¡ UNIVERSIDADES, TEMBLAD ¡
HOJA DE RUTA POLÍTICA (No 130)
Octavio Lepage
La
universidad autónoma siempre ha estado en la mira de la revolución. Para Chávez
autonomía era mala palabra, palabra subversiva. El rechazo, el desprecio, el
rencor no se concentraba solamente en la universidad, se extendía a todas las
manifestaciones de la cultura: teatros, museos, salas de conciertos, revistas
especializadas, casas editoriales.
El Museo de
Arte Contemporáneo Sofía Ímber, de reconocimiento universal, es ahora un depósito
polvoriento de obras de arte de extraordinario valor, aunque en verdad muchas
de ellas han desaparecido misteriosamente, sin dejar rastros. El Teatro Teresa
Carreño, imponente y hermosa expresión de arquitectura contemporánea, ha sido
el lugar predilecto de Chávez y Maduro para celebrar ruidosos actos políticos.
Al todopoderoso Stalin, jamás se le ocurrió celebrar un acto político en el
Teatro Bolshoi en Moscú.
La
arremetida de Chávez contra la universidad evitó ser frontal. Agresión
sostenida pero silenciosa ha sido, por ejemplo, el recorte de las asignaciones
presupuestarias, lo que en la actualidad las mantiene a niveles de subsistencia
precaria. Ecuador, tan favorecido por la petrochequera, succiona creciente
número de docentes universitarios al igual que Bolivia, otra aprovechadora
insaciable de la petrochequera. También el mundo desarrollado está
beneficiándose con creciente número de profesionales venezolanos de alta
competencia, obligados a emigrar por encontrarse sin trabajo o con sueldos muy
bajos.
Esta
tacañería con la universidad, del manirroto gobierno venezolano, viene también
afectando aspectos vitales para los estudiantes. Han desaparecido o están a
punto de desaparecer los servicios de comedores universitarios, de transporte,
de becas para estudiantes de pocos recursos, de atención médica, de asistencia
social, etc.
A Chávez se
le metió entre ceja y ceja que la universidad estaba al servicio exclusivo de
los hijos de los ricos, de los oligarcas, como podrían verificarlo los que
tengan la paciencia de revisar sus discursos. En primer lugar, se olvidó por
completo de su entorno familiar. El honorable maestro de escuela, Hugo de los
Reyes Chávez, no hubiera podido tener la satisfacción de ver a todos sus hijos
con títulos universitarios si hubiese sido cierto que la universidad venezolana
era una incubadora de oligarcas.
En todo
caso, Chávez llevó adelante su plan de destrucción de la universidad pública
autónoma. Si Maduro continúa en el gobierno todas van a desaparecer. Venezuela
se llenará de médicos comunitarios, de abogados comunitarios, de ingenieros
comunitarios, de farmaceutas comunitarios, etc. etc. etc. Ellos dirán que eso
no los afecta porque seguirán viajando a La Habana para recibir atención médica
al igual que Chávez, quien murió allá y no en su tierra.
Caracas, 26
de Mayo del 2015
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