¿Fin de los cogollos?
Por
Carlota Salazar Calderón
Así como la clase media en otrora exigió
poder político y económico y lo logró,
las sociedades del siglo XXI en el mundo exigen ser oídas y lo están
logando. Así lo han entendido propios y extraños: ciudadanos y los gobernantes.
El Parlamento Británico aprobó la European Union Referendum Act 2015
que autorizaba la celebración del referéndum sobre la permanencia del Reino Unido en la Unión Europea. Uno de los argumentos de los partidarios de
la salida de la UE (el denominado brexit) era que ser un Estado miembro
minaba la soberanía británica por efecto de la inmigración, mejor posición
británica para negociar acuerdos comerciales y una liberación de la regulación
y burocracia comunitaria. Por otra parte los que apostaban por seguir siendo
miembros de la UE, argumentaban que cualquier pérdida de soberanía en un mundo
con varios niveles de organización supranacional se veía compensada con los
beneficios de pertenecer a la UE; y alertaban de los riesgos para la
prosperidad económica británica de una hipotética salida del aumento de las
barreras comerciales con los estados de la UE. El 23 de junio del 2016 se celebró la consulta que dio por
resultado separarse de la UE. Ahora, están trabajando en ello.
Desde el 2011 el Presidente de
Colombia reanudó las conversiones con la FARC en Cuba, bajo la tutoría de los
Castro y Chávez. En el 2016 se logra un texto que abarca aspectos
institucionales y sociales del conflicto que siendo sometido a referéndum
arrojó como resultado un NO, de poco margen, en medio de una alta abstención. Qué
dijo la sociedad colombiana: queremos paz pero no impunidad. Darle poder
político a quienes hasta no hace mucho mataron a sangre fría y en forma
despiadada a los colombianos, no era fácil de digerir, como no lo fue.
Santos no hace lo mismo que
Cameron, no renuncia pero llama a las partes que defienden el SI y el NO a
dialogar y se abraza públicamente por primera vez en muchos años con Uribe.
Moraleja: La opinión de la
sociedad cuenta y cada día contará más.
En Venezuela estamos inmersos
en la mayor crisis económica, política y social, que sólo puede ser dirimida
mediante un Referéndum Revocatorio del mandato de su responsable Nicolás
Maduro. Sin embargo, contrario a toda la predica revolucionaria de participación
la sociedad en los asuntos públicos el CNE, Poder Público controlado por el
Ejecutivo Nacional, entorpece los trámites para que esta consulta se realice
pretendiendo vulnerar los derechos políticos de todos los venezolanos, lo cual
es inaceptable en democracia.
Estos son tiempos de amplitud
en la toma de decisiones, los cogollos languidecen. ¿Será que podemos dejas
atrás los tiempos en que una o dos personas decidían por el resto, para pasar
a tiempos de integración a la vida
pública, colectiva, objetivos comunes que nos permita soñar con las ciudades
que queremos y salgamos a construirlas?
Carlota Salazar Calderón
@carlotasalazar
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