BALANCE DEL DIÁLOGO
HOJA DE
RUTA POLÍTICA (No 221)
Octavio Lepage
El mundo democrático ha venido siendo
impactado por el derrumbe de Venezuela, que de país próspero con democracia
robusta se ha convertido en reducto artillado de un modelo totalitario de
gobierno que fracasó en todos los países donde logró implantarse. Sólo
sobrevive precariamente en Cuba y Venezuela.
La tragedia nuestra, tragedia porque perdimos
la libertad y el país se arruinó al punto de racionar la comida (menos mal que
existe Cúcuta) y contemplar a la gente muriéndose por falta de medicamentos, ha
venido preocupando a personalidades e instituciones internacionales de gran
prestigio y autoridad moral. Más de veinte ex presidentes latinoamericanos entregaron
un documento ante la Cumbre de Panamá en el que se señalan violaciones
concretas a los derechos humanos y desconocimientos de compromisos internacionales
suscritos por Venezuela. La Unión Europea y parlamentos de distintos países
democráticos han venido haciendo pronunciamientos públicos en el mismo sentido.
Hasta el Arzobispo Tutu, amigo y consejero de Mandela, nos ha hecho llegar su
voz de solidaridad desde la lejana Sudáfrica.
Esa cálida atmósfera de solidaridad
internacional ha venido esfumándose. En la actualidad ni instituciones ni
personalidades de prestigio internacional ni alertan ni protestan contra la
dictadura totalitaria venezolana. Se mantienen en silencio expectante. No es de
excluir que se sientan ninguneados.
No es para menos. Ni Zapatero ni Leonel
Fernández ni Torrijos han exhortado a Maduro a respetar los fueros
constitucionales de la oposición. No firmaron el documento presentado en la
Cumbre de Panamá. Nunca se han pronunciado por la libertad de los presos
políticos.
Actuando con realismo, aceptemos el mecanismo
de borrón y cuenta nueva y examinemos las ejecutorias del equipo de mediadores,
tomando en cuenta que han transcurrido varias semanas desde aquella sorpresiva
reunión de Punta Cana, sin anuncio alguno de avance. Ni siquiera, para
descongestionar un poco la enrarecida atmósfera política, se ha puesto en
libertad a Leopoldo López, Antonio Ledezma, los estudiantes presos. Se anunció
que el Vaticano había recibido invitación a participar en el diálogo, y que un
representante suyo se había incorporado al equipo de mediadores. Un vocero de
la Santa Sede, el sacerdote jesuita Felipe Lombardi, declaró que el Vaticano no
ha recibido invitación a participar en el diálogo. El tiempo pasa, favorece al
gobierno, perjudica a la oposición.
Salir de la crisis no es fácil. Un acuerdo
político es lo deseable. El gran obstáculo para ese acuerdo es Maduro o quienes
lo manejen. En todo caso, la oposición no puede aletargarse, le corresponde
alertar y movilizar a la gente hasta encontrarle salida a la crisis mediante el
Revocatorio u otro mecanismo que garantice la transición constitucional y
pacífica hacia una democracia plena.
Caracas, 26 de Julio del 2016
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