LA DECLARATORIA DE ABANDONO
DEL CARGO DEL PRESIDENTE DE LA REPÚBLICA COMO SOLUCIÓN POLÍTICA DEMOCRÁTICA PARA
SUPERAR LA ACTUAL CRISIS VENEZOLANA
Por: Alejandro González Valenzuela
Una concepción
reduccionista de lo democrático, logró imponer en la oposición venezolana la
idea de que la vía más idónea para poner fin anticipado al gobierno de Maduro, debía
ser, además, de constitucional, pacífica y democrática, electoral, desestimándose abiertamente las opciones de tipo institucional.
Sin embargo, las grotescas maniobras que desde el gobierno, el CNE y el TSJ, se
vienen haciendo para retardar y, eventualmente, frustrar la realización del
referendo revocatorio para este año, han puesto de relieve nuevamente la
necesidad de evaluar la opción institucional para defenestrar a Maduro, en
esencia, tan democrática como la electoral.
Una necesaria redefinición de
la democracia.-
En su trabajo
Gobernar el Vacío, el investigador Peter
Mair, a partir de los postulados de pensadores como Schatschneider, Zakaría, y
Dahl, analiza el proceso de redefinición de la democracia, uno de cuyos
aspectos centrales descansa en resaltar la distinción entre lo que se ha
llamado democracia constitucional y lo que puede llamarse democracia popular
(plebiscitaria, protagónica). En tal perspectiva, el componente constitucional
enfatiza en lo institucional, en la necesidad de controles y equilibrios entre
las instituciones “e implica el gobierno para el pueblo”; por su parte, el
componente popular hace énfasis en el papel de los ciudadanos y la
participación popular “e implica el
gobierno por el pueblo”.
Ambos elementos
coexisten en una relación simbiótica, complementándose mutuamente en una
acepción unitaria de la democracia (democracia del siglo xxi), que no se
desvaloriza por la mayor preeminencia que pueda alcanzar, en un momento dado, un
componente sobre otro, debido a que ambos son legítimos. En tal sentido, las soluciones
políticas serán igualmente democráticas, tanto si son institucionales o
electorales.
No
obstante, debe advertirse que en algunos países se viene dando una marcada
tendencia a separar ambos elementos, y a hacer hegemónico un componente sobre
otro; de ahí la aparición de nuevas categorías políticas como democracia “no
liberal”, “protagónica”, “popular”, “participativa y protagónica” (Libro Rojo
PSUV), que combinan, como observa Mair, “las
elecciones libres, la democracia popular, con la restricción de los derechos y
el abuso potencial del poder ejecutivo”, cuyo paradigma es la democracia
protagónica venezolana, que pareciera encarnar una cuarta ola de la “democracia”,
en la que se sobrevalora lo popular y lo electoral, en detrimento de lo
constitucional.
Es factible la solución
electoral en sociedades altamente polarizadas?.-
Como se
sabe, un sector de la oposición logró imponer la tesis del referendo
revocatorio como la solución política para defenestrar a Maduro, y a partir de
ahí comenzar a superar una crisis sistémica sin precedentes, planteo que fue asumido
por otras vertientes opositoras; sin embargo, desde un principio, ha habido quienes
han mostrado marcado escepticismo ante la vía electoral, debido,
principalmente, a la naturaleza de un régimen chavista-madurista que encarna un
proyecto político de vocación totalitaria, claramente definido en el Plan Simón
Bolívar, el Libro Rojo, el Plan de la Patria, y en las Conclusiones del
Congreso del PSUV-2014, verdadera hoja de ruta de una propuesta hegemónica, que desde el 2007, se viene
deslindando abiertamente de los objetivos estratégicos y del proyecto político
que subyace en la Constitución de 1999 (el Estado democrático, social y de
Derecho y de Justicia), la cual, de acuerdo a sus propios postulados persigue “la
toma del poder” con carácter irreversible para construir un Estado Comunal
Socialista: “nosotros estamos obligados a traspasar la barrera del no
retorno, a hacer irreversible el tránsito hacia el socialismo….” (Plan de la
Patria).
A lo anterior debe sumarse que el
régimen chavista-madurista, situado en la fase terminal de un sostenido proceso de descomposición ética y
política, que, además, ha venido perdiendo aceleradamente apoyo popular, se ha implicado en una
deriva tanto desesperada como fraudulenta, que lo impulsa a mantenerse “como
sea” en su posición hegemónica; así ha quedado de manifiesto con el proceder inescrupuloso de los
capitostes del chavismo-madurismo, y de las instituciones por ellos colonizadas,
el CNE y el TSJ.
El profesor
Adam Przeworski de la Universidad de Nueva York, una de las voces más
autorizadas sobre democracia y sistemas electorales, en diferentes obras ha
sostenido que en países divididos (de alta polarización), y con hegemonías en
el poder, resulta imposible resolver el conflicto político por la vía
electoral, pues, al tener los detentadores del poder mucho que perder, harán
todo lo posible para no ir a elecciones, por desconocer resultados (si las hay),
o simplemente neutralizarlos, tal como ocurrió en Venezuela con los resultados
del referendo del 2 de diciembre de 2007, en el que los venezolanos votamos
contra una serie de postulados antidemocráticos (reelección indefinida, poder
popular, organización comunal, FANB, milicias populares, etc), que, igualmente,
han venido siendo institucionalizados en flagrante desconocimiento a la
voluntad popular y en fraude a la Constitución.
Las soluciones democráticas
institucionales.-
En
relación a las soluciones democráticas de tipo institucional para cesar
legítimamente en el cargo al presidente de la república, cabe referir que están
establecidas en la Constitución, en el artículo 233, que señala las causales de
falta absoluta, una de las cuales, es el abandono del cargo declarado por
mayoría simple de la Asamblea Nacional.
De
acuerdo con los principios de supremacía constitucional y de
legalidad, consagrados en los artículos 7 y 137 la Constitución de 1999, por
una parte, todos los órganos que ejercen el Poder Público están sujetos a la
Constitución; y por la otra, la Constitución y las leyes definen las
atribuciones de los órganos que ejercen el Poder Publico, estableciendo un
orden competencial que no puede ser subvertido; razón por la cual, si el presidente
de la república renuncia a sus competencias ordinarias o extraordinarias (éstas
últimas emanadas del régimen de excepción), porque no las ejerce, o delega o
comparte sin estar autorizado para ello, se hace irremediablemente pasible de declaratoria
de falta absoluta por la Asamblea Nacional por manifiesta incursión en abandono
del cargo.
De la falta absoluta por abandono
del cargo de Maduro.-
En esta
perspectiva, muy a propósito, resulta el anuncio que Maduro hiciera en días
pasados sobre la creación de la Gran Misión Abastecimiento Soberano, en relación a la cual “todos los ministerios, todos los ministros
y ministras, todas las instituciones del Estado quedan bajo el orden y la
subordinación absoluta al Comando Nacional” de esta Misión, que estaría
encabezada por él y por el General Vladimir Padrino López, Ministro de Defensa
y Comandante Estratégico Operacional de las Fuerzas Armadas Bolivarianas.
Lo verdaderamente notorio
de este anuncio fue la investidura del General Padrino López como duunviro en una
especie de duunvirato de facto, confiriéndole en lo sustantivo poderes
supralegales mediante un procedimiento no previsto en la Constitución, lo que supuso
una grosera e ilegítima mutación de normas constitucionales (modificación del
sentido político y significado jurídico de normas constitucionales, dejando
intacto su texto) que establecen la asignación y delegación de competencias.
Sobre el
duunvirato de facto estatuido en el marco de la Gran Misión Abastecimiento Soberano, mucho se ha enfatizado en el
suprapoder adquirido por el General Padrino, pero, poco se ha destacado la
abdicación que ha hecho Maduro de sus competencias presidenciales,
especialmente, de aquellos poderes extraordinarios que ostenta en virtud del
estado de excepción (emergencia económica). Al resignar parte de sus atribuciones
constitucionales y legales, Maduro incurrió técnicamente, esta vez de manera
expresa e inequívoca, en abandono del cargo, señalada en el art. 233
constitucional, como una de las causales de falta absoluta, la cual, como ya se
dijo, puede ser declarada por la Asamblea Nacional por mayoría simple.
Conclusión.-
La Asamblea
Nacional debiera plantearse seriamente la declaratoria falta absoluta de Maduro
por manifiesta incursión en abandono del cargo, de lo contrario el bloqueo de
la vía electoral y la inacción por la vía institucional, dejarán a Venezuela
expuesta a otro tipo de soluciones, que, eventualmente, pudieran salirse de
control al gobierno y a la oposición.
No hay comentarios. a LA GENTE SOLO LE INTERESA LA VÍA INEFICIENTE DEL REVOCATORIO, PORQUE ASÍ COMO CHÁVEZ LS LAVÓ LA MENTE FACILMENTE, IGUALMENTE LO HACEN AQUELLOS DE LA OPOSICIÓN INTERESADOS SOLO EN SU LIDERAZGO.
ResponderEliminarEstá bien este artículo. Ahora, consciente de esta acción considero que está siendo evaluada y quizá en lo inmediato sea realizada.
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