PUEBLO EN LA CALLE
HOJA DE RUTA POLÍTICA (No 131)
Octavio Lepage
La
movilización del pasado sábado superó holgadamente las expectativas. Cerrada la
posibilidad de hacerle propaganda por el control oficial sobre los medios de
comunicación, la gente se lanzó a la calle acatando el llamado para exigir
libertad de los presos políticos y convocatoria a elecciones con observadores
internacionales idóneos.
La
concentración en Caracas rememoró las que se hicieron en tiempos pasados. La de
San Cristóbal, tal como pudo apreciarse por las tomas aéreas, fue monumental,
al punto de que podía pensarse que en ella sólo faltaban el gobernador Vielma
Mora y su séquito. Sin duda alguna los tachirenses aprovecharon la oportunidad
para expresar su indignación por el secuestro de su Alcalde, Daniel Ceballos, y
por el trato vejatorio al que ha sido sometido, al punto de haberle rapado la
cabeza y obligarlo a usar el traje de presidiario.
En
Maracaibo, la movilización fue casi total. Desde muchos puntos de la ciudad
convergieron a la gran explanada de la Virgen de Chiquinquirá, voceando
consignas de libertad de los presos políticos, restablecimiento de las
garantías constitucionales y elecciones limpias y supervisadas por observadores
imparciales.
Ciudad
Guayana, otrora feudo chavista, en esta ocasión se empeñó en poner en evidencia
que está al lado de la democracia, exigiendo libertad para los presos
políticos. En Barquisimeto también la manifestación fue multitudinaria, a pesar
de los zigzagueos valsísticos del impaciente gobernador Henry Falcón, y de la
circunstancia lamentable de que dirigentes de partidos con historia qué cuidar
también se opusieron.
Mencionamos
estos casos por su espectacularidad, pero en todo el país, en las ciudades
grandes y pequeñas, los venezolanos se movilizaron.
Como se
sabe, esta movilización fue convocada por Leopoldo López, preso desde hace más
de un año. Se le señaló como culpable de los muertos en la manifestación del 12
de Febrero del año pasado, Día de la Juventud. Se pudo probar, con fotos en
mano, que los disparos mortales los hizo un agente del SEBIN. Luego, la
inefable fiscala Ortega Díaz, en un arranque de humor negro, acusó que el
discurso de López aquel día contenía llamamientos subliminales a la violencia.
La semióloga contratada por ella para probarlo dictaminó que tales mensajes no
existían. Sin embargo, Leopoldo López continúa preso.
Quien no ha
estado preso injustamente y por tiempo tan prolongado a lo mejor tiene
dificultad para entender la iniciativa de Leopoldo. Todo el que sea capaz de
despojarse de prejuicios llegará a la conclusión de que actuó correctamente.
Claro que hubiera sido deseable consulta previa con la MUD, pero desde una
celda de castigo es difícil establecer canales clandestinos de comunicación con
la calle. Por lo demás, partidos de la MUD se hicieron presente a través de
dirigentes calificados. Merece que mencionemos al gobernador Henrique Capriles
Radonski quien, por encima de la disciplina partidista, se hizo presente en
esta jornada tan significativa de protesta y de reclamo.
Caracas, 02 de
Junio del 2015
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