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lunes, 24 de octubre de 2016

“¡Esto se complica!” por Armando Martini Pietri


“¡Esto se complica!” 
por Armando Martini Pietri

“30.000 ó 40.000 personas y hasta mas”, nos dijo alguien emocionado sobre la manifestación de las mujeres este fin de semana. Ese buen amigo no pensó en la importancia de lo que sucedió. Sin partidos políticos, sin organismos de poder, sin armas ni colectivos, las mujeres venezolanas se adueñaron sin miedo y con mucha eficiencia de la Autopista del Este en Caracas, frente a la Carlota.

Eso vale más que muchas concentraciones opositoras con mucha gente y menos convicción. Las mujeres venezolanas han sido siempre, desde tiempos de la colonia y la independencia, las guerreras auténticas, las líderes que impulsaron y apoyaron a los hombres a conquistar su libertad.

Este sábado pasado vimos que subsiste una Venezuela llena de esperanzas, una Venezuela madre, firme, confiable. Una Venezuela que resurge de sus desastres con manos, talento, voluntad y fe de mujer.

La magnífica demostración de las mujeres fue un espléndido ejemplo nacional. Prevaleció el orden, la decencia, la ética, la moral, los principios, las buenas costumbres ciudadanas. Porque así son las mujeres venezolanas, y si fueran ellas las que manejaran la oposición y el oficialismo, otra Venezuela fresca, inteligente y eficiente existiría hoy deslumbrando al mundo.

A pesar del egoísmo indecoroso y nada inteligente de ignorar la fuerza y el ejemplo de las mujeres opositoras, ellas llevan años demostrando que tienen más coraje, talento político y criterio de estrategia que muchos dirigentes de parte y parte que solo saben refocilarse en las mismas necedades habituales.

La concentración de las mujeres fue un éxito maravilloso, los ciudadanos se congregaron para respaldar a las damas y repudiar al gobierno. Han dado una lección de dignidad, coraje y principios, además de tener la voluntad y el corazón que a muchos nos falta. Por eso los venezolanos hoy podemos vislumbrar una nueva y muy buena oportunidad de despolarizar, generando una fuerza alterna que no permitirá las negociaciones oscuras y a escondidas. 

Mujeres que además no esgrimieron exclusiones, no se auto propusieron como jefas, invitaron a todos los pobladores de bien a concurrir el miércoles 26 a la manifestación que viene como testimonio de la cancelación arbitraria y grosera del referendo revocatorio y de su voluntad de cambio. Por encima de su propio éxito y de su acertado conocimiento, no quisieron dividir sino unir, mérito femenino que no todos entienden, pero muchos aprovechan.

En la reunión de la Asamblea Nacional por fin se decidió, a pesar del tiempo transcurrido y las circunstancias que los obligaron a discutir temas de interés nacional que han sido planteados por la sociedad, no incluida en las discusiones e ignorados hasta ahora. Un acuerdo con muchos considerandos y mucha retórica pero que al menos le marca un camino de compromisos al Poder Legislativo, les guste o no a los poderes obedientes -inconstitucional y éticamente ilícito- al Ejecutivo. Veremos qué se decide en las próximas sesiones, y si el oficialismo volverá a demostrar su intolerancia y brutalidad invadiendo la sede de las leyes del país, como hizo este domingo.

Imposible no comentar la sesión legislativa dominical en la cual los asambleístas de la mayoría opositora electa por la ciudadanía, después de analizar la dramática situación que vive el país en aspectos económicos, sociales y políticos, a los cuales se añade la crisis por ruptura del hilo constitucional, consideró la desobediencia civil y en casos, aplicar el artículo 350 de la Constitución Nacional, también presentar denuncias en todas las instancias internacionales, destituir a los rectores del CNE y a los magistrados “express” del Tribunal Supremo de Justicia, a debatir en serio y en profundidad la presunta doble nacionalidad del Presidente de la República, tema vital que quedo diferida para próxima oportunidad. Así como tocar temas del abandono del cargo y el llamado en consecuencia a la Fuerza Armada, pero hasta allí, es cuestión extremadamente delicada que exige, más que postergación, un muy esmerado debate.
Hay que reconocer, sin duda, los esfuerzos de los líderes opositores al enfrentarse a la pandilla oficialista que se defiende como gata boca arriba pero con aullante fiereza y los mismos argumentos de siempre, agotados, dichos repetidos mil veces.

Un domingo parlamentario que pudo ser más trascendente -diría uno que faltó a ese refrescante, esperanzador y vigoroso liderazgo femenino que surge con fuerza y esperanza firme. De nuevo mucha habladera, retórica de muchos adjetivos de escaso valor agregado, citas y mucha verborrea, numerosos buenos y malos discursos, palabras repetitivas y conocidas por todos, pero ninguna decisión, no se logró nada nuevo ni que no supiéramos. Como detalle adicional, algunos chismosos  mal pensados especulan que se habría negociado ayer en la tarde noche con Zapatero y Torrijos.

Hasta la ruidosa interrupción de los rojos oficialistas era posible, ni siquiera eso sorprendió, son tan obvios, tan elementales. Hay que reconocerles a los diputados el arduo trabajo y los riesgos que toman, pero al final ni declararon la dictadura, ni destituyeron al Presidente ni restauraron la Constitución y el orden constitucional. Todo queda para después con un acuerdo aprobado que es un dechado de buenas intenciones, de contundentes realidades que no será respetado ni acatado, pero al menos es un magnifico inicio. Del ruido oficialista a la esperanza con base.

Dicho lo anterior, debemos asistir por millones a la convocatoria para el 26, demostrarle nuevamente al mundo que somos mayoría a pesar del vano intento oficialista por ocultarnos. No tengamos miedo ni perdamos la esperanza. De esto vamos a salir, el pueblo, los ciudadanos están claros, se convencieron al fin de lo que piensan en sus casas, de lo que hablan en la intimidad con los amigos, no necesitamos de nadie, sólo dependemos de nosotros, debemos unirnos, salir de lo tóxico, articularnos, permanecer unidos y sin ceder un centímetro, entender que no basta con cantar lo de “y va a caer”, la historia no se cambia ni la injusticia se destruye con canciones, sólo con acciones. ¡Concentración del 26!

La Venezuela que está naciendo viene fuerte sin pasado ni prejuicios y no aceptará la impunidad como política. Todos estos años de lucha no van a terminar en la repetición de la Venezuela que se agotó, la oposición no es sólo al oficialismo y un puñado de bandoleros, es la voluntad creciente de un país nuevo desde sus raíces hasta sus objetivos. Ahora sólo queda un porvenir sin madurismo.

@ArmandoMartini


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