DIÁLOGO CON FORCEPS
HOJA DE
RUTA POLÍTICA (No 219)
Octavio Lepage
El diálogo, su gestación e implementación,
acaparan la atención del mundo político venezolano y de personalidades e
instituciones influyentes en el ámbito internacional angustiadas por la desastrosa
situación política, económica y social de nuestro país.
Siendo así, la oposición no podía negarse a
dialogar a pesar de que sabía que Maduro no accedería a un diálogo de buena fé,
o sea, dispuesto a las rectificaciones requeridas para restablecer la
convivencia democrática entre gobierno y oposición.
Tampoco el gobierno podía negarse
abiertamente al diálogo, tenía que aparentar que está de acuerdo. Le vino como
anillo al dedo la disposición del ex presidente español Rodríguez Zapatero de
actuar como mediador, como principal gestor del diálogo, junto con un amigo
probado de Maduro, el ex presidente dominicano Leonel Fernández, el poder
detrás del trono en su país, y de Martín Torrijos, ex presidente de Panamá,
cuyo padre Omar Torrijos, también ex presidente de Panamá.
Rodríguez Zapatero, como líder de los
mediadores, ha venido desplegando una actividad intensa. Ahora está más tiempo
en Venezuela que en España, lo que resulta plausible.
Hoy es 19 de Julio, y no se ha avanzado
prácticamente nada en la mediación. Presumiendo la buena fe, al menos en
Rodríguez Zapatero, no consideramos que se trata de un retardo intencional,
calculado. De todos modos, hay que exigir precisiones. Resultaría políticamente
catastrófico para la MUD que Maduro termine, por omisión, logrando su propósito
de que no haya Revocatorio o que se torne inofensivo para la determinación
continuista de los dueños actuales del poder. Como acaba de señalar el ex
presidente del gobierno de España Felipe González: “nadie puede plantear un
“diálogo” para ganar un tiempo que los venezolanos no tienen, agobiados como
están por esta crisis”.
Para el ex presidente Felipe González, “el
primer elemento del diálogo es el respeto a la Constitución, a la división de
poderes, y el cumplimiento de las normas establecidas en ella. Siendo así,
estaría fuera de cualquier controversia el derecho constitucional a promover el
Revocatorio”.
Ni siquiera la evidencia de que el
Revocatorio es lo aconsejable para evitar que la crisis aliente a recurrir a
expedientes que no convienen impide que con disimulo actúen personas
interesadas en que no se realice. Por si fuera poco, como el tiempo pasa sin
abrirle cauce al Revocatorio, asoman de nuevo la cabeza los estrategas de la
resignación a quienes no les preocupa que Maduro pueda seguir gobernando hasta
el 2019.
Como es obvio, el combate político no se debe
confinar al recinto legislativo. Su escenario principal es la calle, y son
positivos los reiterados anuncios de la MUD de que la campaña por el
Revocatorio será casa por casa, con los dirigentes adquiriendo compromisos
directos con los votantes.
Caracas, 19 de Julio del 2016
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