“¡Democratizar
la corrupción!”
Por Carlota Salazar Calderón (Anzoategui Plural)
¡Ahora
corruptos somos todos! Este gobierno después de destruir el aparato productivo
del país, para controlar a sus habitantes, para que todos dependan del Estado,
no tiene capacidad de satisfacer las necesidades mínimas de alimentación y
medicinas - sin entrar en la atención a la salud de los venezolanos -. Esto fue
lo que trajo como consecuencia Estatizar la Economía, que antes no colapsaba
porque había con un barril de petróleo alto y se importaba: todo. Ahora que baja
el barril de petróleo y no hay cómo importar. Esta revolución en forma
deliberada expropió empresas productivas y las dejó mal gerenciadas, para que
quebraran. Así mismo, invirtió sumas
millonarias en la construcción de fábricas que actualmente están paralizadas,
improductivas o subutilizadas. Por
ejemplo en el Estado Anzoátegui, en la zona norte:
Planta de Sábila de Caigua, Los Molinos de Molorca, Mercado Municipal de Puerto
La Cruz, Centro de Convenciones y Oficinas en los Cocos del Paseo Colón y el
Terminal de Ferry Eulalia Buroz; en la zona centro: Aragua de Barcelona Lácteos
Francisco Carvajal, Fábrica de Fábricas en Anaco; y en la zona sur: Planta de
Soya en el Tigre y el Matadero Municipal.
Digo que
esto se hizo en forma deliberada, porque la revolución ¡no da puntada sin
dedal! En la medida en que no hay producción: hay que importar, de allí toda
esa política de importación que enriqueció a cuanto limpio había. Ahora, no hay
dólares para importar, pero ni se casualidad los que se enriquecieron con los
dólares de cadivi son capaces de invertirlos en el aparato productivo del país,
eso ni en broma. Ah!!! Lo más importante todo el mundo depende de papá Estado.
Lo que sí
dejó la revolución son unas barriadas llenas de aguas negras, miseria, sin luz,
sin agua, sin comida ni medicinas. Unos pocos en la opulencia multimillonarios,
que ¡claro! se han ido del país porque
aquí, ahora, no se puede vivir y una inmensa mayoría en penurias.
Esto es
grave y podemos pensar que ¿no hay nada más grave? pues sí lo hay,
parafraseando a mi amigo Alexis Ortiz: siempre podemos estar peor de lo que
estamos mí querida Carlota. Más grave es que en las comunidades existen unas
élites políticas ungidas por el gobierno, para controlar la distribución de la
miseria, las bolsas del clap. Estas bolsas están controladas por unas mafias
que venden unas sí y otras no, a unos sí y a otros no, según su conveniencia: a
quienes son sus amigos, allegados y patrióticos evolucionarios de boquilla y de
pacotilla, dejando a sectores completos con la necesidad en la cara ¿por qué a
unos sectores sí? y a otros ¿no? ¿Por qué venden al lado y aquí no llega?
Cuando mi hijo es tan venezolano como el de ellos y el mío también tiene hambre
y no tengo que dale de comer, se preguntan las madres desesperanzadas.
La
corrupción llegó donde sólo la mano del gobierno la podía hacer llegar. La
corrupción ha hecho estrago en las comunidades. Cada sector tiene su anillo de
corruptos que reciben la comida, la distribuyen a los bachaqueros, para la
cadena de corrupción, no de producción, de corrupción. Estos son los mismos
vecinos que otrora vivían de su sueldo y ahora viven del sufrimiento de su
vecino y de la miseria de los demás. Este gobierno logó enfrentar venezolanos
vs. venezolanos, como lo logó Hitler, guardando las distancias, logró
enfrentarnos pero no por razones políticas, sino, crematísticas el vulgar y cochino dinero, que es más bajo
aun. De manera tal que la corrupción llegó a nuestras comunidades en su más
dura expresión corrupción y humillación. Esta
realidad será la más difícil de sortear post-crisis.
Este
gobierno revitalizó al vivo criollo y
al póngame donde “aiga”
convirtiéndolo en un sanguinario depredador de nuestros alimentos y medicinas. Ya
no son las cúpulas políticas y económicas, no, son nuestros vecinos, nuestros
hermanos, los que nos perjudican, para ellos quedase con lo que nos corresponde
a todos. Esta realidad tendrá un día a día, lleno de protesta y represión.
Porque este gobierno no se preparó para satisfacer las necesidades de la
sociedad venezolana sino para reprimir.
Carlota
Salazar Calderón
@carlotasalazar
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