“EL RÉGIMEN MIENTE”
Por Carlos Canache Mata
El régimen, que ha devenido en neo-dictadura
siglo XXI, miente, unas veces a mansalva y otras veces sin cuidar ni importarle
las apariencias. Nicolás Maduro, con incomparable irresponsabilidad, afirmó la
semana pasada en su programa Contacto con Maduro que las leyes que aprueba la
Asamblea Nacional “las hacen los bufetes de los multimillonarios en Miami…se
las envían por correo electrónico…tengo las pruebas”. Si eso fuera
cierto, el régimen tendría una terrible arma en sus manos para exponer a la AN
al desprecio público. Si tiene las pruebas ¿por-qué no las presenta?
Sencillamente, porque en este caso, como en muchos otros, anuncia poseer
pruebas que sólo existen en su infinita capacidad de mentir.
Además de los venezolanos, también la
comunidad internacional está al tanto de la dramática situación que atraviesa
el país, la cual el régimen trata de esconder.
El jefe de la Oficina de Derechos Humanos de
la ONU, Zeid Ra’ad al Hussein, se refirió recientemente a “los reportes sobre
las crecientes protestas por exigir el acceso a los alimentos, los arrestos de
cientos de manifestantes y el uso excesivo de la fuerza contra los
manifestantes de las últimas semanas”, y se informó que su representante en
Suramérica “ha pedido repetidamente un visado para visitar el país, pero no ha
podido obtenerlo desde el año 2014”.
La Unión Europea, en su reunión del Consejo
del 18 de julio, al tomar en cuenta “los retos multidimensionales a los que se
enfrenta el país”, abogó por “un diálogo urgente, constructivo y eficaz” en
Venezuela, con “pleno respeto del marco democrático y constitucional”,
incluyendo la situación de “los opositores en prisión que no pueden ejercer sus
derechos”.
Todo el mundo conoce también las violaciones
de los derechos humanos y la crisis humanitaria constatadas por la OEA en el
Informe Almagro, las denuncias en el mismo sentido hechas por más de 30
ex-presidentes iberoamericanos, la crisis creada en Mercosur por la no
aceptación de Nicolás Maduro como presidente pro témpore a causa de su talante
antidemocrático, y si falta algo que añadir para evidenciar la gravedad de la
tragedia que vivimos, bastaría con
recordar las fotografías que recorrieron el planeta de la masiva migración de
132.684 personas que el fin de semana del 16 y 17 de julio, última habilitación
del paso fronterizo, fueron a Cúcuta, Colombia, para comprar alimentos,
medicinas y artículos de higiene personal que no consiguen en territorio
venezolano.
Todo eso lo niega o lo distorsiona el
régimen, y sus voceros proclaman urbi et orbi, sin presentar pruebas, que aquí
lo que hay es una “guerra económica” que libran contra “la revolución” una
burguesía apátrida y el imperio. De estos embusteros que nos gobiernan se
podría afirmar, parafraseando a Cicerón,
que nadie les da crédito ni siquiera cuando dicen la verdad.
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