SOBERANÍA NACIONAL MUTILADA
HOJA DE
RUTA POLÍTICA (No 191)
Octavio Lepage
Es insoportable lo que está sucediendo en
Venezuela. Nadie está comiendo completo por culpa de las expropiaciones
demenciales de Chávez, y la gente está muriéndose de mengua por escasez de
medicamentos. Sólo la capacidad infinita de resignación del venezolano ha
impedido el estallido de graves conflictos sociales.
Maduro se ha entregado a tiempo completo a
hablar en cadena y viajar. Con excepción del aumento tardío y poco transparente
de la gasolina, no se ha atrevido a aplicar las medidas de emergencia
recomendadas por economistas de reconocida competencia. Las consecuencias de
tal pasividad irresponsable las estamos padeciendo.
Mientras no tenemos dólares suficientes para
importar comida y medicinas, y a pesar de las secuelas funestas que tales
carencias generan, continuamos regalándole a los hermanos Castro cien mil
(100.000) barriles diarios de petróleo. Ese petróleo que regalamos, si lo
vendiéramos en el mercado internacional generaría una buena cantidad de dólares
con los cuales comprar alimentos y medicinas.
Desde hace varios años hemos venido
regalándole a los hermanos Castro esa enorme cantidad de petróleo. Sólo un país
poderoso puede permitirse tal tipo de regalos. En el continente americano,
solamente los Estados Unidos. Pero Chávez era como era. No solamente se echó al
hombro, como un bacalao, a la Cuba de los Castro, sino que se mantuvo regalando
dinero por el mundo entero. Los mimados presidentes de los países del ALBA
pueden atestiguarlo.
El petróleo producido no es propiedad de
Maduro como tampoco lo era de Chávez, sin embargo, lo han manejado a su real
saber y entender, sin solicitar permiso ni rendirle cuentas a nadie. Ahora la
situación ha cambiado. En la nueva Asamblea Nacional la oposición es mayoría
(112 a 55 diputados). Es tiempo de examinar si Maduro puede seguir regalándole
a los Castro esos cien mil barriles de petróleo.
Llama la atención la pasividad conque los
venezolanos continuamos aceptando esta sangría, y más en la actualidad con
tantos padecimientos colectivos por escasez y altísimos costos de la comida y
las medicinas. Tanta capacidad de sacrificio se sale de lo normal. La
explicación de esta anomalía puede estar en el factor ideológico. Los hermanos
Castro han sido diestros en sembrar la convicción de que lo de Cuba es
realmente una revolución. Eso los absuelve de sus pecados mortales. Aquí los
remedan.
Hemos abordado sólo un aspecto de la
penetración castrista en Venezuela, ellos controlan áreas estratégicas del
aparato estatal. Uno tiene derecho a preguntarse ¿tienen los cubanos en
Venezuela contingentes suficientemente entrenados para impedir que se les corte
el flujo diario de petróleo regalado? Estamos obligados a despejar tal
interrogante.
Caracas, 1º de Marzo del
2016
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