de muy escaso relacionamiento con el venezolano.
a.-
Para la realización de tan altos fines sociopolíticos fue necesario orientar la
economía hacia la conformación de una sociedad industrial, basada inicialmente
en la industria petrolera, pero enmarcada en un desarrollo integral
planificado, en la cual se combinasen armónicamente libertad y bienestar. Enfoque cultivado de manera informada y
constante por un irredento marxista todavía tildado de revisionista por los fieles a un marxismo fosilizado, Rómulo
Betancourt; y reformulado como una planificación democráticamente concertada.
b.- Debían ponerse a valer las ventajas que
estaban por aprovecharse, gracias al nuevo enfoque de política económica; y
erradicarse las deficiencias por superar con base en la implantación y
desarrollo de una concepción del hecho económico como propiciador de un
capitalismo acorde con la evolución sociopolítica, como fundamento necesario de
la consolidación de La independencia
nacional.
c.-
El postulado de Las tres independencias como
curso a seguir para la consolidación de la Nación habría de servir de faro
sociopolítico: la independencia nacional,
lograda tras doce años guerras a comienzos del Siglo XIX; la independencia política, en trance de lograrse a partir de La
Revolución de octubre de 1945; y la
independencia económica, a lograrse gracias a la transformación económica
ya en marcha.
Conclusión.
No parece
desacertado concluir que la consigna Democracia
y bienestar se correspondió, de manera lata, tanto en su instrumentación
política y social como en su promoción y realización, con el concepto actual de
Desarrollo integral. Atendía a una
concepción pedagógica de la política, dirigida a impulsar la formación de
ciudadanos, políticamente activos y socialmente responsables, que se
desenvolviesen en un clima de disfrute de la libertad en procura del bienestar,
concebido como logro y patrimonio del individuo-sociedad.
Jueves
10 de marzo. De 2016.
Conferencia
en la Universidad Rafael Urdaneta
Maracaibo,
10 de marzo de 2016.
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