"RENDICIÓN DE CUENTAS INEVADIBLE"
HOJA DE RUTA POLÍTICA (No 183)
Octavio Lepage
El chavismo ha
gobernado durante 17 años sin rendirle cuentas a nadie (la Asamblea Nacional
presidida por Diosdado Cabello no se atrevió a pedírselas).
Como los precios del petróleo se mantuvieron elevados, fueron fabulosos los ingresos
del país. Según el propio Maduro, totalizan un billón
ciento noventa y dos mil millones de dólares (1.192.000.000.000
$).
Ahora, cuando la
oposición democrática logró el 6D mayoría holgada (112 diputados
frente a 55 del oficialismo), es de responsabilidad elemental investigar cómo
se gastó tan fabulosa suma.
Esa investigación
no tiene propósitos retaliativos, ya que el voto popular es el castigo más
efectivo. La investigación procede, es inevadible, por la magnitud del daño
inferido a Venezuela, y por la magnitud de las obligaciones contraídas.
Los venezolanos
somos desmemoriados, pero no tanto para no recordar las condiciones y nivel de
vida antes de 1999, cuando Chávez asumió el poder porque la democracia reconoció
su triunfo en las elecciones.
Esa leyenda negra,
repetida con tenacidad totalitaria, de que antes se vivía
muy mal, no lo cree nadie. Antes de 1999 existía obviamente la
pobreza, una parte de la población vivía
con estrecheces, pero nadie se veía obligado a perder
buena parte de su tiempo útil en colas interminables, agotadoras frente a abastos
precariamente abastecidos.
La prédica
ruidosa de Chávez, ayudada por su carisma, logró confundir y engañar
a un sector numeroso de la población, pero la realidad
se impuso. El 6D no sólo fue una derrota a los candidatos chavistas, fue un
rechazo del funesto y fracasado modelo chavista.
Demos un vistazo
sobre uno de los “logros” del chavismo: PDVSA, nuestra gallina de los huevos de oro,
tiene moquillo, la producción de crudo ha disminuido por falta de mantenimiento de los
taladros; estamos obligados a importar cantidades importantes de derivados de
petróleo (gasolina, gasoil, etc.) por el pésimo
estado de las refinerías de Amuay y Cardón en Paraguaná;
a diario afloran escándalos sobre robos espectaculares por parte de ejecutivos y
contratistas de la otrora poderosa empresa petrolera.
El ejemplo del
descalabro impresionante de PDVSA se repite en otros campos de la producción.
La demencia expropiatoria de Chávez transformó
en peladeros a 4 millones de hectáreas que estaban en
plena producción. Las ciudades de Venezuela ven ahora sus zonas
industriales invadidas por la maleza. Estamos obligados a importar casi todo lo
que consumimos y el petróleo genera cada día menos divisas.
El panorama es
realmente desolador.
Caracas, 04 de Febrero del 2016
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