“LOS ANTIVALORES DE CHAVISMO-MADURISMO”
por: Alfredo
Coronil Hartmann
En el otrora prestigioso
recinto del teatro Teresa Carreño, devenido en agencia de festejos y sala de
espectáculos circenses durante la “revolución bonita” con la presencia y las
palabras, del incunable presidente Maduro, se realizó en el día de ayer un homenaje
al fallecido guerrillero y secuestrador, Jorge Rodríguez –padre- tal hecho
representa un ejemplo palmario de los “valores” que estos grandes
falsificadores de la Historia tratan de imponer.
La trágica muerte de
Jorge Rodríguez, producto de un deplorable y muy probablemente accidental,
exceso de sus interrogadores, no es en ningún extremo justificable, por ello el
Dr.Octavio Lepage, ministro de Relaciones Interiores, recurrió a la Fiscalía
General de la República, entonces ejercida por un muy respetado e idóneo
ciudadano, el Doctor José Ramón Medina y la justicia venezolana procesó y
condenó a los perpetradores del crimen, quienes fueron sin vacilaciones
recluidos y sometidos a la pena que les fue impuesta, en estricto cumplimiento
de la ley.
El Dr.Carlos Lanz, alto
jerarca del actual régimen, involucrado en el secuestro, publicó un libro
revelador. En la contraportada de “El Caso Niehous y la Corrupción
Administrativa” (1979) que Lanz escribió en el cuartel San Carlos, donde estuvo
detenido hasta 1984 por ese secuestro, el guerrillero prometía revelar en “un
próximo libro” “cómo secuestramos a Niehous, donde los propios actores del
drama narran con lujo de detalles todos los pasos dados en tal sensacional
hecho”.
Niehous, vicepresidente de la transnacional Owens Illinois, fue plagiado en febrero de 1976 por el Grupo Comandos Revolucionarios, del cual Lanz era integrante. Los guerrilleros, cuenta la prensa, sometieron al empresario a un juicio por “injerencia en los asuntos internos del país y por actuar en complicidad con el Gobierno”.
“El primer mensaje (de los secuestradores) me lo enviaron a mi. Lo colocaron en un buzón en el correo de Roca Tarpeya”, recuerda José Emilio Castellanos, entonces reportero de El Nacional.
En junio de 1979, Niehous fue rescatado con vida en una zona boscosa del estado Bolívar, en un “operativo de rutina” de la antigua PTJ, pero que en realidad estaba ya planificado.
Entre los implicados, además de Lanz, fueron mencionados Fernando Soto Rojas, quien huyó a Francia; José Aquino, tiroteado en el sitio; y detenidos Mirelis Pérez Marcano, Salom Meza, Fortunato Herrera, Iván Padilla, Jorge Rodríguez, quien murió como consecuencia de los golpes durante interrogatorios en la Disip; y David Nieves, quien luego fue indultado para que asumiera una diputación en el Congreso en 1978.
Niehous, vicepresidente de la transnacional Owens Illinois, fue plagiado en febrero de 1976 por el Grupo Comandos Revolucionarios, del cual Lanz era integrante. Los guerrilleros, cuenta la prensa, sometieron al empresario a un juicio por “injerencia en los asuntos internos del país y por actuar en complicidad con el Gobierno”.
“El primer mensaje (de los secuestradores) me lo enviaron a mi. Lo colocaron en un buzón en el correo de Roca Tarpeya”, recuerda José Emilio Castellanos, entonces reportero de El Nacional.
En junio de 1979, Niehous fue rescatado con vida en una zona boscosa del estado Bolívar, en un “operativo de rutina” de la antigua PTJ, pero que en realidad estaba ya planificado.
Entre los implicados, además de Lanz, fueron mencionados Fernando Soto Rojas, quien huyó a Francia; José Aquino, tiroteado en el sitio; y detenidos Mirelis Pérez Marcano, Salom Meza, Fortunato Herrera, Iván Padilla, Jorge Rodríguez, quien murió como consecuencia de los golpes durante interrogatorios en la Disip; y David Nieves, quien luego fue indultado para que asumiera una diputación en el Congreso en 1978.
El secuestro ocurrió ya
terminándose el proceso de pacificación, que iniciara Raúl Leoni, y continuaron
Rafael Caldera y aún seguía vigente en el primer gobierno de CAP. Además
fue especialmente abrupto, ya que fue capturado en su casa y llevado a la
fuerza en presencia de su esposa e hijos y durante su cautiverio sometido a
crueles y reiteradas torturas psicológicas y físicas.
En el `plano personal,
respetamos el dolor de los suyos y repudiamos el injustificable hecho. Pero no
sería honesto aceptar una virtual santificación de un individuo que había
gravemente delinquido y atentado contra las leyes de la República. El estado de
Derecho, entonces existente, funcionó y castigó a quienes se habían hecho acreedores
a ello.
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