"BERRINCHE OBSTRUCCIONISTA"
HOJA DE RUTA POLÍTICA (No 181)
Octavio Lepage
Los del gobierno tienen armado un escándalo mayúsculo ante la iniciativa
de la mayoría parlamentaria (112 a 55 diputados) de presentar en la Asamblea
Nacional un proyecto de ley que obliga a darles documento de propiedad a los
ocupantes de apartamentos de la Gran Misión Vivienda Venezuela.
Llama la atención que junto con la llave el gobierno no hubiese
entregado a los beneficiarios el documento de propiedad sin el cual permanecen
como simples ocupantes, susceptibles de desalojo en cualquier momento. No pudo
haber sido por descuido ni por olvido. La razón para no haberlo hecho se puso
en evidencia cuando Maduro, con su característica sutileza, los amenazó con
echarlos de los apartamentos si no votaban por los candidatos oficialistas el
6D.
Esta es la causa del berrinche que tienen armado para sabotear el
proyecto de ley de la aplaudida política de construcción de viviendas
populares, para beneficio de los compatriotas de bajos recursos. Lejos de
indignarse, de protestar ruidosamente, los del gobierno deberían estar
agradecidos.
El berrinche avivó mi memoria, rememoré aquella escena por TV en la que
al hoy diputado Héctor Rodríguez, entonces ministro, se le fue la lengua y dijo
que era necesario mejorar el nivel de vida de los pobres pero no mucho, pues se
convertirían en “escuálidos”. Trató de remendar el capote, pero no pudo, estaba
dicho y grabado.
La indignación del gobierno es porque los beneficiarios de la Misión
Vivienda no van a continuar sometidos al chantaje político y electoral, la
nueva ley los independiza.
El combate de esta ley tan beneficiosa para los desamparados consume el
tiempo que el gobierno debería dedicar a encarar y tratar de buscarle solución
a tantos problemas que afectan duramente a los venezolanos. En días recientes
asistí a la cremación de la esposa de un amigo, que murió de mengua por no
haber conseguido los medicamentos requeridos
(un caso de Guillain-Barré).
En fin, al cabo de 17 años de revolución chavista Venezuela está en la
ruina, agravada por la tortura de soportar a un gobierno irresponsable, inepto,
ladrón que no se atreve a aplicar las medidas económicas requeridas para salir
de la crisis.
La incógnita hay que
despejarla. La pasividad resignada no se justifica mientras el país
se desliza por el precipicio. Es la hora de tomar decisiones heroicas y
aplicarlas sin vacilación.
Caracas, 02 de Febrero del 2016
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