“Héroes sin
prensa.”
Por Silvia E. Rodríguez Schwartz
La semana
pasada, alrededor de las 10 de la mañana, una mujer, madre de 2, abuela de 3,
humilde, trabajadora… (vamos a llamarla Luz) después de haber llegado a las 3
am. a recibir el puesto No 123 en la cola de un supermercado, logró, a las 5
horas y cuarto, conseguir varios de los productos de primera necesidad, y,
después de la segunda cola de 2 horas y media para pagarlos en la caja, recibió
la sorpresa de que su tarjeta Cestaticket no pasaba por el punto de la caja.
Tampoco contaba en ese momento con efectivo suficiente para cancelar la compra.
Cuando estaba a punto de retirarse y dejar su preciado logro en la caja, otra
señora, la que venía detrás, vamos a llamarla Rosa, también humilde y limitada,
le entregó su tarjeta de débito a la cajera, con la instrucción de que se
cobrara de allí la compra de Luz. La cajera, sorprendida como cualquiera, le
advirtió a Rosa: “no son 600 bolívares, son casi 6.000”, y ella dijo: “yo lo sé,
cóbrese la compra de la señora” y así se hizo.
Luz esperó
a que Rosa pagara su compra, a que se la empaquetaran, etc. Además de
agradecerle, todavía atontada por la generosidad de Rosa, le pidió sus datos,
le ofreció los suyos…cualquier fórmula para poder devolverle su dinero. Rosa,
sin aspavientos, sin luces de neón y en voz baja le dijo: “yo te la regalé, no
es para que me la pagues, no puedo permitir que pierdas lo que conseguiste para
comer…”
Luz se fue,
llorando, feliz, profundamente emocionada y sin lograr reponerse de la magnanimidad
y solidaridad de Rosa, con quien ni siquiera le tocaba tenerla.
No siempre
nos enteramos, pero todos los días hay Rosas, Luces, Daisys, Luises, Pedros, Migueles…
rondando por ahí, haciendo lo suyo, y lo que pueden por los demás, de corazón,
sin ruido, sin bulla, sin gloria…
Mientras el
país se quema y el cerco se cierra cada vez más, mientras agreden a nuestra
gente e irrespetan de nuevo sus propias normas y condiciones, mientras la
verdad recibe 300 insultos diarios, mientras nos dolemos y arrechamos porque
nada va bien, porque no lo vamos a lograr, mientras se funde la fe con la caricatura
y el desconocimiento, mientras los golpes tratan de aniquilar cada segundo la
capacidad de seguir caminando…mientras todo eso y más, hay por ahí, por allá, por donde nadie
transmite ni convoca, ni tuitea, almas prístinas, cristalinas, que siguen
dejando en alto nuestro nombre, como lo hacen nuestros otros héroes, los
reconocidos, amados, esperanzadores, grandes, invencibles. Solo que ellos
tienen prensa que los aúpe, ya tienen un día a día reconocido.
A los héroes
sin prensa, por humanidad, por amor, y por Venezuela, gracias.
“La solidaridad no es un sentimiento
superficial, es la determinación firme y perseverante de empeñarse por el bien
común, es decir, el bien de todos y cada uno para que todos seamos realmente
responsables de todos.”
Juan Pablo
II
todavia queda gente buena en Venezuea a pesar de todo lo que represnta el chavismo
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