Ahora Venezuela es un país “apadrinado”
Por Silvia E.
Rodríguez Schwartz
El gobierno se divierte siempre poniendo parche sobre cada
hueco, porque ni remendarlos les interesa. Esta semana pasada el nuevo parche
para resolver “de una vez por todas” el problema de la falta de alimentos, del desabastecimiento,
del tren ministerial y de todo todo todo, es darle más poder a un militar y a
los militares para que instauren nuevas formulitas y así seguir destrozando,
con nombre y apellido, lo que queda de lo que queda de lo que queda de nuestra
pobre Venezuela.
Es harto conocido el principio de Peter: “En una jerarquía,
todo empleado tiende a ascender hasta su nivel de incompetencia” Peter vive en
la mente de Maduro.
Eso significa quemar, tanto a Padrino, como a todo lo que
toque, con la capacidad infinita de los seres a quienes esa pequeña o gran
cuota de poder los va entorpeciendo, la ineptitud y la torpeza les van
perforando hasta los huesos.
No es, ni una solución al desabastecimiento de alimentos, ni
un nombramiento que vaya a demorar mucho en revertirse o ser objeto de enroque.
Y mientras, se sigue empeorando cada vez más lo crítico y urgente de resolver.
Parece que ganan tiempo con eso, ganan días para seguir inventando
nombrecitos para la hipocresía de soluciones a cosas que, estemos claros de una
vez, no quieren ni les interesa resolver.
A las pruebas me remito.
Cada paso para detener la carestía, el contrabando y el
desabastecimiento, se convierte con un nombre distinto, en otro problema que
antes de ese paso no teníamos.
Hasta los países que creímos una vez estaban en condiciones
un poco más amargas que las nuestras, están boyantes y en cierta clase de
progreso. Venezuela, que estaba a la cabeza, quedó atrás.
Maduro le abre más las puertas de la corrupción a la
milicia, como si les hiciera falta. Instaura, con bombos y platillos, un nuevo
parche para la mentira y la expropiación. Todo, con las lógicas prebendas e
inmundicias.
No quieren aceptar lo que está pasando en Venezuela, y las idioteces
con las que justifican y escamotean la crisis jamás no son salidas de algún
análisis, de alguna verdad. Solo del resentimiento y el odio a todo lo que se
mueva, respire y funcione.
No quieren que el país esté bien. No lo quieren. Eso iría
contra sus deseos de ganar la batalla de la devastación de cualquier modelo que
no sea el suyo. Primero el ego y que se hunda Venezuela.
El progreso de los venezolanos está prohibido, así como la
vida, el trabajo, la educación y el bienestar.
Una de las cosas más infelices de la revolución es que
intenta implantar la culpa en los que han ganado algo, en los que consiguen
comer algo, en los que curan alguna enfermedad. Ni se diga en los que viajan y
salen adelante con sus negocios y su vida o en los que, simplemente, sonríen.
Disfrutan el sarcasmo frente a las necesidades, al robo y a
la corrupción. Gozan lo indecible frente a cada frase insultante que refuerza
sus medidas podridas e insanas.
En fin… ellos mismos más o menos lo anticiparon hace rato:
¿patria?, socialismo Y muerte.
“El peligro radica en
que nuestro poder para dañar o destruir el medio ambiente o a nuestros pares,
aumenta a mucha mayor velocidad que nuestra sabiduría en el uso de ese poder”.
Stephen William Hawking.
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