LA CRISIS ANTE LA
ONU
Carlos Canache Mata
Venezuela vive uno de los momentos más
oscuros de su historia. La crisis política y la crisis económica se solapan y
retroalimentan. Ambas son graves y peligrosas.
La semana pasada, el 2 y el 3 de junio, la ONU
hizo un examen sobre el cumplimiento del Pacto Internacional de Derechos
Económicos, Sociales y Culturales de 1966, que Venezuela suscribió, por parte
del gobierno de Maduro. En la sede del Comité respectivo de la ONU en Ginebra se
realizó la interpelación a la delegación enviada por el régimen actual.
A la pregunta de algunos expertos de la ONU
sobre la llamada “guerra económica” alegada por el oficialismo, el Ministro de
Planificación, Ricardo Menéndez, respondió que ésta “se concreta en las manipulaciones
que se hacen en los mercados internacionales para que baje el precio del crudo,
desestabilizar la moneda nacional, y elevar el riesgo país”. Si eso lo hubiera
dicho Maduro, que es un iletrado en materia económica, y en otras también, no
extrañaría, pero que lo diga el Ministro de Planificación, sí causa alarma. Es
bien sabido que no hay ninguna maniobra internacional, ni interna, contra el
petróleo venezolano, sino que el precio del crudo ha bajado porque se ha
presentado un cambio estructural en el mercado petrolero por la importante
producción de los esquistos, que ha obligado a la propia OPEP a una política de
precios bajos para desalentar esa producción que es de altos costos; es bien
sabido que se ha desestabilizado la moneda nacional por el absurdo sistema
cambiario que se ha implantado y por la monetización del déficit fiscal, con la
consiguiente escalada inflacionaria, que para este año pronostican los expertos
más calificados se moverá entre el 120 y
el 200%; y es bien sabido que el riesgo país se ha elevado por las agencias
calificadoras debido al acelerado deterioro de las finanzas venezolanas y las
posibilidades de que no se puedan cumplir los compromisos de la deuda pública.
La menor disponibilidad de divisas del
gobierno de Maduro debido a la caída de los precios del petróleo, causada por
la circunstancia emergente antes señalada, es de tal magnitud que, según la
firma Ecoanalítica, en los primeros cuatro meses de este año se liquidó un 71% menos
de divisas que lo que se liquidó en igual período del año anterior, al pasar de
140 millones de dólares por día a 40,6
millones de dólares por día. Esa
reducción se manifiesta en menos importaciones de bienes para el consumo y de
materias primas e insumos para un aparato productivo en proceso de destrucción.
Resultado: la escasez y el desabastecimiento que están agobiando al país.
Se podría atender simultáneamente el pago de
la deuda y en forma menos gravosa las importaciones requeridas para el bienestar
de los venezolanos si se renegocia la deuda con la asistencia del Banco Mundial
y el FMI. Pero eso sería una herejía para la memoria del comandante eterno.
Seguiremos con el tema.
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