EDITORIAL:
¿La realidad
que vives, te reta a aguantar o a protestar?
Celebraremos lo masivo de una protesta contra
la dictadura, pero hay que sopesar realidades más allá de las posiciones
políticas. Tomar
una decisión usando como referencia las necesidades de las personas que viven
en una quinta de una urbanización -con la nevera llena y la chequera lista para
lo que se necesite- es tomar la representación más alejada de una trágica realidad que
domina al 90% del país.
La falta de ingresos y de insumos es lo que domina en la totalidad de nuestra población, que aún convencida de la democracia y sus sacrificios, está forzada a solucionar la miseria y la emergencia horaria (más que diaria).
La falta de ingresos y de insumos es lo que domina en la totalidad de nuestra población, que aún convencida de la democracia y sus sacrificios, está forzada a solucionar la miseria y la emergencia horaria (más que diaria).
El
#6D y el #1S –y aún el mismo miércoles pasado- demostraron de que lado está la
aplastante mayoría, pero eso no implica que el sacrificio ante la supervivencia
se pueda ejercer por varios días seguidos y durante 12 horas (o sea un día
completo).
El
régimen castro-chavista ha explotado las necesidades humanas como marco de
comportamiento masivo, a fin de retar toda protesta pacífica versus la
supervivencia. Cada quien ante su realidad.
Venezuela
vive una tragedia que ha llevado a la supervivencia a la mayoría aplastante de
su población. Esta es la realidad que reta a la libertad ante la subsistencia.
Para
muchos prescindir de un ingreso diario es renunciar a comer ese día. Quedarse
en casa 12 horas es haber dejado de conseguir lo que hoy apareció, lo que en
una semana o más no había aparecido y que no volverá a aparecer en una semana
más, si es que hay suerte.
Para
algunas personas pagar los precios del mercado negro no es tan grave, así como
imposible para las 2/3 partes de la población.
Estamos
aprendiendo a ser ciudadanos y esta “escuela” de supervivencia conspira contra
nuestra enseñanza.
La
democracia nos reta a activar nuestro poder personal, cuando se nos exige
cruzar la frontera de objetos electorales para transformarnos en sujetos definidores
de nuestros destinos. Estamos viviendo en condiciones que no solo conspiran
contra el bienestar presente, sino que además, estas condenan un futuro para
vivir aún peor.
Tu
supervivencia secuestra cada minuto para que solamente actúes en función del
presente. Así se te quita todo tiempo para pensar y actuar en función de un
mejor futuro. Así es como se te obliga a ser indiferente ante la protesta. Esta
tragedia está teniendo fuertes signos de que puede terminar, siempre que
demuestres tu poder para que así ocurra.
Seamos
realistas y actuemos dentro de lo que nos permiten las necesidades básicas.
Si
este viernes 28 la mitad de la población cumple el Paro Cívico durante 6 horas
(dígase la mañana – hasta mediodía), será un inmenso triunfo de la democracia.
Si todavía hay cifras mejores, serán ñapas celebradas.
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